Biriteca. Inés Álvarez Pereira. ?, s. xvi – s. xvi. Princesa indígena.
Biriteca era la favorita del célebre caudillo indígena de Costa Rica Garabito, y sobresalía de las mujeres güetares por su belleza extraordinaria e hidalguía. Era Garabito un verdadero dolor de cabeza para las huestes conquistadoras, por diversos hechos de rebeldía en que se había visto involucrado, de modo que era urgente terminar con sus correrías y hostilidades. Antonio Álvarez Pereira, capitán de la conquista, es entonces designado para ir tras la pista del rebelde, que se rumoreaba estaba encubierto a orillas del río Cuarras, donde en efecto lo encuentra. Pero, a pesar del ataque sorpresivo y la destrucción de su hogar, Garabito, Biriteca y los suyos logran huir y evitan caer en manos del español. Un indio cristiano llamado Pedro, sin embargo, les abrió el camino hacia el puerto donde se hallaban los indígenas fugitivos, a los que encontraron celebrando un rito religioso. Después de acercarse con sigilo, observaron a un indio viejo que, entre bocanadas de humo, colocaba un amuleto con ojos de alcatraz en el pecho de una bella mujer, ataviada de tal manera que exaltaba sus virtudes. Es en aquel momento cuando se produce el ataque de los conquistadores; la mayor parte huye por el sendero mismo que había llevado al español, pero la princesa india Biriteca se separa del grupo y huye entreabriendo espacio entre pítales, convirtiéndose a su vez en guía para Antonio Álvarez Pereira, que la seguía, mientras sus hombres luchaban contra el resto de los indígenas y contra Garabito, quien de nuevo se escabulle. Pero Biriteca, joven y fuerte, mantiene su veloz fuga, perseguida por el conquistador, hasta caer rendida por el cansancio. Apresada por Álvarez Pereira, éste quedó prendado de la belleza de aquella joven india. Regresó a Garcimuñoz con aire triunfante, a pesar de no haber podido atrapar al fogoso cacique, pero sí a su mujer principal, a la que nunca volvería a ver, lo cual, según se dice, le provocó una profunda tristeza.
Tratando de evitar males mayores a Biriteca, Garabito envió maíz y otros productos comestibles a Garcimuñoz, pero nunca logró su libertad. Por el contrario, ella fue cristianizada y convertida en la mujer de Antonio Álvarez Pereira, con el que tuvo dos hijos: Juan e Inés Álvarez Pereira. Cuenta Manuel Jesús Jiménez en su crónica que “los cargueros que abastecían Garcimuñoz, interpelados a su regreso en el valle de Cruz, decían con sentimiento: ella ya no gime por su perdido amuleto de los ojos de alcatraz, en vez de redecillas al pecho lleva güipil, en vez de pauparrilla viste enaguas, en vez de collar usa rosario, ya no la nombran Biriteca, le dicen y llaman doña Ynés”.
Bibl.: M. J. Jiménez, “Antonio Pereira”, en Los Conquistadores, pról. y notas de J. F. Trejos, San José, Imprenta Lehmann, 1940, págs. 47-76; Á. Acuña de Chacón, La mujer costarricense a través de cuatro siglos, t. I, San José, Editorial Costa Rica, 1969, págs. 26-27.
Óscar Aguilar Bulgarelli