García de Salazar y Luco, Amadeo. Vitoria (Álava), 31.III.1887 – 18.VI.1947. Seleccionador nacional de fútbol y doctor en Medicina.
El fútbol en Vitoria no se entendería sin la presencia de este diminuto doctor, con consulta de Urología en una calle céntrica de la ciudad alavesa, procedente de una familia dedicada a las carrocerías.
Por su iniciativa se fundó el Deportivo Alavés partiendo del Sport Friend. Era el año 1921 y tomó el cargo de secretario técnico, el equivalente a lo que actualmente se designa como director deportivo; es decir, el que rastreaba el “mercado” en busca de jóvenes talentos que incorporar al club. Fue tanta su perspicacia y sus conocimientos del fútbol que poco tardó en montar un equipo que ascendió a la primera división y dio figuras de talla internacional como Ciriaco, Quincoces, Olivares, Antero... Pasó a ser vicepresidente del club vitoriano y en 1928 accedía también a la vicepresidencia de la Federación Vizcaína. En 1931 le nombraron socio de honor del club vitoriano.
Su fama como experto catador de fútbol le llevó a ser designado seleccionador nacional, el día 11 de marzo de 1934, en vísperas de la Copa del Mundo de Italia.
El papel de España en este campeonato fue brillantísimo, lo que afirmó más el prestigio de “don Amadeo”, como era conocido en todo el mundillo futbolístico.
En los doce partidos que dirigió al equipo nacional consiguió seis victorias —una de ellas frente a Brasil—, dos empates y cuatro derrotas —la sufrida ante Austria significó el primer fracaso de la selección en campo español.
Durante la Guerra Civil fue voluntario con las Brigadas de Navarra, llegando a ostentar el cargo de capitán médico. Pero el fútbol volvió a llamarle durante la contienda, en los partidos internacionales que organizó la Federación Española de San Sebastián, tarea en la que le ayudaron los señores Encinas, Berraondo y Gayarre. Perdió en Vigo ante Portugal (0-1), pero había montado un equipo respetable entresacando combatientes de las trincheras. El segundo partido se celebró en Lisboa, pero tuvo que dirigirlo el entrenador Encinas, ya que García Salazar, cuando se desplazaba desde Vitoria a Sevilla para unirse al equipo, sufrió un accidente de coche en Cabezón (Burgos) el día de fin de año de 1938. Estuvo en estado grave en el hospital militar de Valladolid durante muchas semanas; del traumatismo craneal quedó sordo, y a causa de las fracturas en su pierna derecha permaneció cojo. Al terminar la guerra presentó la dimisión por la imposibilidad de seguir en el cargo. En mayo de 1940 se le dio un homenaje nacional en el campo de Chamartín. El 20 de junio de 1971 se colocó un busto suyo en el campo de Mendizorroza, por parte del delegado de Educación Física y Deportes de Álava, Manuel Vera Fajardo: “El deporte nacional al Doctor don Amadeo García Salazar”. Su fama había pervivido un cuarto de siglo.
Fuentes y bibl.: Archivo del Centro de Investigación de la Historia y Estadística del Fútbol Español.
J. Gómez Gómez, Deportivo Alavés: 1921-1928, Vitoria, Diputación Foral de Álava, 1994; F. Martialay y B. de Salazar, Las grandes mentiras del fútbol español, Madrid, Fuerza Nueva, 1997 (col. Denuncia); V. Martínez Calatrava, Historia y estadística del fútbol español, Barcelona, V. Martínez, 2003.
Félix Martialay Martín-Sánchez