Vera, Martín de. Borja (Zaragoza), c. 1635 – Veruela (Zaragoza), 24.II.1708. Monje cisterciense (OCist.) y abad de Veruela, rector del Colegio de Huesca, definidor y diputado, teólogo y orador sagrado.
Habiendo ingresado en su juventud en Veruela, llegaría a ser monje afamado por los extraordinarios servicios prestados a la Orden. Graduado por la universidad de Huesca, de cuyo colegio le eligieron rector. Según La Fuente, “era definidor de la Congregación, jubilado de justicia, calificador del Santo Oficio. Rector del Colegio de Huesca y catedrático de Teología en aquella universidad, visitador de los monasterios de Navarra y de las religiosas de Aragón”. Fue también confesor de las religiosas de Tulebras. Cuando era rector en Huesca, le sorprendió el nombramiento de abad de Santa María de Veruela, y tomó posesión del cargo el 15 de septiembre de l676. Era la primera vez que regía los destinos de su propio monasterio por espacio de cuatro años, prestando señalados servicios a la orden en distintos puestos de responsabilidad, asistiendo a las Cortes de Zaragoza en las cuales se juró por el rey Carlos II. En 1681 le nombraron definidor de la Congregación, y al final, otra vez le sublimaron a la sede de Veruela. En el capítulo general próximo celebrado en Poblet fue propuesto para vicario general de la Congregación, pero “por intrigas lamentables” —según un autor— recayó el nombramiento en fray Benito Sanz, abad de Piedra (Zaragoza).
Otra vez le nombraron diputado del reino, y en las Cortes le confiaron la misión de adaptador de los Fueros. El vicario general de la congregación le eligió para resolver las diferencias existentes entre los monasterios de Navarra. En 1696, por tercera vez se acordaron de él sus antiguos cohermanos, elevándole a la sede abacial. La crónica le tributa un elogio juzgándole “por maestro de los maestros de nuestra congregación, sus muchos méritos, prudencia, letras y ejemplar vida, merecía superiores mitras”. Por fin, le esperaba regir por cuarta vez su propio monasterio, no pudiendo finalizar el cuatrienio, porque el peso de los años y los continuos trabajos padecidos. En sus últimos años había sido teólogo de la Nunciatura de Clemente XI en España y examinador apostólico de la misma. Hasta se habla de que figuró en alguna terna para ser nombrado obispo de Albarracín, no habiendo sido aceptada.
Obras de ~: Resoluciones y consultas sobre diversas materia, s. l., s. f. (ms.); Discursos convincentes sobre el legítimo derecho del señor don Felipe V a la Corona de España, s. l., s. f. (ms.).
Bibl.: V. Lafuente, España Sagrada del Padre Enrique Flórez, vol. L, Madrid, 1747-1879, pág. 232; B. S. Castellanos de Losada y Serrano y Castro (dir. lit.), Biografía Eclesiástica Completa, t. XXX, Madrid, Eusebio Aguado, 1868, pág. 47; P. Blanco Trías, Historia del Real Monasterio de Santa María de Veruela, Palma de Mallorca, Imprenta Mossén Alcover, 1949, pág. 309 ss.; E. Brouette, A. Dimier y E. Manning (dirs.), Dictionaire des auteurs cisterciens, vol. 2-III, Rochefort, 1978, pág. 720; D. Yáñez Neira, El Císter: órdenes religiosas zaragozanas, Zaragoza, Institución “Fernando el Católico”, 1987, págs. 304-306.
Damián Yáñez Neira, OCSO