Olea y Carrasco, Francisco Javier. Rivera (Extremadura), 1761 – Barcelona, c. 1830. Magistrado, consejero de Castilla.
Comenzó sus servicios en la Administración de Justicia al ser nombrado, por Decreto de 3 de abril de 1796, para una Fiscalía del Crimen de la Chancillería de Valladolid, que resultó vacante por pasar a otra de lo Civil Antonio Valdés Garrido. Por esta plaza percibía el sueldo anual de 20.000 reales de vellón. Por otro Decreto de 27 de julio de 1801 fue promovido a la regencia de la Audiencia de La Coruña, vacante por fallecimiento de Vicente Peñuela de Zamora. El salario asignado a esta plaza era de 36.000 reales. Tres años más tarde fue trasladado a la regencia de la Audiencia de Cataluña. En efecto, por resolución de Carlos IV a una consulta del Consejo de la Cámara de 18 de abril de 1804, fue nombrado Adrián Marcos Martínez, regente de la Audiencia catalana, consejero de Castilla, y Olea para la regencia que quedaba vacante.
De su nueva plaza tomó posesión el 11 de febrero de 1805. En julio de 1809, invadida Barcelona por los franceses, se creó en el Principado de Cataluña un tribunal para conocer los negocios civiles y criminales, supliendo de esta manera a la Audiencia. Fueron nombrados para administrar justicia civil y criminal en el referido Principado, en unión con el regente de dicha Audiencia Francisco Xavier de Olea y Carrasco, cuatro ministros con el título de oidores, a saber, Santiago Piñuela, Francisco Oller, Domingo Letona y Vicente Fernández Ocampo. En su consecuencia se instaló en la ciudad de Tarragona el 9 de noviembre del citado año el Tribunal de la Audiencia.
El Consejo de la Cámara propuso el 31 de octubre de 1815 ministros para una plaza del Consejo de Castilla, vacante por fallecimiento de Manuel de León Santos de San Pedro. A la votación asistieron el presidente, el duque del Infantado y siete camaristas. En primer lugar fue propuesto, con cinco votos, Francisco Xavier de Olea. Dos votos obtuvo Francisco Xavier Adell, ministro togado más antiguo del Consejo de las Órdenes. El propio Olea sería también propuesto en segundo lugar con dos votos. Fernando VII lo nombró para la plaza del Consejo de Castilla. No obstante, el extremeño renunció al puesto. El 28 de junio de 1818 fue jubilado con todo su sueldo, esto es, 36.000 reales anuales, y con los honores de consejero de Castilla. En 1828 se le rebajó a 21.600 reales su sueldo.
Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional, Estado, leg. 6.379, s. f.; Ministerio de Hacienda, leg. 1.497, s. f.
R. Gómez Rivero, “Los miembros del Consejo de Castilla (1814-1820)”, en Anuario de Historia del Derecho Español, t. LXXV (2005), págs. 277-330.
Ricardo Gómez Rivero