Angulo, Pedro de. Burgos, p. m. s. xvi – Zalama (México), 1562. Conquistador, dominico (OP) y obispo electo de Verapaz.
Nacido en Burgos en fecha desconocida, pasó a Nueva España en 1526 como soldado en las campañas que tuvieron lugar en el noroeste de ese territorio.
En 1529 tomó los hábitos de Santo Domingo y tras la profesión recorrió Santo Domingo, Guatemala y Perú para lograr la conversión de los naturales, y fundó el convento dominico de León de Nicaragua.
Hacia 1535 pasó al Perú, antes de que fuera totalmente conquistado, junto al marqués Francisco Pizarro y fray Vicente de Valverde, de su misma Orden, que luego fue obispo de Lima, e hizo notificar una cédula de Su Majestad, en la que se ordenaba que no se hiciera esclavos a los naturales. En Perú no existía prelado y fray Pedro de Angulo se dirigió a La Española, donde trabajó junto a fray Bartolomé de las Casas, obispo de Chiapas, que se encontraba allí. Ambos se encargaron de la conversión y reducción de un cacique de aquella isla, llamado Enrique, que había conseguido reunir a los naturales para luchar contra los españoles y expulsarlos de la tierra.
Desde La Española partió hacia el Perú en 1536, aunque la existencia de vientos contrarios hizo que su nao arribara a la provincia de Nicaragua, yendo desde allí a Guatemala, gobernada por el licenciado Maldonado.
Fray Pedro de Angulo se ocupó, en Guatemala de la conversión de los naturales que estaban por pacificar y de los que estaban ya pacificados, especialmente del pueblo de Thecosistení, con más de tres mil vecinos que estaban en los términos de Verapaz.
Por 1538 fray Pedro de Angulo marchó a Nueva España para asistir al Capítulo que se celebró en México. El Capítulo finalizó el 24 de agosto de ese año y desde México regresó a Guatemala, tras haber sido nombrado vicario de ella por comisión de fray Pedro Lozano, vicario general de su Orden en Indias.
Ahora tenía como misión ir a convertir a la provincia de Verapaz.
Fray Pedro de Angulo llegó a la provincia de Guatemala ese mismo año, convirtió a muchos naturales y fundó una casa de su Orden en Verapaz, siendo él mismo el primer prelado. El dominico burgalés solicitó a fray Bartolomé de las Casas que intercediera en la Corte para que desde la Península se le enviara un reloj a Tuzulutlán, donde él se estaba encargando de la instrucción de los naturales. Coincidiendo con esta petición se otorgó una real cédula (1 de mayo de 1543) dirigida a los oficiales de la Casa de la Contratación para que lo hicieran efectivo. Ese mismo día se dieron otras dos cédulas que afectaban al dominico Angulo; la primera estuvo dirigida al provincial de la Orden de la Nueva España para que ayudase al religioso en la pacificación de Tuzulutlán y Lacandón, y enviara algunos religiosos de “buena vida y ejemplo para la conversión de esos indios”, y la segunda, dirigida al propio fray Pedro de Angulo, alabando la labor llevada a cabo en la pacificación de los indios y animándolo para que continuara su tarea.
Fray Bartolomé de las Casas, en su cargo de obispo de Chiapas, llevó a cabo en 1545 la visita pastoral a su diócesis comenzando en la región de Tuzulutlán, una zona que había sido incorporada a su diócesis recientemente.
Durante la visita pudo ver que la evangelización podía llevarse a cabo por métodos pacíficos, como lo habían conseguido fray Pedro de Angulo, fray Luis Cáncer y fray Juan de San Lucas.
En 1551 fray Pedro de Angulo fue elegido primer provincial de la provincia de San Vicente de Chiapas y Guatemala. Posteriormente fue propuesto para ocuparse del obispado de Verapaz en una consulta que se realizó al Consejo de Indias en 1558. El Monarca emitió una Real Cédula, con fecha de 9 de junio de 1559, a favor de fray Pedro de Angulo, en la que le ordenaba enviara al Consejo de Indias información de la vida, costumbres y linaje a fin de presentarlo en Roma, puesto que se le había propuesto para el obispado de Verapaz en reconocimiento a sus muchos méritos y por su conocimiento de los naturales.
El Emperador presentó al burgalés para el obispado de Verapaz el 21 de abril de 1560, quien aceptó por mandato del general. Llegaron las bulas cuando se encontraba en México con la intención de partir hacia Guatemala, donde se había de consagrar. El obispo burgalés llegó a Zalama el miércoles de Pascua de Resurrección de 1562, donde murió sin poder realizar su tarea de obispo en la diócesis de Verapaz. Se distinguió como protector de los indios, como docto en el conocimiento de las lenguas mexicanas y como incansable estudiante.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Indiferente General, leg. 423, lib. 19, fols. 402-403; leg. 425, lib. 23, fol. 399; leg. 738, n.º 29; leg. 1963, lib. 8, fol. 184; Audiencia de Guatemala, leg. 111, n.º 12.
G. González Dávila, Teatro Eclesiástico de la Primitiva Iglesia de las Indias Occidentales, vol. I, Madrid, José Porrúa Turanzas, 1959, págs. 64-65; A. Ybot León, “La Iglesia y los eclesiásticos españoles en la empresa de Indias”, en A. Ballesteros Beretta (dir.), Historia de América y de los pueblos americanos, vol. II, Barcelona, Salvat, 1962, pág. 564; L. Galmes (OP), “Fray Luis Cáncer O.P., y su doble experiencia misionera y pacificadora”, en Los Dominicos y el Nuevo Mundo. Actas del II Congreso Internacional, Salamanca, San Esteban, 1991, pág. 275; M. Ciudad Suárez, “Referencias dominicanas en los cedularios del Archivo General de Indias (siglo xvi)”, en Los Dominicos y el Nuevo Mundo. Actas del II Congreso Internacional, op. cit., 1991, págs. 884 y 896; Á. Pereda López, La Emigración burgalesa a América durante el siglo xvi, Burgos, Caja de Burgos, 2000, pág. 120.
Ángela Pereda López