González Botello, Crispín. Portugal, c. 1615 – Madrid, 1703. Secretario de Estado y del Despacho, consejero de Guerra.
Es un oscuro —por la falta de datos biográficos— pero relevante individuo inserto dentro de la prolija lista de funcionarios al servicio de la Monarquía católica durante los reinados de Felipe IV y Carlos II. De origen portugués, como rezan varias informaciones genealógicas coetáneas a su vida, Botello debió de acceder en su juventud al complicado entramado de la Administración hispánica. Debido a su naturaleza portuguesa, su carrera política se inició en el Consejo de Portugal, cuya existencia vivió momentos trágicos durante la Guerra de Restauraçao (1640-1668). Dentro de este organismo alcanzó el puesto de secretario del Consejo hasta que, tras su disolución definitiva (en 1668, tras la paz de Lisboa), pasó a otros espacios burocráticos en el Consejo de Estado, aunque poseyendo ciertos derechos y prerrogativas derivadas de las poseídas durante su anterior cargo, probablemente fue por entonces cuando se le concedió un hábito de la Orden de Santiago, del que no se conserva expediente.
En 1682, Crispín González Botello quedaba encargado de la Secretaría del Norte del Consejo de Estado, tras el pase de su titular, Pedro Coloma, a una plaza en el Consejo de Aragón. El prestigioso e importante oficio de la Secretaría de los Asuntos del Norte —Flandes, Provincias Unidas, Sacro Imperio, Francia e Inglaterra— fue detentado por Botello durante los cruciales años de ofensiva francesa sobre los Países Bajos españoles, convirtiéndose de esta manera su titular en el enlace básico entre los gobernadores y embajadores hispánicos en esta área y la elite dirigente de Madrid. La capacidad administrativa del secretario portugués alcanzó cierta fama, e incluso su nombre pareció sonar en los rumores sobre la concesión de la Secretaría del Despacho Universal en 1685 (que finalmente pasó a Manuel Francisco de Lira, secretario de Italia), a tenor de esta copla transcrita en una carta por el duque de Híjar: “Los alegres quieren Lira, / los bebedores Botello, / los espléndidos Coloma, / los comedores Carnero”.
La actividad de González Botello durante los largos años en que quedó encargado de la Secretaría del Norte no impidió que mantuviese cierta conexión con los principales literatos y pensadores del momento, como con el cronista de Indias Antonio de Solís, con quien mantuvo una notable correspondencia. De su talante personal y su actitud ante el trabajo queda una visión ciertamente peyorativa debida al embajador inglés Stanhope: “Crispin Botello is as old, peevish, oppressed by business, and so either forgetful or malicious, that I know he has kept my memorials of national concerns three months by him, without presenting them to the Council, which it is his duty to do immediately. I have no remedy”.
Según la documentación oficial que fue tramitada por Botello, el secretario quedó encargado de numerosos asuntos no sólo relativos a Flandes, sino también a la diplomacia con Francia y el Sacro Imperio —en 1688 quedó encargado de vigilar, como comisario regio, la actividad de la embajada francesa del encargado de negocios Le Vasseur y, al año siguiente, de signar los documentos necesarios para la boda entre Carlos II y Mariana de Neoburgo—. En 1694, según la marquesa de Gudannes, a González Botello, que gozaba de la protección del almirante de Castilla, se le intentó pasar a la Secretaría de Italia, aunque el cambio no resultó tal y dicho cargo pasó a Juan Antonio López de Zárate. A partir de entonces, la edad y las luchas políticas en el seno de la Monarquía provocaron el eclipse político del secretario del Norte. Crispín González Botello se vio obligado a renunciar a su Secretaría de Estado en el verano de 1699, nombrándose en su lugar a Juan del Moral, oficial mayor de la Secretaría de Estado para Italia y secretario de Guerra, aunque se le concedió una plaza en el Consejo de Guerra. Poco más tarde, en 1703, cuando el anquilosado sistema burocrático de los Austrias empezaba a ser desmontado por la nueva Administración borbónica, Crispín González Botello fallecía en la Villa y Corte de Madrid.
Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional, Sección Nobleza, Osuna, caja 48, doc. 2; caja 286 (bis), doc. 5; Real Academia de la Historia, Colección Salazar y Castro, tomo N-57.
M. Danvila, El poder civil en España, Madrid, Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, 1885; L. A. Arocena, Antonio de Solís, cronista indiano, Santiago de Chile, Editorial Universitaria, 1963; J. A. Escudero, Los secretarios de Estado y del Despacho (1474-1724), Madrid, Instituto de Estudios Administrativos, 1976; M. Martínez Robles, Los oficiales de las secretarías de la Corte bajo los Austrias y los Borbones, Madrid, Instituto Nacional de Administración Pública, 1987; G. Maura y Gamazo, Duque de Maura, Vida y reinado de Carlos II, Madrid, 1990; J. M. García Mercadal (ed.), Viajes de extranjeros por España y Portugal, t. IV, Salamanca, Junta de Castilla y León, Consejería de Educación y Cultura, 1999; A. Stanhope, Spain under Charles the Second, Charleston, BiblioBazaar, 2008.
Roberto Quirós Rosado
