Guama. Cuba, p. s. xvi – 1532. Cacique indígena alzado en Cuba frente al poder español.
Nada se sabe de Guama hasta que en torno a 1522 se alzó contra los españoles. Esta insurrección se inició en Cuba, concretamente en el cacicazgo de Baracoa, gracias a la despoblación que había experimentado dicha provincia en la década de los veinte. Toda la isla sufrió la pérdida de población por el foco de atracción que supuso la Nueva España, pero muy especialmente esta provincia de la que se decía, en 1530, que no quedaban más que cuatro o cinco vecinos españoles.
Guama nunca llegó a tener ni el poder ni el carisma de Enriquillo, el cacique alzado en la vecina isla La Española. Tan sólo consiguió reunir bajo su mando a sesenta guerreros gracias a su fusión con el cacique Juan Pérez, que perdió su función de líder para convertirse en su lugarteniente. Pero, hay que reconocerle el mérito de ser el primer cacique nativo de Cuba que comprendió a la perfección el sistema de hostigamiento constante contra los invasores. También, tuvo perfecta conciencia de que su única posibilidad se basaba en el elemento sorpresa, el cual utilizó durante años con no poco éxito.
En su momento más álgido, llegó a controlar las zonas más montañosas de casi todo el este cubano, es decir, de la provincia de Baracoa, Maisi, Çagua, Baraxagua y el Bayamo. Mantuvo en jaque a los españoles hasta 1532, es decir, más de diez años. Sin embargo, esta larga duración se debió más que al ingenio estratégico de Guama, al desinterés de los españoles por acabar con un alzamiento de indios que apenas si causaba daños. En este sentido, cuando el teniente de gobernador Gonzalo de Guzmán fue acusado de no perseguir a los naturales alzados, respondió que no lo hizo porque el dicho indio no hizo daño alguno, “antes era público que se estaba en su tierra, y, decía que no quería hacer mal a nadie, ni lo hacía”.
Fracasados todos los intentos de buscar una salida pacífica al conflicto, se decidió finalmente acabar con la resistencia indígena por la fuerza de las armas. La victoria no fue fácil, pues fueron necesarios varios años para acabar con Guama y los suyos, muy a pesar de que los españoles se vieron muy favorecidos por la epidemia de viruela que se desató en 1530 y que diezmó a los indios del caudillo alzado.
Las primeras operaciones militares se iniciaron a mediados de 1530 y consistieron en la formación de dos cuadrillas compuestas por veinte indios y seis españoles cada una. Una saldría de Asunción y se abastecería de indios de paz de las provincias de Maisi y Baytiqueri, mientras que la otra partiría de Guantanabo y se constituiría con indios de las provincias del Bayamo y Arabacuco. A pesar de la aparente buena organización, no se conocen los resultados de esta campaña, pues la documentación silencia cualquier referencia a la misma.
En 1531, se formó otra cuadrilla, capitaneada por Diego Barba, y compuesta por nueve o diez españoles, varios negros y treinta indios “escogidos para la guerra”. En esta ocasión, la cuadrilla sí atacó el rancho donde se refugiaba Guama, destrozándolo todo y tomando presa a la mayoría de los indios, si bien, el astuto caudillo indígena consiguió huir con unos diez hombres, cuatro mujeres y cuatro muchachos.
En 1532, el capitán Gonzalo de Obregón se encargó de seguir y dar alcance a los aborígenes escapados con una cuadrilla formada por seis españoles, dos negros y doce indios, capturando a siete indios que estaban con el cacique indígena. En cambio, Guama, nuevamente, escapó de los españoles, pero, como ya se ha dicho, no pudo controlar a los suyos y encontró la muerte a manos de alguno de sus propios correligionarios.
Finalmente, se organizaron tres cuadrillas, capitaneadas respectivamente por Gaspar Caro, Cristóbal de Lezcano y Bernabé de Valdivieso, siendo los indios definitivamente prendidos. Los cabecillas fueron ajusticiados, y el resto de los indios encomendados por naborías. Desde entonces se decía que la isla estaba tan pacífica que “un español sin temor puede andar por ella [...]”.
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Esteban Mira Caballos