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Venancio Marco Roig

Biografía

Marco Roig, Venancio. Yecla (Murcia), 1871 – Valencia, 1941. Escultor imaginero.

Notable artista de origen murciano, conocería los primeros rudimentos de la talla en la carpintería de su padre en su ciudad natal. Pasó ya de adulto a Valencia, ciudad en la que hay noticia de su presencia en 1889.

Este año aparece matriculado por vez primera en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos, en la que cursaría estudios superiores hasta 1902 buscando materias afines a la especialidad de Escultura en las asignaturas de Dibujo del Antiguo y Dibujo del Natural.

En esta época de discente y con escasos recursos económicos, tratando de subsistir en una ciudad desconocida, pronto entraría al servicio del tallista Francisco Gómez, en cuyo taller de la plaza de la Santa Cruz n.º 7 trabajó como aprendiz. Allí residió durante algunos años (de 1887 a 1897). A la vez que aprendía el oficio de la talla religiosa, disponía de un hogar, pasando con la cartilla de oficial algún tiempo después a regentar dicho taller, de donde saldrían algunas de sus obras para Yecla. Por esos años había laborado también en los talleres de José Gérique Chust, de la calle Caballeros, n.os 10, 12 y 14, y en el de Damián Pastor y Juliá, en la calle de Salvador Giner, que contó con un gran número de aprendices y oficiales; en éste, como en otros obradores, la especialización del trabajo y el mismo ritmo impuesto marginaban toda preocupación estética o renovadora.

Varias son las exposiciones a las que concurrió el escultor Venancio Marco en el cénit de su producción artística, habidas por la geografía nacional (Madrid, Granada y Zaragoza) durante la primera década del siglo xx, pero acaso las más trascendentes fueron las acontecidas en Valencia y Madrid. A la Exposición Regional Valenciana de 1909 concurrió, dentro de la Sección de Bellas Artes, con dos obras de lo más sazonado de su producción artística: un San Antonio de Padua, talla en madera de menor tamaño que el natural, repetición de otras realizadas para Yecla, en 1898 y 1900, y para la catedral metropolitana de Valencia en 1907; y una imagen de la Virgen titulada Salus Infirmorum (o “Salud de los Enfermos”) de la Letania Mariológica, con destino luego a alguna capilla hospitalaria.

Un año después, participa en la Exposición Nacional celebrada en Valencia, con una imagen de talla dentro de la Sección 2.ª dedicada a “Arte Decorativo” por la que obtuvo diploma de Cooperación, y también —con una obra que se ignora— logra la medalla de Oro en la Sección 3.ª dedicada a “Escultura”.

Asiste, asimismo, como expositor a la Exposición Nacional de Bellas Artes celebrada en el Palacio del Retiro de Madrid, también en 1910, obteniendo una mención honorífica (Pantorba, 1980: 211 y 432).

Con el precedente de su sólida formación adquirida, Venancio Marco se ponía en 1898 con las herramientas en la mano al frente de un nuevo taller, enclavado en los bajos de Casa Peris, un edificio de impronta romántico-historicista, situado en la calle de Caballeros, n.º 8, e iniciaba una singladura que pronto iba a dar sus frutos y a crearle un nombre en la ciudad; no el de un vulgar santero, sino el de un artífice de la imaginería que, aunque no fue innovador (pues repitió modelos iconográficos reconocibles, como Niños y Purísimas murillescas, y algunos pasos procesionales, como el de La Oración del Huerto y La Sagrada Familia de eco salzillesco), sí fue honrado y consecuente con su profesión, apegada a la imaginería tradicional barroca, a la que le imprimía un carácter de autenticidad y proporcionaba a los tipos efigiados un marchamo de acentuado naturalismo, como es el caso de las figuras de San José, San Antonio de Padua, Sagrada Familia y Virgen de los Desamparados, de muy delicadas facciones y expresión amable, en las que la encarnación y policromía de los pintores-doradores de los hermanos Gerique, vecinos de la misma calle, tendrían mucha importancia en su buen acabado y en la unción religiosa.

Prolija es la relación de obras escultóricas que se conocen de Venancio Marco, muchas de ellas perdidas en la Guerra Civil, y que fueron destinadas a oratorios de particulares, cofradías, ermitas e iglesias parroquiales y conventuales, de diversos lugares, villas y ciudades de España. Entre ellas cabe citar: en Andilla (Valencia), una Dolorosa; en Barcelona, en Cádiz y Málaga, tres imágenes de San Gervasio; en Caravaca de la Cruz, un San Juan de la Cruz; en Granada, un San Francisco de Asís para los padres capuchinos; en Manresa, una imagen de Nuestra Señora de María Reparadora; en Murcia, el Tribunal de Pilatos, paso para la procesión de San Antolín, de 1910, y, desaparecido, un San Juan Evangelista, del año 1912, del tamaño del natural, con destino a la procesión del Resucitado de la Merced, que fue sufragado por la familia Guerreros, y de la que proporciona noticia el diario El Liberal (Murcia, sábado 6 de abril de 1912), así como un San Félix de Cantalicio, que data de 1903, para la capilla de la Comunión de los padres capuchinos de Zarandona y que aparece reseñada en el Diario de Murcia (Murcia, jueves 5 de marzo de 1903) y en el opúsculo de J. A. (1906: 7). En San Sebastián, una Nuestra Señora María Reparadora; en Sevilla, un San Antonio de Padua para los padres capuchinos; en Sinarcas, una Virgen de los Desamparados; en Tarazona, una Santa Teresa de Jesús; en Valencia, las imágenes del Sagrado Corazón de Jesús, para la iglesia de San Vicente de la Roqueta, actual parroquia de Cristo Rey; San Antonio de Padua, para la catedral metropolitana, que va firmada y fechada en la peana por su autor (“V. Marco, 1907”); un Sagrado Corazón de Jesús, talla del tamaño del natural de hacia 1904, hoy desaparecida, que fue muy celebrada, y un Grupo escultórico de la Santa abuela Juana de Aza con Santo Domingo y el Beato Manés, compuesto de tres figuras, ambas para la iglesia parroquial de San Juan y San Vicente, así como un San Gervasio, una Virgen María Reparadora, San José y San Ignacio de Loyola, todas del año 1903; para el presbiterio de la iglesia, la comunidad religiosa Hermanas Sacramentarias de María Reparadora, situada en la calle Gobernador Viejo; y un grupo, La Oración del Huerto, sufragado por los hermanos Ballester, que constaba de cinco figuras y que realizó en 1931 para la Semana Santa Marinera de El Cabañal (Valencia). En Yecla, las efigies de San Cayetano fundador, de 1898, y de San Antonio de Padua, de 1900, para la ermita de San Cayetano; un espléndido Niño Jesús, buen Pastor, de hacia 1910, para la iglesia vieja de la Asunción de Yecla; otro San Antonio de Padua, de hacia 1900, para la iglesia de la monjas franciscanas concepcionistas; un Grupo escultórico de la entrada de Jesús en Jerusalén, compuesto de tres figuras para una capilla privada; y un San Francisco de Asís para el eremitorio-santuario del castillo, de hacia 1917, sobre trono de nubes acompañado de dos ángeles mancebos; y en Zarauz, una Virgen del Carmen. En tierras latinoamericanas, para Barranquilla (Colombia) llevó a cabo La Glorificación de San Francisco, de 1916, para la parroquia del Rosario, regentada por frailes menores capuchinos.

Venancio Marco dominó con precisión las técnicas de la talla de la madera, y de la labra de la piedra y del mármol, aunque acaso se sintiera más cómodo con la primera, ya fuese trabajada sobre ciprés, cedro, peral o pino de Suecia, dado lo abundante de su producción imaginera. Sabido es que el escultor abocetaba cualquier idea y estudiaba la composición antes de su resolución en materia definitiva, de lo que dan cuenta las numerosas manos, mascarillas, bustos de estudios clásicos modelados en yeso y bocetos de terracota conservados en el que fue su obrador, regentado hasta hace poco tiempo por el escultor Federico Esteve Defez.

 

Obras de ~: San Cayetano Fundador y San Antonio de Padua, ermita de San Cayetano, Yecla, 1897-1898; San Félix de Cantalicio, capilla de la Comunión de los padres capuchinos de Zarandona (Murcia), 1903; San Antonio de Padua, catedral de Valencia, 1907; San Francisco de Asís con ángeles mancebos, santuario del Castillo, Yecla, 1917; San Juan Evangelista, Procesión del Resucitado de la Merced, Murcia, 1912; Grupo escultórico de la Oración del Huerto, Semana Santa Marinera del Cabañal (Valencia), 1931.

 

Bibl.: J. A., Novena en honra y gloria del milagroso San Félix de Cantalicio, precedida de una noticia acerca de la devoción de Murcia a tan esclarecido Santo, Murcia, Tipografía a cargo de Malencio y Castillejo, 1906, pág. 7; B. de Pantorba, Historia y Crítica de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes celebradas en España, Madrid, Jesús Ramón García-Rama, 1980, págs. 211 y 432; F. J. Delicado Martínez, “Un escultor imaginero en la Valencia de entresiglos XIX y XX. Venancio Marco”, en Archivo de Arte Valenciano (Valencia, Real Academia de Bellas Artes de San Carlos) (1996), págs. 128-145; F. Agramunt Lacruz, Diccionario de artistas valencianos del siglo xx, t. II, Valencia, Albatros, 1999, págs. 1045-1046.

 

Francisco Javier Delicado Martínez