Carudel Carratt, Claudio. El Rubio de Oro. Chantilly (Francia), 12.IV.1938 – Madrid, 8.VII.2012. Jockey y preparador de caballos de carreras.
Las carreras de caballos en España, al contrario que en otros países de su entorno, nunca han sido un espectáculo de masas, y, sin embargo, Claudio Carudel, el jockey más laureado, llegó a ser una figura muy popular durante los casi treinta años que permaneció en activo, pues ganó las principales carreras del calendario nacional y dominó todas las estadísticas. Según el filósofo Fernando Savater, “Carudel como jinete ha sido un factor de dignidad, una inyección de elegancia, clase e inteligencia, el lujo de nuestro turf. Cuando montaba en una carrera, ésta de inmediato se dignificaba”.
Nació en Chantilly, un pueblo situado a unos cuarenta kilómetros al norte de París, lugar en el que se concentra el mayor contingente de caballos en entrenamiento del país vecino. Su padre, el preparador André Carudel, le inspiró la pasión por las carreras y pronto inició Claudio su aprendizaje como jinete en los hipódromos de París y con tan sólo quince años logró su primera victoria. No había ganado más que veintiséis carreras en Francia cuando le surgió la oportunidad de montar a Abe de Fuego en el Gran Premio de Madrid de 1957, preparada por Vicente Diez, un lejano familiar suyo. Sólo pudo terminar en quinta posición, pero meses después volvieron a reclamar sus servicios y venció contra todo pronóstico con esta yegua de la cuadra de José Guardiola en el prestigioso Memorial Duque de Toledo, lo que constituyó su primera victoria en un hipódromo nacional. Al año siguiente la cuadra Esperanza le ofreció 80.000 pesetas para montar en España durante la campaña 1958, y decidió probar fortuna. Triunfó desde el primer momento, pues ese mismo año ya fue campeón de Jockey, aunque no tanto por sus recursos físicos como por su inteligencia, por su fina capacidad para medir las fuerzas de los caballos y administrar sabiamente sus energías durante los recorridos. Fue un mago de la estrategia y de la maniobra que sabía susurrar a los caballos para que ofrecieran lo mejor de sí mismos. Su estilo era más bien feo y sencillo, “una pierna a cada lado”, pero tremendamente eficaz, razón por la cual en las siguientes campañas fue contratado por los principales propietarios españoles, entre los que cabe destacar a Ramón Beamonte, Antonio Blasco y José María Padierna de Villapadierna y Avecilla, conde de Villapadierna. Pero, en 1969, renunciando a un millón de pesetas que entonces le ofrecía el conde de Villapadierna al año para conducir sus equinos, lo fichó la cuadra Rosales de la familia Blasco, con la que consiguió sus mayores éxitos y fue líder de las carreras españolas durante las décadas de 1970 y 1980.
El 20 de diciembre de 1987, un mes después de que su majestad el rey Juan Carlos I le otorgara la Medalla de Plata de la Real Orden al Mérito Deportivo, se retiró de las pistas como jinete en los 1.800 metros del Premio Reina Victoria Eugenia, con cuarenta y nueve años y 1.447 victorias, de las 6.164 carreras disputadas en España, a las que hay que añadir las 55 cosechadas en el extranjero, y 18 campeonatos de Jockeys. Jinete de campeones como Wildsun, Maspalomas, Todo Azul, Chacal o Teresa, venció en cincuenta grandes premios y ganó en doce ocasiones el Gran Premio de Madrid, la principal prueba del calendario nacional. Carudel fue el jinete español que menos carreras perdió de las que debió ganar. Como jockey, tenía muchas cualidades que le permitieron estar siempre entre los mejores, como su sentido del paso, su gran regularidad y su clase, todas ellas reunidas en su capacidad de plantear los recorridos y en el entendimiento que mantenía con el caballo, pues, como él mismo explicaba: “la meta está siempre en el mismo sitio y eso los caballos no lo saben, lo saben los jockeys”.
Como preparador de caballos de carreras no tuvo, sin embargo, tanto éxito, pero por sus manos pasaron campeones como Teresa, Casualidad o Cumbrales y, además, en 1987 ganó como jockey y preparador el Gran Premio de Madrid con Casualidad. En 1999 se retiró prematuramente a la jubilación, forzado por el cierre del Hipódromo de La Zarzuela, pero en 2005 la nueva dirección del hipódromo le rescató para encomendarle la dirección de la nueva escuela de aprendices y, dos años después, en su honor, se disputó en el Hipódromo de La Zarzuela, por vez primera, el Gran Premio Claudio Carudel.
Obras de ~: “50 años de mi vida”, en As (Madrid), 21 de junio de 2005.
Bibl.: F. Quílez (Quilates), “Batacazo”, en Gran Premio (Madrid), noviembre de 1957; R. Panero Buceta y E. Casado Sánchez, El hipódromo: carreras lisas y de vallas: Madrid, San Sebastián, Puerto de Santa María, Sanlúcar de Barrameda (1967), Madrid, Gráficas E. Casado, 1968; F. Savater, El juego de los caballos, Madrid, El Observatorio Ediciones, 1984, col. Las Buenas Lecturas; J. Díez, “El susurrador de La Zarzuela”, en El Mundo (Madrid), 13 de febrero de 2004; J. Díez, F. González y J. A. Rodríguez, Campeones del Turf español, 1975-2004, Madrid, Fernando González, 2005; J. C. Rodríguez, “El hipódromo galopa de nuevo”, en Magazine de El Mundo, 18 de septiembre de 2005; T. Guasch, “Claudio Carudel: Me fío más de los caballos que de los hombres”, en As (Madrid), 23 de octubre de 2005.
Julio Díez García
