Legasa, Bartolomé de. Señor de Ambroz. Madrid, c. 1615 – 1679. Secretario de Estado y del Despacho.
Caballero madrileño de orígenes navarros y manchegos, sus padres fueron Tristán de Legasa e Isabel Gascó. En su juventud entró en la Administración de Felipe IV, consiguiendo rápidamente ascender a puestos de cierta responsabilidad. Como refiere Juan Antonio Álvarez Baena, el cursus honorum de Legasa le hizo pasar por un puesto de contador de la Razón (en el Donativo General, en 1640) y, tras una rápida evolución en otros cargos menores, le aupó al Consejo Real, siendo secretario de gracia en la Cámara de Castilla durante los últimos años del reinado de Felipe IV y los primeros de Carlos II. Para entonces se le había concedido un hábito de la Orden de Alcántara (en 1658), merced con la que se confirmó el favor del Soberano por la labor burocrática de Bartolomé de Legasa.
Poco antes, en 1654, éste se naturalizó navarro, ya que era el origen de su progenie.
Durante la reunión de las Cortes de 1663 el caballero Legasa, que aparece como secretario de la comisión de Millones y secretario de Hacienda, recibió una ayuda de costa junto a una cantidad añadida de 500 ducados “consignados en las arcas del Real Tesoro”.
En 1669 Carlos II, “atendiendo a su capacidad y méritos” —como indica Álvarez Baena—, le entregó la secretaría de Estado del Consejo de Guerra, para conseguir, ya en 1675, la secretaría de Estado de asuntos de Italia, al haber promocionado su titular, Pedro Fernández del Campo, a la secretaría del Despacho Universal. El disfrute de Legasa en esta dignidad coincidió con el supremo esfuerzo de la Monarquía Católica por acabar con la temida revuelta de Messina, para cuya coordinación de fuerzas será clave la mediación del nuevo secretario. Tras su fallecimiento la secretaría vacante recayó en el exenviado extraordinario en las Provincias Unidas y antiguo introductor de embajadores, Manuel Francisco de Lira.
Además de obtener un hábito alcantarino, Bartolomé de Legasa fue beneficiario de un señorío jurisdiccional centrado en el lugar de Ambroz, que fue concedido por Carlos II en 1678, y en numerosas propiedades rústicas y urbanas en Madrid y sus cercanías.
Legasa, cuya carrera administrativa le había llevado a las altas cimas del poder de la Monarquía, falleció en Madrid en 1679, dejando a sus descendientes directos —sus hijos Gaspar, Francisco y Antonio, procreados de su primera mujer, Isabel Díez, y de su segunda esposa, Estefanía de Ezpeleta— una imponente herencia conformada, en bienes muebles, por una notable colección artística —con ricos paños de tapicería flamenca y lienzos de Angelo Nardi y Pedro Orrente o copias de Snyders y Rafael de Urbino— y una nutrida librería que abarcaba tratados teológicos, crónicas históricas, manuales jurídicos y obras literarias de los clásicos grecolatinos y de los principales literatos y pensadores hispanos del barroco, como Faria y Sousa, Nieremberg, Solórzano Pereira, Ramos del Manzano o Quevedo.
Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional (Madrid), Órdenes Militares, Alcántara, exp. 802, Expedientillos, 13901; Real Academia de la Historia, Colección Salazar y Castro, t. D-28.
J. A. Álvarez y Baena, Hijos de Madrid, ilustres en santidad, dignidades, armas, ciencias y artes. Diccionario Histórico por el orden alfabético de sus nombres, t. I, Madrid, en la oficina de D. Benito Cano, 1789; J. A. Escudero, Los secretarios de Estado y del Despacho (1474-1724), Madrid, Instituto de Estudios Administrativos, 1976, 4 vols.; M. Martínez Robles, Los oficiales de las secretarías de la Corte bajo los Austrias y los Borbones, Madrid, Instituto Nacional de Administración Pública, 1987; J. L. Barrio Moya, “El inventario de los bienes del hidalgo navarro don Bartolomé de Legasa, consejero de Estado del rey Carlos II (1679)”, en Letras de Deusto, XVIII/42 (septiembre-diciembre de 1988), págs. 177-186.
Roberto Quirós Rosado
