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Francisco Pons Boigues

Biografía

Pons Boigues, Francisco. Carcagente (Valencia), 3.XI.1861 – 6.IX.1899. Autor de obras sobre arabismo y mozarabismo.

Nacido en el seno de una familia de agricultores muy pobres, Francisco Pons Boigues, a pesar de su carácter enigmático e introvertido, demostró desde su más tierna edad excelentes cualidades intelectuales y gran capacidad de trabajo, lo que le valió gozar, desde los estudios primarios hasta los universitarios, del mecenazgo desinteresado de varias personas, en especial del sacerdote José María Navarro Darás, su primer profesor. Tanto en el colegio de primaria como en el bachillerato y en los estudios eclesiásticos en el Seminario de Valencia, siempre obtuvo las más altas calificaciones académicas, a pesar de compartir los estudios de Teología con los de Derecho en la Universidad estatal.

A los veintiún años, terminada su preparación teológica, solicitó ser ordenado sacerdote; pero su protector, José María Navarro, le aconsejó posponer tal decisión y recapacitar sobre la firmeza de su vocación religiosa, lo que provocó que, con mucha pena, terminara por abandonar el estado clerical.

Julián Ribera, natural también de Carcagente y discípulo del arabista Francisco Codera en la Universidad de Madrid, le ofreció su ayuda para trasladarse a la capital de la nación. Con el apoyo de este nuevo mecenas, Pons Boigues no sólo aprendió con él la lengua árabe, sino que se matriculó en los cursos normales de la Facultad de Letras, y asistió también a los especiales de Arqueología, lo mismo que a los cursos en la Escuela Superior de Diplomática; en 1885 obtuvo ya su licenciatura con Premio Extraordinario. Al año siguiente, tras la obligatoria oposición, ingresaba en el Cuerpo Facultativo de Archiveros y Bibliotecarios.

Desde el comienzo de su estancia en Madrid, aunque muy módicamente, vivía ya de sus propios medios.

Todos los estudios los coronó siempre de un modo brillante, pero además, al final de los mismos “conocía a perfección el latín, escribía y traducía el francés, traducía el árabe, el hebreo, el griego, el italiano, el inglés y el alemán [...]” (P. Roca, 1900).

En Madrid, su coterráneo Julián Ribera le puso en relación con el también valenciano Francisco Codera.

Éste, tras la revalorización del pasado arábigo en España iniciada a principios del siglo xix por Antonio Conde, estaba logrando nuevas cotas en este movimiento cultural: la historia de España bajo el dominio musulmán nunca, según él, podría ser comprendida “sin el profundo y bien encaminado estudio de los muchos documentos que de los árabes se conservan”, y era precisamente esa documentación la que él estaba dando a conocer. Rodeado de un pequeño grupo de discípulos —Julián Ribera y Pascual Meneu eran los principales—, se puso a la obra al montar en su propio domicilio, en 1882, una imprentilla, con tipos árabes, en la que ellos mismos componían los textos de los documentos históricos árabes que hallaban, es decir, su conocida Biblioteca Arábico-Hispana. Pues bien, Pons Boigues, que recibía lecciones de árabe de Julián Ribera, entró pronto a formar parte del grupo.

Una vez nombrado éste profesor en la Universidad de Zaragoza, Pons se relacionó ya más estrechamente con Codera, hasta “hacerse todo un arabista”, que se aficionó de tal forma al tema arábigo español que lo convirtió “en substancia de su vida” (P. Roca, 1900).

Imbuido, pues, del ideal investigador de Codera, Pons Boigues se planteó como proyecto personal de vida llegar a formar una “Biblioteca bio-bibliográfica de la ciencia y de la literatura arábigo-española”: de historiadores y geógrafos, de médicos y naturalistas, de matemáticos y astrónomos hispano-árabes. La plasmación de tal proyecto la concibió en forma de sucesivas monografías. Terminó y publicó la primera, la de historiadores y geógrafos; también concluyó la segunda, pero la dejó inédita; de la tercera sólo dejó esbozos de fichas. La publicación de su ensayo sobre historiadores y geógrafos hispano-árabes fue recibida por la crítica de españoles y extranjeros como obra muy importante y única en su género.

Por otra parte, de su paso como funcionario por el Archivo Histórico Nacional de Madrid dejó como testimonio el hallazgo de las escrituras mozárabes toledanas, que, aunque no en su totalidad, tradujo y estudió sólo someramente. A propósito de este hallazgo, se inició entre Pons Boigues y el arabista Francisco Javier Simonet una interesante correspondencia de carácter lingüístico, aunque la importancia de aquellas “escrituras” se derivaba también de los aspectos sociales e institucionales entre los mozárabes, que investigadores posteriores pondrían de relieve. Pons Boigues publicó además breves estudios de corte arabista, de los cuales algunos fueron luego reproducidos en forma conjunta.

Debe, finalmente, ser destacada su traducción del árabe de la obra de Ibn al-Tufayl El filósofo autodidacto, cuya publicación, tras su muerte, a expensas de su protector José María Navarro, prologó Menéndez Pelayo, que consideró esta obra como antecedente de El Criticón de Baltasar Gracián, y fue luego objeto de estudio por parte de Asín Palacios.

Francisco Pons Boigues murió a los treinta y siete años de edad, cuando iba camino de ser uno de los grandes arabistas de España. Su gran capacidad intelectual, su extensa formación en el aspecto lingüístico e histórico, y su intensa y programada dedicación al tema arábigo-español lo hacía así esperar. Su carácter concentrado y nada expansivo, salvo con muy contados amigos, cooperó a que llegara a ser, en palabras de Manzanares de Cirre, “un trabajador incansable, metódico y con gran capacidad de organización”. Más que un erudito y un investigador, fue —tal vez— un bibliógrafo, pero no cabe rebajar el valor de sus trabajos, “puesto que en el campo de la erudición, tan importante es el que aporta el dato como el que lo interpreta” (Manzanares de Cirre, 1972). Su corta vida no le permitió dar todo lo que llevaba dentro de sí.

 

Obras de ~: Apuntes sobre las escrituras mozárabes toledanas, Madrid, Viuda e Hijos de Tello, 1897; Ensayo bio-bibliográfico sobre los historiadores y geógrafos arábigo-españoles, Madrid, Est. Tipográfico de San Francisco de Sales, 1898 (reprod. facs., Frankfurt am Main, Institute for the History Arabic-Islamic Science, 1993); El filósofo autodidacto de Abentofail: novela psicológica traducida directamente del árabe, pról. de M. Menéndez Pelayo, Zaragoza, Tipografía de Comas Hermanos, 1900 (reprod. facs., Madrid, Marcial Pons, 1998); Estudios breves (artículos de F. Pons Boigues, publicados en la revista El Archivo, Valencia, 1887, y Revista Contemporánea, Madrid, 1888, y recogidos en un volumen por G. Guastavino Gallent), Tetuán (Marruecos), Instituto General Franco de Estudios e Investigación Hispano-Árabe, 1952.

 

Bibl.: P. Roca, “Vida y obras de D. Francisco Pons y Boigues”, en Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, IV (1900), págs. 496-512, 609-624 y 714-723; M. Asín Palacios, “El filósofo autodidacta”, en Revista de Aragón, 2 (1901), págs. 25-27, 57-60 y 89-91; A. González Palencia, Los mozárabes de Toledo en los siglos xii y xiii, Madrid, Instituto de Valencia de Don Juan, 1926-1930; I. de las Cajigas, Los mozárabes: minorías étnico-religiosas de la Edad Media española, Madrid, Instituto de Estudios Africanos, 1947-1948; M. Manzanares de Cirre, Arabistas españoles del siglo xix, Madrid, Instituto Hispano-Árabe de Cultura, 1972; B. López García, “Arabismo y orientalismo en España: radiografía y diagnóstico de un gremio escaso y apartadizo”, en Awraq, XI (1990), págs. 35-69.

 

Ramón Lourido Díaz