Mesa, Jacinto Antonio de. ?, p. s. XVII – Córdoba, 19.X.1683. Maestro de capilla, y compositor.
Según el diccionario de la música dirigido por Alberto Basso, “poquísimas son las noticias que nos han llegado de este, músico”. Fue maestro de capilla de la catedral de Murcia aunque en el archivo de la citada catedral no se han conservado ninguna obra suya. Según noticias que nos proporciona Antonio Ezquerro, ocupando el magisterio murciano escribió una carta al Cabildo de la catedral de Málaga, en la que se ofrecía para el magisterio de capilla que por entonces había quedado vacante; el tesorero del cabildo malacitano, Gregorio de Paz, propuso llamar “al maestro de la iglesia de Murcia, Mesa, porque le conocía y había visto actuar en esta iglesia en oposición anterior, ofreciéndole la prebenda”; antes de tomar una decisión definitiva, algunos miembros de la capilla entraron al cabildo que y “por orden de antigüedad informaron que Jacinto Antonio de Mesa era el más a propósito que se podía hallar en las iglesias de estos reinos, porque era estudioso y virtuoso, era y había sido en obispado s de otras iglesias del porte de ésta, y así su parecer era que el Cabildo le llamase y le diese la prebenda”; además, el ministril Mateo Serrano resaltó “que le había visto actuar en esta iglesia hacía ocho o diez años, y que, según sus actos y el crédito que tenía de estudioso y virtuoso, considerando los demás maestros que tenían las iglesias de estos reinos y el estado en que hoy estaban estas cosas, su parecer era que el dicho Jacinto sería a propósito para esta prebenda”. Sin embargo la mayoría de los miembros del Cabildo decidió no contratar a Mesa y optar por el tradicional sistema de oposiciones. Finalmente éstas se celebraron pero no se proveyó la plaza y el puesto recayó en Mesa “pues el reparo de la poca vista que tenía, según informes fidedignos, estaba ya desvanecido, supuesto que hacía sus temas en la iglesia de Murcia como cualquier otro prebendado”. Así pues, se acordó “nemine discrepante”, nombrarle maestro de capilla, siendo leída la carta de aceptación del compositor el 7 de julio de 1656 pese a lo cual no llegó a tomar posesión ya que el 5 de octubre de 1656 fue elegido maestro de la catedral de Córdoba, en sustitución de Francisco Humanes Aldama. El 19 de diciembre de 1656 se leyó en el cabildo malacitano una carta suya, ya en calidad de maestro de Córdoba, en que dice que “remite unos villancicos para que se canten en la noche de Navidad, y que el amor de sus padres le pudo obligar a ir a aquella iglesia [de Córdoba] sin cumplir la palabra que dio a ésta, aunque no ha perdido la esperanza de cumplirla”.
Con motivo del fallecimiento de Francisco Ruiz Samaniego en marzo de 1666, el cabildo de Málaga vuelve a fijarse en Mesa pero el obispo malagueño señaló que, “considerando haber faltado la vez pasada al llamamiento que le había hecho, era de temer diese ahora la negativa, y que él tenía noticia del maestro de capilla de Zamora Alonso de Torices”.
En su extenso magisterio cordobés, que ocupó hasta el 15 de octubre de1683, Mesa puedo ver impresos varios textos de sus villancicos, al menos en 1660, 1662, 1665, 1669, 1672, 1677 y 1680. A su muerte su sucesor fue Juan Pacheco Montón. Según documentación de Higinio Anglés, en un acta capitular de Córdoba consta que “nunca pidió ayuda de costa y que dejó para el uso de la iglesia todas sus obras latinas”.
Antonio Ezquerro ha recopilado las reacciones que motivó la obra musical de Mesa entre los historiadores del siglo XIX y XX: así por ejemplo, fue elogiado por la musicografía del siglo XIX, calificándolo Baltasar Saldoni de “sobresaliente compositor y maestro”; por su parte, Mariano Soriano Fuertes le denominó “sobresaliente compositor”, y al hablar de varios maestros de su época, entre los que incluye a Mesa, dice de ellos que “adquirieron gran fama, y han inmortalizado sus nombres en algunas de las obras que, a pesar de nuestra incuria y desidia, se conservan en varios archivos de las catedrales de España y bibliotecas particulares, mereciendo los mayores elogios de los verdaderos profesores y amantes del arte”; A. Lozano también lo sitúa con otros grandes compositores de su época, como “Capitán”, fray Francisco de Santiago, Pedro Femández Buch, etc., de quienes, pese a no haber sido maestro en Zaragoza, “se conservan muchas y notables producciones” en sus archivos catedralicios. Por último, M. Querol lo agrupa entre los “grandes compositores del siglo XVII” español, siendo uno de los que escribió música a mayor número de voces, catorce. En su obra musical destaca, según destacaba Higinio Anglés, un libro manuscrito en copia del s. XVIII, con sesenta folios en papel, que se conserva en la catedral de Córdoba, y que incluye una colección de magnificats a cuatro voces de Mesa, a la que sigue un himno Ave Maris Stella a cinco voces, del maestro Gaitán. Por otra parte, Saldoni y Soriano Fuertes nos informan que en Córdoba se conservaba en 1850 un motete a ocho voces para el día de la Candelaria, Lumen ad revelationem, a dos órganos y bajones, según Saldoni “de un gran mérito artístico”. También Pedrell, refiriéndose a una colección de obras del siglo XVII conservada en la Biblioteca de Cataluña, en la que aparece una obra de Mesa, dice que “todas las composiciones de esta colección ofrecen verdadero interés”.
Obras de ~: Misas: Archivo de la Catedral de Cádiz: Et incamatus. Archivo de la colegiata de Jerez de la Frontera: Missa; Missa Cantate Domino. Archivo de la Catedral de Segovia: Missa. Archivo de las catedrales de Zaragoza: Missa pro defunctis.
Antífonas: Archivo de la Catedral de Salamanca: Salve Regina. Archivo del monasterio de Guadalupe: Tota pulchra es Maria.
Cánticos: Archivo de la Catedral de Salamanca: 2 Magnificat. Archivo de la Catedral de Albarracín: Magnificat. Archivo de la Catedral de Cádiz: Magnificat, colección por 8 tonos.
Motetes: Archivo de la Catedral de Cádiz: Angelus nobis medicus; Custodes hominum psallimus Angelos; Lumen ad revelationem. Archivo del Colegio del Patriarca de Valencia: Magna est gloria ejus.
Salmos: Archivo del Colegio del Patriarca de Valencia: Beatus vir. Archivo de la colegiata de Jerez de la Frontera: Laudate Dominum; Laudate pueri Dominum. Archivo de las catedrales de Zaragoza: Miserere.
Villancicos: Archivo de las catedrales de Zaragoza: Albricias prados; Albricias tierra que de trigo; Ésta que llega al mundo; Hoy con suave armonía; Lástima tened de que el sol; Nubecilla que al sol de los cielos; Si a triunfar de ingratos al mundo llegas; Ya son flechas de yelo, 1665; Quien os ve tan hermosa, 1699; Zagalejo que a un tiempo discurres. Archivo de la Catedral de Segovia: Atrevida la sierpe fue; Aunque es todo a María muy corta palma; El galán más amante y valiente de los siglos dorados. Biblioteca de Catalunya: Qué será que el color ha perdido. Archivo de la catedral de Córdoba: Villancicos que se cantaron en la santa yglesia cathedral de Córdoba, en la celebración de la octava de la Ynmaculada Concepción de N. S. (Venid mortales dichosos, Flores de Chipre corriendo venid, El ayre la tierra, La Aurora bella, Dios artifice grande, Aroyuelos alegres, Oy publique la fama, Qué dulces accentos, A de Cordova que con ansias sin límite, En ardientes obsequios, Brillando poderosa, Albricias mortales albricias, Novedad admiración, Oygan atiendan la Jácara, En la sacra y feliz competencia, Pajararillos clarines sonoros, El clarín del aprecio, Decidme que aclamación), 1682.
Bibl.: M. Soriano Fuertes, Historia de la música espñola desde la venida de los fenicios hasta el año de 1850, Madrid-Barcelona, 1855-59; A. Lozano González, La música popular, religiosa y dramática en Zaragoza, desde el siglo XVI hasta nuestros días, Zaragoza, J. Sanz y Navarro, 1895; R. Mitjana, “Estudio sobre la decadencia de la música religiosa en España”, en Música Sacro Hispana, IV, 5 (1911); A. Llordén, “Notas históricas de los maestros de capilla en la catedral de Málaga (1641-1799)”, en Anuario Musical, XX (1965); J. Climent, “La música en Valencia durante el siglo XVII”, en Anuario Musical, XXI (1966), págs. 211-241; M. Querol Gavaldá, “El archivo de música de la colegial de Jerez de la Frontera”, en Anuario Musical, XXX (1975), págs. 167-180; A. Llordén, “Notas históricas de los maestros de capilla en la colegiata de Antequera”, en Anuario Musical, XXXI-XXXII (1976-77); M. Querol Gavaldá, Música barroca española. II. Polifonía policoral litúrgica, Barcelona, 1982; M. Muneta, Catálogo del archivo de música de la catedral de Albarracín, Teruel, 1984; A. Basso (dir.), Dizionario della musica e dei musicisti, Turín, UTET, 1986; I. Ruiz de Elvira, Catálogo de villancicos de la Biblioteca Nacional. Siglo XVII, Madrid, Ministerio de Cultura, 1992; F. Pedrell, Documentos inéditos para su diccionario (Biblioteca de Catalunya); A Ezquerro, “Mesa, Jacinto Antonio de”, Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana, 7, Madrid, Sociedad General de Autores y Editores, 2001.
Paulino Capdepón Verdú