Zurita, José Lorenzo. Guarenas (Venezuela), f. s. XVII – Caracas (Venezuela), 1.IX.1753, Pintor y dorador.
José Lorenzo Zurita nació en el seno de una familia parda a finales del siglo xvii, en fecha no precisada. Su padre era el capitán Pedro de Surita y su madre Juana de la Concepción Díaz de Velásquez eran pardos (mulatos) libres. Los documentos apuntan a que José Lorenzo Zurita permaneció soltero y residió en el barrio de Altagracia en Caracas. Su hermano Pedro Martín se dedicó al oficio de la platería y contrajo matrimonio con Ana Ignacia de Ochoa, hija del orfebre Sebastián de Ochoa.
La actividad artística de Zurita se remonta a 1727, cuando su nombre se menciona por primera vez como maestro de pintor al tasar pinturas en una testamentaría, labor que acomete a lo largo de toda su carrera profesional. En estos documentos su apellido está escrito indistintamente con ese o con zeta, aunque él mismo firma en ocasiones con zeta.
Desde 1729 realizó algunas labores de dorado para la capilla de San Pedro de la Catedral de Caracas. En 1731 el mayordomo de fábrica de la Catedral le encargó retocar un cuadro que retrata a un obispo, tarea por la cual recibió 5 pesos. Al tiempo que se hizo cargo de dorar las velas para el gobernador Sebastián García de la Torre y el prelado José Félix Valverde, utilizadas en la fiesta litúrgica de la purificación de María en la sede catedralicia, actividad que efectúa intermitentemente hasta 1745.
En 1735 pintó el retrato de Juan Mijares de Solórzano y Tovar, caballero de la Orden de Calatrava y maestro de campo, firmado y fechado al dorso. El retratado fue un destacado miembro de la sociedad caraqueña: capitán y alférez de las milicias regladas y alcalde ordinario de Caracas en 1716. Durante ese mismo año Zurita debió pintar el retrato del obispo de Caracas José Félix Valverde, firmado al reverso. Esta obra perteneció al extinto convento de monjas carmelitas descalzas de Santa Teresa de Jesús, en la ciudad de Caracas, del que monseñor Valverde había sido un importante benefactor. Ambos retratos se encuentran actualmente en el Museo de Arte Colonial de Caracas Quinta de Anauco.
En 1736 cumpliendo con un encargo verbal del obispo Valverde pintó el lienzo El bautismo de Cristo para el baptisterio de la Catedral caraqueña, el cual firmó al reverso. Por esta pieza recibió 70 pesos de a ocho reales. La obra permaneció en la sede catedralicia hasta 1867 cuando fue sustituida por un cuadro del pintor decimonónico Celestino Martínez. Actualmente la pieza forma parte de la colección Fundación Banco Mercantil (Caracas). Una copia más pequeña se encuentra en el baptisterio de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción en la isla de Margarita, en Venezuela. Ese mismo año debió pintar un retrato del obispo Diego de Baños y Sotomayor fallecido en 1706, que es mencionado en el testamento de su sobrino José de Oviedo y Baños, avaluado en 1738 por el propio Zurita. La pieza se conserva en el Palacio Arzobispal de Caracas, lamentablemente mutilada en su esquina superior izquierda.
Otras actividades artísticas le confía el mayordomo de la Catedral a Zurita, como el aliño de tres láminas en 1737 y al año siguiente el de una lámina de la Virgen, Santa Ana y el Niño. Ese mismo año vendió un esclavo a Juana de Arbeiza.
Entre 1739 y 1744 sólo se han hallado registros de su participación como tasador de pintura en varias testamentarías de miembros destacados de la sociedad caraqueña, como el regidor Alonso Esteban de Piñango y Suárez, el cronista José de Oviedo y Baños, el marqués del Toro Bernardo Rodríguez del Toro, o el primer conde de San Xavier Antonio Pacheco y Tovar. En este último avalúo pudo apreciar los retratos de los condes realizados por el pintor español Bartolomé Alonso de Cazales.
Ese mismo año (1744) acusó recibo de 50 pesos por el retoque y aliño de un cuadro grande de Cristo, San Juan y la Virgen con su moldura dorada, que se encontraba en la Catedral. En 1746 intervino como perito en un litigio entre el dorador Pedro Álvarez Carneiro y la cofradía de Nuestra Señora de la Guía de la iglesia de San Mauricio en Caracas, por el dorado del retablo dedicado a la patrona de la cofradía. En este litigio Pedro Álvarez Carneiro se negó a dorar únicamente las partes dañadas del retablo, alegando que debía retirarse el dorado antiguo y dorar la pieza completamente. El obispo Juan García Abadiano solicitó que se nombraran como peritos a los escultores José Lorenzo Zurita y Antonio Valerio, para reconocer el retablo y dar su opinión al respecto. Ambos abogan a favor de Álvarez Carneiro. En este litigio a Zurita se le denomina como maestro pintor, a veces como dorador y escultor. Aunque, hasta el presente, no existen referencias documentales sobre piezas escultóricas elaboradas por Zurita.
En 1747 José Antonio Beroes, mayordomo de la Catedral, le pagó 25 pesos de plata por la pintura de dos tablas de cedro que representan La coronación de la Virgen y La ascensión del Señor, ambas fechadas y firmadas al dorso se colocaron en el nuevo retablo de la sacristía mayor en 1755, en donde permanecen. En 1752 retocó un óleo que representa a Santa Teresa de Jesús, el cual formaba parte del Convento de Carmelitas Descalzas de santa Teresa de Jesús. Al dorso firmó: “Surita lo retocó año de 1752”. La pieza fue analizada mediante radiografías que permitieron demostrar el repinte y reentelado del cuadro por Zurita. A su vez, Carlos Duarte le atribuye un lienzo de la Anunciación conservado en la Catedral y dos cuadros del Museo de Arte Colonial de Caracas Quinta de Anauco que representan la Cabeza de San Juan Bautista y un Nacimiento. Otras obras se le atribuyen como una Santa Teresa de Jesús, un Retrato del capitán José Hernández de Sanabria y el Bautismo de Cristo de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Su obra de temática religiosa se destaca por fuertes tonalidades, pero con un colorido pobre y marcado esquematismo, muy apegadas a los grabados que le sirven de modelos. No obstante, en los retratos logró un cuidadoso dibujo de las facciones que les otorga gran expresividad.
El 5 de agosto de 1753 otorgó testamento en Caracas, en el cual solicitó ser enterrado en la capilla de Nuestra Señora de los Dolores de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de Altagracia. Nombró entre sus herederos a Pedro Agustín y José Jacinto, hijos de su esclava María Cayetana. Para estos niños destinó que fuesen formados en el oficio de dorador hasta cumplir los veinte años de edad. El primero ya contaba con doce años y el mismo Zurita le estaba enseñando el oficio. Además ordenó que se cobraran 100 pesos que le adeudaba Manuel de Landaeta y con ellos se costearan dos candelabros de plata para el altar de Nuestra Señora de Altagracia, y legó 500 pesos para la fundación de una capellanía.
Falleció en Caracas el 1 de septiembre de 1753 y fue enterrado en la parroquia de Altagracia. A raíz de su fallecimiento se vendieron sus propiedades, entre las cuales se encontraban dos casas. Una de ellas situada en la calle Las Flores se vendió en 735 pesos de los cuales 700 se entregaron a censo al Convento de Nuestra Señora de la Merced de frailes mercedarios a cambio de misas por el alma de José Lorenzo Zurita.
Obras de ~: Retrato de don Juan Mijares de Solórzano y Tovar, 1735; Retrato del obispo José Félix Valverde, c. 1735; El bautismo de Cristo, 1736; Retrato del obispo Diego de Baños y Sotomayor, 1736 (atrib.); La ascensión del Señor, 1747; La coronación de la Virgen, 1747; Santa Teresa de Jesús, 1752; Santa Teresa de Jesús, s. f.; Bautismo de Cristo, s. f. (atrib.); Cabeza de San Juan Bautista, s. f. (atrib.); Anunciación, s. f. (atrib.); Nacimiento, s. f. (atrib.); Retrato del capitán José Hernández de Sanabria, s. f. (atrib.).
Bibl.: A. Boulton, Historia de la pintura en Venezuela. Época colonial, vol. I, Caracas, Ernesto Armitano Editor, 1964; C. Duarte, Museo de Arte Colonial de Caracas, Quinta de Anauco, Caracas, Ediciones de la Asociación Venezolana de Amigos del Arte Colonial, 1979; Galería de Arte Nacional, Diccionario de las Artes Visuales en Venezuela, vol. I, Caracas, Monte Ávila Editores, 1982; C. Duarte, Visión de las artes durante el período colonial venezolano, Caracas, Ediciones de la Asociación Venezolana Amigos del Arte Colonial, 1984; “El maestro de pintor y dorador José Lorenzo Zurita”, en Armitano Arte. Revista Venezolana de Cultura, n.º 13 (1988), págs. 44-64; C. Duarte y G. Gasparini, Historia de la Catedral de Caracas, Caracas, Ernesto Armitano Editor, 1989; J. Rodríguez Nóbrega, La pintura colonial en Venezuela, Caracas, Historiadores S. C., 1997; C. Duarte, “Arte y artesanías coloniales”, en VV. AA., Gran Enciclopedia de Venezuela 1498-1998, vol. VIII, Caracas, Globe, 1998; C. Duarte, Diccionario biográfico documental. Pintores, escultores y doradores en Venezuela. Período hispánico y comienzos del período republicano, Caracas, Fundación Galería de Arte Nacional, Fundación Polar, 2000.
Janeth Rodríguez Nóbrega