Velasco y Ordóñez, Quintín de. Espinosa de los Monteros (Burgos), 31.X.1784 – Palma de Mallorca (Islas Baleares), 19.VII.1851. Mariscal de campo, procedente de Ingenieros.
Fue cadete del Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey de 1802 a 1804. Estudió durante esos años en las Academias de Zamora, primero, y, posteriormente, en la de Ingenieros de Alcalá de Henares, ingresando en el Cuerpo el 14 de febrero de 1803 después del preceptivo examen, aunque se le asignaba una antigüedad de 18 de septiembre de 1804.
Destinado en el recién creado Regimiento de Zapadores-Minadores, al comenzar la Guerra de la Independencia se encontraba en Alcalá de Henares y con los restos de su unidad (las compañías del Regimiento se habían dispersado previamente a la entrada de las tropas francesas y quedaban en la ciudad únicamente dos compañías, algunos alumnos y los profesores de la Academia) marchó a Valencia. llegando la ciudad el 7 de junio, a tiempo de prestar relevantes servicios en dicha capital atacada por el mariscal Moncey pocos días después. El comportamiento de Velasco en la defensa de Valencia y persecución de la retirada de Moncey (del 29 de junio al 10 de julio) hasta Navarra fue tan relevante que se le premió con el grado de capitán. Formó parte del ejército allí creado hasta después de la batalla de Tudela, en que se acogió a Zaragoza.
Durante los dos sitios de la ciudad “Inmortal” estuvo dirigiendo trabajos de Ingenieros, mereciendo por su heroica actuación durante el segundo de los sitios la concesión de la Cruz de San Fernando de 1ª clase, refrendada por Real Cédula de 19 de octubre de 1822, y el grado de teniente coronel (los oficiales de Ingenieros, Artillería y Estado Mayor podían ascender en tres escalas: la de su Cuerpo, por antigüedad, y por méritos en las de grado del Ejército, y efectivo en el mismo): “El día 28 de junio, muy temprano, tres columnas francesas atacaron el Monte de Torrero por varios puntos, de forma que amenazaban con cortar las comunicaciones de los defensores con la ciudad. En los combates previos, se distinguió el subteniente de Ingenieros Quintín de Velasco”. En la defensa de la puerta de Santa Engracia y en uno de los asaltos del enemigo resultó gravemente herido. Al caer la ciudad fue hecho prisionero y conducido a Francia, donde permaneció en el depósito de Nancy hasta 1814 en que era liberado.
Según un certificado expedido por D. José Palafox con fecha de 22 de julio de 1814, se señala que fue Velasco el ingeniero que llevó a cabo la voladura del puente de América (21 diciembre 1808) para contener al enemigo al otro lado del canal. Y que fue el encargado de las obras de defensa y reparación de brechas del reducto del Pilar, así como de la voladura del puente sobre el Huerva, a pesar de haber sufrido dos fuertes contusiones. También dispuso una línea de fogatas pedreras, cuyas explosiones frustraron el asalto del sitiador al monasterio de Santa Engracia (15 enero 1809) rechazándole con grandes pérdidas. Y, por último, que estuvo valientemente sobre las brechas de aquel edificio el día que las asaltaron los enemigos (27 de enero), en cuyo trance recibió una grave herida que le tuvo imposibilitado algunos meses. Tales y tan grandes fueron los méritos de Velasco en la segunda defensa de Zaragoza, que le valieron el grado de coronel con antigüedad de 9 de marzo de 1809.
Caía como prisionero al capitular la “Ciudad Heroica” y al regreso de su cautividad en Francia, donde permaneció cinco años en los depósitos de prisioneros, fue purificado de su conducta y reintegrado en su puesto del escalafón, obteniendo en 1815 el empleo de teniente coronel de Ingenieros con el mando del 2.º batallón del único regimiento que entonces tenía el cuerpo.
En 1823 se le nombraba ayudante del Estado Mayor del Ejército del general Ballesteros, que había de oponerse a la entrada de las tropas francesas (“Los Cien Mil Hijos de San Luis”), que habían entrado en España en apoyo del absolutismo de Fernando VII. Después de la capitulación del general Ballesteros, era depurado por constitucionalista en ese mismo año de 1823 y rehabilitado para el servicio en 1832, en que era destinado a la Academia de Ingenieros de Guadalajara como profesor.
Durante la Primera Guerra Carlista estuvo en el Ejército del Norte, destacando en numerosas acciones como en la batalla de Mendigorría (18 de julio de 1835), acción por la que se le recompensó con otra Cruz de San Fernando de 1ª clase, o en la salida que se llevó a cabo en febrero de 1836 desde la plaza de San Sebastián, sitiada por los carlistas, y que tenía por objeto desalojar al enemigo de sus posiciones, lo que se consiguió, apoderándose además del convento fortificado de San Bartolomé. Posteriormente tomó parte en las acciones para el auxilio de Bilbao sitiada por las tropas carlistas. Durante estas operaciones (diciembre de 1836), al frente de sus zapadores y bajo el fuego de fusil y artillero, desbordó el atrincheramiento con el que cubría el enemigo el puente de Luchana, volado anteriormente, al que habilitó con gran celeridad, permitiendo así el paso de las tropas propias. Por el mérito contraído en estas acciones, fue premiado con el ascenso a brigadier del Ejército. Siguiendo en campaña, en 1837 tomaba parte en la expedición a Durango y a Elorrio, así como en las acciones de Santa Marina, Galdácano y Zamora. En el ataque a las líneas de San Sebastián en el mismo año, al tomar parte en una carga de caballería fue arrojado del caballo, quedando inutilizado temporalmente, por lo que fue dado de baja del ejército de operaciones. En consonancia con esto último, fue destinado sucesivamente a las Comandancias de Ingenieros de Granada y de Málaga.
En 1840 se le nombraba jefe del Regimiento de Ingenieros y, simultáneamente, jefe de estudios de la Academia del Arma (ambos en Guadalajara), cargo que ejerció hasta 1845, año en el que, ascendido a coronel director subinspector, se le destinaba a las islas Baleares con despacho en Palma de Mallorca, donde permaneció hasta su fallecimiento en 1851. Había sido promovido a coronel del Cuerpo el 14 de enero de 1836 y a mariscal de campo del Ejército el 6 de mayo de 1844.
Además de las dos cruces de San Fernando, ya citadas, poseía la Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, era Benemérito de la Patria, medalla del Sufrimiento, cruz de la Fuga de los zapadores, la del 2.º Sitio de Zaragoza y las de Mendigorría y Bilbao.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar de Segovia (AGMS), Exps. personales.
Estados (Escalillas) del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, 1805-1852; Estado del Cuerpo de Estado Mayor, Madrid, Imprenta del Boletín del Ejército, 1847; M. de la Sala Valdés y García Sala, Obelisco Histórico en honor de los heroicos defensores de Zaragoza en sus dos sitios (1808-1809), Zaragoza, 1908; Estudio Histórico del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, Madrid, Establecimiento Tipográfico Sucesores de Rivadeneyra, 1911, 2 vols.; VV. AA., Enciclopedia Universal Ilustrada Europea Americana, vol. LXVII, Madrid, Espasa-Calpe, 1991, pág. 617; J. López Muiños, Algunos aspectos de la Ingeniería Militar española y el Cuerpo Técnico, Madrid, Ministerio de Defensa, 1993; L. M. de Diego Pareja, La Academia de Ingenieros y el Regimiento de Zapadores de Alcalá de Henares (1803-1823), Alcalá de Henares, Institución de Estudios Complutenses, 1999; J. Carrillo de Albornoz y Galbeño, “Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando pertenecientes al Arma de Ingenieros”, en Memorial del Arma de Ingenieros (Madrid, Ministerio de Defensa), 63-66 (2001 y 2002); A. Quesada Gómez, “El Real Cuerpo de Ingenieros del Ejército en la Guerra de la Independencia: Aragón y Navarra”, en A. Quesada Gómez (coord.), El Real Cuerpo de Ingenieros del Ejército en la Guerra de la Independencia, 1808-1814, Madrid, Ministerio de Defensa, 2009; L. J. Sanz Balduz, Los Puentes y los Ingenieros en el sitio de Zaragoza, Zaragoza, Asociación Cultural “Los sitios de Zaragoza”-Ayuntamiento de Zaragoza, 2013; R. Fernández López, La Academia de Ingenieros y los Zapadores-Minadores en Alcalá (1803-1823), Letrame, 2019.
Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño