Almeida, Serafín Antonio. Guatire (Venezuela), 1752 – Caracas (Venezuela), 12.II.1822. Ebanista.
Serafín Antonio Almeida nació en el pueblo de Guatire en 1752, como hijo legítimo de Alberto Almeida y Juana Dionisia Casares Guevas. El 8 de diciembre de 1779 contrajo matrimonio en la catedral de Caracas, con María Rosa Agustina Guevara, hija natural de María Olaya Guebara. Para 1781 estaba residenciado en la cuadra tercera de norte a sur de Nuestra Señora de Atocha, en la calle tercera del Niño Perdido.
Las referencias documentales sobre Almeida se remontan a 1792, cuando firmó como testigo en la compra de una vivienda efectuada por María Nicolasa Piñango, viuda de Ramón Tovar. Desde 1794 se encuentran datos sobre su participación como tasador de carpintería en diversas testamentarías caraqueñas.
Para 1795 inició un litigio en contra de los herederos del presbítero José Julián Machado, por el cobro de un escaparate y dos frasqueras que le adeudaba el difunto.
Los herederos, residentes en el pueblo de Guarenas, se negaron a pagar alegando desconocer esa deuda.
En 1798 el cabildo eclesiástico decidió encargar a otro carpintero la elaboración del nuevo coro, retirando el trabajo al oficial de carpintería José Ramón Cardozo y eligiendo a Almeida para su ejecución. Por ello en 1799 se le entregaron 39 pesos para la compra de algunos materiales. Pedro Manuel Yepes, tesorero del cabildo eclesiástico, fue el encargado de contratar a Almeida, lo que hizo sin solicitar un presupuesto previo. Para octubre de 1799 Yepes había fallecido, y el nuevo encargado de supervisar la construcción del coro fue Francisco Antonio Pimentel, medio racionero de la catedral, quien apreció cierta lentitud en la manera de trabajar de Almeida, por ello propuso que las barandas del coro fuesen encargadas al maestro Juan José Carrillo. En noviembre de ese mismo año Almeida solicitó al cabildo eclesiástico reconsiderar esta decisión, por los inconvenientes que le traería en costos (material previamente comprado y pago de oficiales) y finalización del trabajo. Para inicios del mes de diciembre el cabildo optó por dejar en manos de Almeida la continuación del encargo. En enero del año siguiente, Almeida entregó un informe detallado de los costos generados en la fabricación del coro catedralicio, ya concluido, que ascendían a los 1.365 pesos. Un mes después el cabildo eclesiástico objetó algunos gastos presentados por Almeida. Para ello se solicitó a los maestros José Francisco Piñango y Francisco Cardozo justipreciar la obra de Almeida. Ambos abogaron a favor de Almeida. No obstante, Almeida reconoció algunos reparos en gastos solicitados por el cabildo eclesiástico, que acordó retenerle 33 pesos hasta que se doraran los ornamentos que separan cada silla, lo que Almeida protestó. Finalmente la cuenta se canceló en marzo de 1801. El coro fue trasladado a la parte posterior del altar mayor en 1867 y destruido en 1967. Sólo se conservan algunos bancos de madera de estilo neoclásico en distintas colecciones particulares y algunas fotografías.
Pese a estos inconvenientes Almeida fue reconocido como uno de los maestros tallistas y ebanistas más importantes de la ciudad. En el mes de marzo de 1800 fue consultado por José Francisco y Juan Basilio Piñango, alarifes de carpintería y albañilería de la ciudad, para la remodelación del Coliseo de Caracas. También se consultó a los maestros Maximiliano Solórzano y Juan Agustín Herrera. Al año siguiente se decidió emprender las obras del Coliseo, para ello se solicitó un presupuesto a varios carpinteros de la ciudad; entre quienes se encontraba Almeida. Pero se optó por el presentado por Juan Bautista Mijares.
En 1802 compuso dos quitasoles para la cofradía del Santísimo Sacramento de la catedral de Caracas.
Alrededor de 1803 debió concluir el facistol y los ambones que complementaban el coro catedralicio, destruidos por un incendio en 1969. Tres años después, en 1806 elaboró una peana para la imagen del Niño Jesús de la capilla del hospital de la Caridad. En 1808 trabajó para la Real y Pontificia Universidad de Santa Rosa de Lima de Santiago de León de Caracas. Nuevamente en 1808 y 1810 compuso los quitasoles de la cofradía del Santísimo Sacramento. En 1811 realizó algunas tareas menores para el hospital de la Caridad. En 1815 avaluó puertas y ventadas en la iglesia dominica de San Jacinto y en la iglesia parroquial de San Pablo primer ermitaño.
En julio de 1816 las tropas realistas le abrieron una causa en su contra. Almeida fue encarcelado pese a su avanzada edad de sesenta y cuatro años. El motivo del juicio era la posesión de un libro titulado Derechos del Hombre, hallado en la casa de su concubina María Bárbara Peñaloza (hermana del pintor José Antonio Peñaloza). El 7 de octubre fue liberado. Hacia 1817 trabajó junto a Juan López en varias obras para el convento de monjas dominicas. El 12 de febrero falleció en Caracas, sin testar.
Carlos Duarte le atribuye varios muebles con decoración neoclásica, especialmente dos mesas de la sacristía mayor de la catedral.
Obras de ~: Coro, catedral de Caracas, 1799; Facistol, catedral, 1803; mesas, sacristía mayor de la catedral, s. f. (atrib.).
Bibl.: C. Duarte, Muebles venezolanos, siglos XVI, XVII, XVIII, Caracas, Grupo Editor 4, 1967; C. Duarte, Visión de las artes durante el período colonial venezolano, Caracas, Asociación Venezolana Amigos del Arte Colonial, 1984; C. Duarte y G. Gasparini, Historia de la catedral de Caracas, Caracas, Armitano, 1989; C. Duarte, Grandes carpinteros del período hispánico venezolano, Caracas, Ex Libris, 2004.
Janeth Rodríguez Nóbrega
