Peña Salegui, Anacleto José María. Las Arenas (Vizcaya), 9.IV.1895 – Bilbao (Vizcaya), 13.I.1989. Futbolista.
Comenzó a jugar en el Bambino Club de Guecho, un equipo juvenil. En 1911-1912 se incorporó al Arenas de Guecho, donde pronto fue uno de los puntales imprescindibles en el puesto de medio izquierda.
En la temporada 1926-1927 pasó al Madrid, equipo en el que permanecería seis años. Para la temporada 1932-1933 fichó por el Celta de Vigo tanto para jugar como para entrenar al equipo. Como jugador se retiró en 1934, si bien siguió en el club vigués como entrenador hasta la Guerra Civil.
Al margen del fútbol fue un atleta completo: campeón de España en 1923 de relevos 4 por 250; campeón de España 110 metros vallas en 1923 —récord de España—, 1925 y 1926; en 1925 logró el récord de España de 400 metros vallas; subcampeón de España de jabalina en 1923 y tercero en 200 metros lisos.
Peña, según indica su trayectoria como atleta, era un jugador físicamente impresionante, no sólo por su resistencia, ilimitada, sino por su fortaleza y velocidad.
Tener delante a Peña era tener un muro impenetrable.
Todo lo hacía bien. Pasaba con precisión, regateaba con maestría, chutaba con potencia, cabeceaba con eficacia. Un futbolista absolutamente completo. Solía jugar con un pañuelo a la cabeza, en la modalidad de venda frontal que se anudaba en la nuca. Su rostro lleno de aristas y con la nariz quebrada le hacía inconfundible. José María Peña estuvo en los partidos previos de Bilbao e Irún para preparación de la Selección que iba a los Juegos Olímpicos de Amberes. A buen seguro que fue uno de los jugadores que tuvo en mente el señor Bru a la hora de pensar en el medio izquierda capaz de brillar en Amberes, pero finalmente lo dejó para mejor ocasión. Fue campeón de España en 1919 con el Arenas y campeón de Liga en 1931-1932 con el Madrid.
Fue internacional en veintiuna ocasiones, entre 1921 y 1930. En 1929 le concedieron la Medalla al Mérito Deportivo.
En 1951 tuvo que ser ingresado en un sanatorio psiquiátrico a causa de unas fuertes depresiones que hicieron temer que atentara contra su vida; el Atlético de Bilbao y el Madrid acordaron subir en una peseta el precio de sus localidades en dos partidos con el fin de constituir un capital que garantizara la asistencia médica y el pago del sanatorio de José Mari Peña.
Restablecido, se volvió a su casa bilbaína, donde fue empleado de la Junta de Obras del Puerto de Bilbao; saciaba su vocación deportiva entrenando al equipo de hockey sobre hierba del Club Jolaseta.
Bibl.: F. Martialay, Amberes. Allí nació la furia española, Madrid, Real Federación Española de Fútbol, 2000; B. Salazar, Cien años del Real Madrid, t. II, Madrid, Diario As, 2002, pág. 118.
Víctor Martínez Patón
