Temprano Domingo, Claudio. La Habana (Cuba), 10.IV.1880 – Marruecos, 19.XI.1924. Militar y caballero Laureado de San Fernando.
Fue su padre el entonces médico segundo Juan Temprano Gazapo y su madre María Josefa Domingo Ibarra.
Ingresó en agosto de 1894 en la Academia de Infantería, en la que por su aplicación fue nombrado sargento galonista. En febrero de 1896 fue promovido al empleo de segundo teniente y destinado al Regimiento de Murcia, pasando dos meses después al de Canarias. En el mes de junio siguiente ingresó en la Escuela Superior de Guerra, donde fue ascendido a primer teniente en 1898 y en la que causó baja en 1899 sin haber terminado los estudios reglamentarios.
Tras prestar servicio durante los años siguientes en diversas guarniciones peninsulares, en agosto de 1904 ascendió al empleo de capitán y fue destinado al Regimiento de Saboya, residiendo durante un año en Toledo.
En agosto de 1906 se le concedió el reingreso en la Escuela Superior de Guerra para cursar las asignaturas que le faltaban para conseguir el diploma de Estado Mayor, que obtuvo en junio de 1909. Tras dos años de prácticas volvió al Arma de Infantería y se le destinó a Melilla, donde pasó a prestar sus servicios en el Estado Mayor de la 1.ª Brigada de la División Orgánica de Melilla.
Como oficial de Estado Mayor, actuó en numerosas operaciones de guerra: Imarufen, Talusit, Tikermin, Nador, Sammar, Ras Medua, Zoco el Had de Beni Sicar, Tumiats, Beni Sidel, Beni bu Gafar y otras muchas. En 1911 pasó destinado al Regimiento de Melilla y seguidamente fue nombrado ayudante de campo del general Ramón Domingo de Ibarra, jefe de Estado Mayor de la comandancia general de Melilla, continuando en el mismo cargo al ascender a comandante en septiembre de 1914. Tras servir en 1916 en el Regimiento de Toledo, volvió a ejercer el cargo de ayudante, esta vez del general Bernardo Álvarez del Manzano, gobernador militar de Valladolid.
En noviembre de 1922, siendo ya teniente coronel, se hizo cargo del mando del Grupo de Regulares de Alhucemas, y durante los dos años siguientes combatió a su frente incansablemente. Buhafara, la Alcazaba de Tafersit, Tifaruin, Solano, Ifartan, fueron testigos de su valor y decisión. En Tifaruin ganó la Medalla Militar Individual, que le sería concedida por Real Orden de 13 de mayo de 1925 “por sus méritos y distinguidos servicios prestados como Jefe del Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Alhucemas núm. 5 en el territorio de Melilla, y muy especialmente el día 23 de agosto de 1923 con motivo de la liberación de Tifaruin”.
En julio de 1924 fue trasladado con su Grupo a la Zona Occidental, donde intervino en frecuentes combates: Monte Cónico, bosque de Atlaten, Fondak de Ain Yedida, Gorgues, Loma Blanca y en otros muchos hasta su muerte el 19 de noviembre como consecuencia de las heridas recibidas durante el repliegue de Xauen. En ese día, al hacer la descubierta en dirección a Hamara y tomar posiciones en Loma Larga para proteger el paso de la columna que desde Xeruta se dirigía al Zoco el Arbaa de Beni Hassan, un enemigo muy considerable en número hostilizó con intensidad, aprovechando las dificultades que al enlace entre los elementos de la columna imponía la niebla y un fuerte temporal de lluvia.
Ante la necesidad de proteger los dos flancos del desfiladero para impedir que el enemigo pudiera ocupar posiciones ventajosas para impedir su paso, marchó voluntariamente al escalón del lado izquierdo, y con decidido espíritu y singular acierto, imponiéndose a las circunstancias y haciendo uso de toda su energía, consiguió, secundado por su ayudante, reunir una parte de las fuerzas dispersas y con ellas organizar la retirada, haciendo frente a numeroso enemigo que acosaba por todas partes cada vez más tenazmente, al amparo de la tormenta, llegándose a las inmediaciones del Zoco el Arbaa, en cuyas cercanías se agruparon las fuerzas de la columna, a las que el enemigo causaba constantes bajas.
En tan críticos momentos, arengó a las fuerzas, y poniéndose al frente del 2.º Escuadrón de Caballería de Regulares de Ceuta, cargó contra el enemigo, logrando rechazarlo al otro lado del río Misal, cayendo mortalmente herido tras haber conseguido con tan brillante reacción ofensiva que el contrario, que ya había rebasado el puente, no volviera a atacar, lo que permitió que los últimos elementos de la columna llegaran al Zoco sin la presión y empuje del enemigo.
Tan heroica acción le valdría la concesión de una segunda Medalla Militar Individual por Real Orden de 1 de septiembre de 1927, la Cruz Laureada de San Fernando por Real Orden de 14 de febrero de 1929 y el ascenso a coronel por méritos de guerra. La Cruz Laureada que perteneció a este héroe se encuentra actualmente expuesta en el Museo del Ejército.
Estuvo casado con Cristina Vidal Rodríguez. Sus restos se encuentran enterrados en el cementerio de la localidad de Ceclavín (Cáceres). Cilleros, Moraleja y Villa del Rey, en la provincia de Cáceres, le dedicaron una calle, y Zarza la Mayor una plaza.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, leg. T-315.
J. L. Isabel Sánchez, Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando. Infantería, t. I, Madrid, Ministerio de Defensa, 2001.
José Luis Isabel Sánchez