López Caballero, Rosa. Rosa Durán. Jerez de la Frontera (Cádiz), 23.VI.1916 – Madrid, 5.XI.1999. Bailaora flamenca.
Era hija biológica de María Caballero Girón y de Francisco López Jiménez, Paco el Colorao, y adoptada por los cantaores jerezanos Isabelita de Jerez y José Durán Mediavilla el Tordo al morir su madre biológica de tuberculosis en un hospital de Jerez. Paya por línea materna y gitana por la paterna, era nieta del legendario cantaor Diego el Marrurro y nació —según ella— en la misma casa de la calle de Álamos donde vio la luz el mítico cantaor gitano Manuel Torre.
Estudió los primeros años de su infancia en el Colegio del Santo Ángel de su ciudad natal, que sufragó Juan Pedro Domecq, al tiempo que recibía los primeros pasos en el baile de la mano de Mariquita Lucena. Con apenas diez años sus padres adoptivos marcharon a Madrid, estudiando en el colegio de las carmelitas por recomendación de la superiora del Santo Ángel jerezano y en sus ratos libres fue instruida en el arte del flamenco por El Estampío, especialmente en el zapateo y el baile por alegrías, y, precisamente bailando por alegrías participó en esta época en la película Currito de la Cruz, de Alejandro Pérez Lugín.
En 1934, con dieciocho años, debutó en la sala Pelikán de Madrid y al año siguiente participó en el teatro Español, junto a las máximas figuras del flamenco, en un festival organizado por Antonia Mercé la Argentina, a beneficio del libro de Fernando el de Triana Arte y artistas flamencos (Madrid, 1935), bailando sevillanas a la guitarra con un cuadro de jóvenes bailaoras, presentado por el maestro Ángel Pericet Carmona. Pericet le enseñó a tocar las castañuelas y colocar los pies correctamente.
Después de fallecida Isabelita de Jerez, El Tordo le recomendó que se casara con él, lo que llevó a cabo el 27 de septiembre de 1945 en la iglesia de Santiago de Jerez con veintisiete años y un señor que casi le doblaba la edad. Su hija Cristina, bailarina de clásico español, nació de una unión posterior.
Tras varias giras por España y Portugal, actuó en 1947, en la compañía del cantaor Juanito Valderrama y, posteriormente, en la de Pepe Marchena y, tras encabezar un grupo de cante y baile, marchó a París, en 1954, con el elenco de Vicente Escudero, después formó pareja con Faíco en la sala parisina de la Puerta del Sol, y, más tarde, volvió a actuar en los Campos Elíseos con Carmen Amaya. A partir de este año fue contratada por Fernán A. Casares, por sugerencia del poeta malagueño José Carlos de Luna, para ser la primera figura del tablao Zambra, de Madrid, con cuyo grupo, dirigido por su paisano el guitarrista Perico el del Lunar, en el que figuraban los cantaores Pericón de Cádiz, Rafael Romero y otros grandes del cante, viajó a varios continentes, con motivo de importantes eventos internacionales, como la Feria Mundial de Nueva York, en cuyo pabellón español bailó y obtuvo la Medalla de Oro. En 1962, obtuvo el Premio Internacional de Danza del Teatro de las Naciones, de París, tras haber actuado con éxito apabullante en el espectáculo Antología en el Coliseo Sarah Bernhardt de la capital francesa, que luego llevó a Roma, Bruselas y también a Londres, tanto en el teatro como en la televisión. En 1965, recibió el Premio Nacional de Baile Flamenco de la Cátedra de Flamencología de Jerez de la Frontera.
Una década más tarde, en 1975, Casares murió y tras haber pasado casi veintidós años actuando en el local, decidió dejarlo, pese a que el nuevo dueño la quiso retener. Pasó al Café de Chinitas, pero tan sólo estuvo quince días, fueron sus últimas actuaciones en un tablao.
Protagonizó la primera versión de la obra Los Tarantos, de Alfredo Mañas, que estrenó en el teatro Reina Victoria de la capital de España, en 1979, espectáculo con el que recorrió gran parte de la geografía española e incluso interpretó para la televisión, en una de las contadas veces que Rosa Durán apareció en este medio. Posteriormente, Carmen Amaya interpretó el papel de La Taranta para el cine. En la década de 1980 realizó varias giras por países europeos y se retiró, definitivamente, tras dar algunos recitales en centros culturales madrileños, dedicándose a la enseñanza de su arte, en la capital de España, donde vivió casi toda su vida. Al morir, por deseo de la artista, sus cenizas fueron esparcidas en el campo de Jerez.
Bibl.: J. de la Plata, Flamencos de Jerez, Jerez de la Frontera, Jerez Industrial, 1961; J. Blas Vega y M. Ríos Ruiz, Diccionario Enciclopédico Ilustrado del Flamenco, Madrid, Cinterco, 1988; J. M.ª Martín Barbadillo y Arellano, “[Rosa López Caballero, Rosa Durán]”, en Diario de Jerez (Jerez de la Frontera), 16 de diciembre de 1999; M. Ríos Ruiz, “Durán, Rosa (Rosa López Caballero)”, en Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana, t. IV, Madrid, Sociedad General de Autores y Editores, 1999, pág. 566; P. Marín, “Rosa Durán cuenta su historia”, en La Caña de Flamenco (Asociación Cultural España Abierta, Madrid), n.º 27 (1999), págs. 22-35.
Juan de la Plata y María Luisa Rovira Jiménez de la Serna, condesa de Corbul