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Mariano Bosch y Arroyo

Biografía

Bosch y Arroyo, Mariano. Puerto Rico, 28.XI.1828 – Guadalajara, 22.IV.1888. Militar, escritor, coronel de Ingenieros y Cruz de San Fernando de 1.ª clase.

Alumno de la Academia de Ingenieros de Guadalajara desde el 1 de septiembre de 1845, salía de la misma con el grado de teniente el 23 de septiembre de 1851, después de terminar los estudios pertinentes. Su primer destino fue el entonces único regimiento del Arma, el Regimiento Real de Zapadores Minadores, y en 1854 marchaba destinado a la isla de Puerto Rico, no sin antes, y en ese mismo año, tomar parte voluntariamente en la acción de Vicálvaro (30 de junio de 1854) y en la represión de los sucesos políticos y revolucionarios acaecidos en la capital, del 18 al 26 de julio, también de 1854, en los que permaneció con su compañía custodiando el Palacio Real.

Una vez en Santo Domingo, a lo largo de los diez años que estuvo allí, realizó, además de haber estado encargado del detall de la comandancia de San Juan, una importantísima labor facultativa, como la construcción de las carreteras de Caguas a la Cidra y la de Carey a Guayama, el cuartel de Infantería de la ciudad de Ponce de León, una modificación del puente sobre la Quebrada de Lobaca o bien la reforma de las iglesias de Naguardo y de Vigués, así como diversas obras en los edificios públicos de la capital y numerosas obras públicas en la isla. También desempeñó en diversas ocasiones interinamente la dirección de obras públicas de la isla.

En 1864 regresó a la Península destinado al primer regimiento del Arma, pasando después a la dirección subinspección de Castilla la Nueva, participando en la represión de los sucesos revolucionarios de Madrid del 22 de junio de 1866. En febrero de 1868 fue destinado a la Dirección general del Cuerpo, donde se encargó del archivo, en cuyo arreglo y clasificación se dedicó con la asiduidad que acostumbraba en todos sus destinos. Entonces fue cuando tomó infinidad de notas sobre los antiguos ingenieros y sobre los sucesos memorables de la historia del Cuerpo, que le hicieron ser uno de los oficiales que mejor conocían sus tradiciones y le inspiraron el interés acendrado que sentía por todo lo que se refería al instituto.

Tuvo por esta época a su cargo una comisión importantísima, en unión del general Joaquín Montenegro, coronel entonces: la de redactar un proyecto de reglamento para el servicio de las obras que estaban a cargo del Cuerpo, la cual, desempeñada en muy breve plazo, dio lugar después de los trámites ordinarios a la aprobación del proyecto, convertido en el reglamento entonces vigente.

En el marco de la Tercera Guerra Carlista, en 1874, recién liberada la plaza definitivamente del asedio carlista, era destinado a Bilbao como comandante de ingenieros de la misma, llevando a cabo la mejora de las fortificaciones de la ciudad, la construcción de fuertes avanzados y la de dos líneas de defensa a lo largo de la ría, ocupando las alturas inmediatas, asegurando así las comunicaciones marítimas, trabajos efectuados en muchas ocasiones bajo fuego enemigo. Finalmente, ya como coronel de Ingenieros, se le destinaba en 1875 a la Junta Superior Facultativa, de donde pasó a la situación de retirado en 1883. Estando ya en la Junta Superior Facultativa, desempeñó una comisión del servicio en Molina de Aragón y, al regresar con la columna del coronel Melguizo, asistió a la acción de Olmeda de Cobeta (Guadalajara), el 5 de junio de 1875.

Desde 1876 se había encargado de la corrección de pruebas de la Revista del Memorial de Ingenieros y de hecho era el principal redactor de la citada revista, a la que le dio gran impulso, no sólo con su trabajo personal, sino con la activa correspondencia que sostenía con los colaboradores, animándolos a proporcionar artículos, sugiriendo temas, dando los consejos de su experiencia y de su vasta erudición.

Realizó numerosas publicaciones en el citado Memorial de Ingenieros, tanto de orden técnico como histórico, además de desempeñar el cargo de jefe de redacción del mismo hasta su muerte. También fue el autor del Proyecto del Reglamento de Obras, que se aprobó posteriormente.

Además de la Cruz de San Fernando, ya citada, estaba en posesión de dos Cruces rojas al Mérito Militar y una Blanca, y la Placa de San Hermenegildo. Finalmente, era Caballero de la Orden Americana de Isabel la Católica.

 

Obras de ~: La telegrafía aérea y la Telegrafía eléctrica, s. l., 1850; “El Cuerpo de Ingenieros Militares de Ultramar”, en Revista Hispanoamericana, 1865; Pararrayos, s.l., 1869; “Prósperi y Montalambert”, en Memorial de Ingenieros (1870); “El general Espartero”, en Memorial de Ingenieros (1879); Zonas Militares. Consideraciones sobre estas servidumbres, Madrid, Imp. del Memorial de Ingenieros, 1881; “Ferrocarriles del Pirineo Central”, en Memorial de Ingenieros (1882); A. Brialmont, El general Conde de Todleben, trad. y ed. de ~, Madrid, Imprenta del Memorial de Ingenieros, 1885; “Lista General de los Oficiales del Cuerpo de Ingenieros del Ejército desde el siglo XVI hasta 1910”, en Memorial de Ingenieros (1911), págs. 277-382.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar de Segovia (AGMS), Exps. personales.

Estados (Escalillas) del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, 1852-1884; J. Almirante, Bibliografía Militar de España, Madrid, 1876; Redacción, “Necrologías”, en Memorial de Ingenieros Revista Científico Militar (15 de mayo de 1888); J. López Muiños, Algunos aspectos técnicos de la Ingeniería Militar española y el Cuerpo Técnico, Madrid, Ministerio de Defensa, 1993; J. Carrillo de Albornoz y Galbeño, “Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando pertenecientes al Arma de Ingenieros”, en Memorial del Arma de Ingenieros (Madrid, Ministerio de Defensa), n.os 63- 66 (2001 y 2002).

 

Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño