Aldao, Antonio Basilio de. Buenos Aires (Argentina), 13.VI.1729 – 7.V.1788. Jurisconsulto y prior de la Tercera Orden de Santo Domingo.
Hijo de Jacinto Bernardo de Aldao y Sánchez de Pazos, natural de La Coruña, y de María Teresa Rendón y Lariz, vecina de Buenos Aires y de distinguida familia de origen peninsular, que fue abadesa de la Orden Tercera de San Francisco en 1751, y dotada en 1748 con la considerable suma de 79.339 pesos.
Jacinto, acaudalado comerciante de la región, perteneció al linaje de los Aldao de Pontevedra, cuyo solar más antiguo es Aldao, hoy Aldán. Llegó al Río de la Plata en 1727 y fundó la estirpe gallega de los Aldao, ilustres hombres de las armas españolas desde el siglo xiii.
Realizó estudios primarios en la escuela conventual de Buenos Aires, pasando luego a la Universidad de Charcas, donde se graduó de licenciado en Leyes.
Contrajo casamiento con Josefa de Aragón y Avendaño, porteña, el 23 de mayo de 1761. Entre su numerosa descendencia de trece hijos se destacan abogados, sacerdotes y dos marinos. Fiel a sus creencias religiosas y a la costumbre de la época, ingresó en la Tercera Orden de Santo Domingo de Buenos Aires, donde profesó y tomó el hábito el 8 de abril de 1762.
En 1775 ocupó el cargo de prior. Su esposa también profesó el 25 de marzo de 1764.
En el desempeño de numerosos cargos, fue abogado de la Real Audiencia de Charcas y de la de Buenos Aires, fiscal de Hacienda, auditor de Guerra del Virreinato del Río de la Plata y síndico procurador del cabildo bonaerense en 1757. Considerado por sus contemporáneos como un prestigioso hombre de letras, le correspondió desempeñar un relevante protagonismo en la comisión de expulsión de los jesuitas en 1767, enviando documentación secuestrada a Buenos Aires. En reconocimiento a sus méritos y trayectoria, el virrey Vértiz lo nombró secretario interino del virreinato.
Hay constancia de un pleito ante la Real Audiencia de La Coruña para hacer valer sus derechos, en calidad de hijo mayor, al mayorazgo de sus ascendientes.
Si bien el fallo fue favorable, al año siguiente falleció, pasando dicho beneficio a su hijo mayor, el teniente de fragata Francisco de Aldao y Aragón, quien murió heroicamente en 1804 en la batalla de Trafalgar, heredando el mayorazgo su hermano Fabián, presbítero y doctor en Teología, que lo cedió, a su vez, a su hermano menor, Mariano José Dámaso de Aldao, según escritura del 20 de enero de 1814, la posesión de los vínculos y mayorazgo correspondientes a “dos casas del lugar de Rua Coto de Anzobre, feligresía de San Esteban de Larín; y las demás fincas, tierras, y quanto corresponda a los expresados vínculos en el reyno de Galicia”.
El 24 de diciembre de 1771 presentó una información de linaje y limpieza de sangre, como requisito obligatorio para el desempeño de cargos públicos, según consta en Acta del Cabildo de Buenos Aires.
Fuentes y bibl.: Archivo de la Hermandad Seglar Dominicana (Buenos Aires), Libro de Ingresos, pág. 3. M. Castro López, Almanaque Gallego, Buenos Aires, Manuel Castro López, 1917; E. Udaondo, Diccionario Biográfico Colonial Argentino, Buenos Aires, Huarpes, 1945, págs. 47-48; F. Aldao Ocampo, “Genealogía, Hombres de Mayo”, en Revista del Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas (Buenos Aires) (1961), págs. 18-20; A. Vilanova Rodríguez, Los Gallegos en la Argentina, Buenos Aires, Galicia, 1966, págs. 99- 100; H. Fernández de Burzaco, Aportes Biogenealógicos para un Padrón de Habitantes del Río de la Plata, vol. I, Buenos Aires, 1986, pág. 62; L. Jijena, “La Tercera Orden de Santo Domingo en Buenos Aires, 1726-1810. Los Priores y su protagonismo”, en VV. AA., Primeras Jornadas de Historia de la Orden Dominicana en la Argentina, Tucumán (Argentina), Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino, 2003, págs. 231-244.
Lucrecia Jijena
