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Fernando López del Hierro y Marín

Biografía

López del Hierro y Marín, Fernando. Granada, 25.IX.1908 – Madrid, 3.VI.2006. General de Caballería, jinete.

Hijo de María del Mar Marín Torres y de Eduardo López del Hierro y Martín-Montijano, abogado, que le inculcó un gran interés por el campo, al tiempo que despertaba su afición por montar a caballo, lo que compaginaba con sus estudios de bachillerato en el colegio de los padres calasancios de Granada. Esta afición a los caballos y las noticias que a principios de la década de 1920 llegaban a la Península sobre las bajas que estaba sufriendo el ejército español en el Norte de África le impulsaron a comunicar a sus padres su intención de prepararse para su ingreso en la Academia Militar de Caballería en Valladolid.

El 22 de julio de 1925 ingresó como alumno cadete en la citada Academia y tres años después, habiendo sido nombrado alférez de Caballería, fue destinado al Regimiento de Húsares de Pavía n.º 20 en Madrid, donde le cupo el honor de realizar varios servicios de guardia y escolta a Sus Majestades los Reyes de España, Alfonso XIII y Victoria Eugenia, en los palacios Real y de La Granja. Ese mismo año comenzó su carrera deportiva participando en varias pruebas hípicas de saltos de obstáculos con el caballo Retama, regalo de su padre, consiguiendo numerosos éxitos.

En 1929 se le concedió la Medalla de la Paz de Marruecos y en julio de 1930 ascendió al grado de teniente y fue destinado al Regimiento de Cazadores de Lusitania n.º 12 en Granada, comenzando un mes más tarde el curso de profesor de Equitación en la Escuela de Aplicación de Caballería en Carabanchel (Madrid), siendo seleccionado por vez primera para participar en concursos hípicos a nivel internacional tras clasificarse en los primeros puestos de la Copa del Rey. Finalizados los cursos con las mejores calificaciones en julio de 1932, fue destinado al año siguiente al Regimiento de Cazadores en Sevilla.

En 1934 contrajo matrimonio, en Madrid, con María Teresa Romá Jover, siendo destinado al Depósito Central de la Remonta en esta capital y agregado al destacamento del mismo en el cuartel del Conde-Duque. El 19 de julio de 1936, se sumó al levantamiento junto a la mayoría de los oficiales del acuartelamiento, incluidos los integrantes de la Escolta Presidencial. Intentó convencer al coronel jefe para que se uniera a las fuerzas sublevadas y, al no conseguirlo, se dispuso a la defensa del cuartel contra los ataques con armas de fuego desde el exterior, portadas por milicianos del Frente Popular. Intentó llegar al próximo Cuartel de la Montaña, pero, al estar totalmente cercado por las milicias, no lo consiguió. Ante el fracaso del levantamiento en Madrid, se refugió temporalmente en embajadas esperando la oportunidad de pasarse a la zona "nacional". Así, en febrero del año 1937 marchó con documentación falsa a Valencia para intentar embarcar rumbo a Francia, para llegar a San Sebastián, capital ya liberada. Pero, a punto de conseguirlo, fue capturado, hecho prisionero y condenado a muerte.

Trasladado a varios campos de trabajo (Ambite, Pozuelo del Rey, Belmonte del Cid...), esperaba que en cualquier momento le llegara el instante de su ejecución. La sentencia, sin embargo, no se cumplió gracias a las gestiones que llevó a cabo su esposa en París, quien logró entrevistarse personalmente con el presidente de Francia, el mariscal Petain, para rogarle que intercediera por vía diplomática ante el Gobierno de la República Española para que su marido pudiera ser incluido en las listas de prisioneros canjeables entre las dos zonas de España enfrentadas. López del Hierro fue trasladado desde los campos de trabajo a la checa/cárcel instalada entonces en el convento de los padres salesianos en la calle Atocha de Madrid, donde permaneció detenido hasta la finalización de la contienda el 14 de abril de 1939. Un mes después, era ascendido al grado de capitán, continuando en su anterior destino, el Depósito Central de la Remonta.

En febrero de 1940 se le concedió la Medalla de Sufrimientos por la Patria y en junio volvió a participar en el primer concurso hípico que se organizó después del período de guerra, logrando ganar el Gran Premio de Madrid con el caballo Batanero, así como otros primeros y segundos puestos con los caballos Tajo y Nebly.

El 11 de mayo de 1943 fue ascendido a comandante y destinado como profesor a la Escuela de Equitación Militar en Madrid. Un mes más tarde ganó la Copa de Su Excelencia el Generalísimo con el caballo Nebly y participó en la Copa de las Naciones de Portugal como integrante del equipo español. A primeros de agosto marchó al frente ruso de Leningrado, para incorporarse a la División Española de Voluntarios (División Azul), haciéndose cargo del Grupo de Exploración de Caballería Divisionario, como comandante jefe del mismo. Tras unos meses en el frente ruso, regresó a España para las Navidades de 1943, continuando en su anterior destino como profesor en la Escuela de Equitación. Al año siguiente se le concedió la Cruz de Hierro alemana y en 1945 la Cruz de Guerra por los méritos contraídos en la campaña de Rusia, así como la Medalla al Mérito Militar.

En 1948 adquirió en Francia el caballo Amado Mío, con el que consiguió importantes triunfos en España y Europa (Niza, Roma, Aachen, Lisboa, París, etc.), formando parte del Equipo Nacional. Fue además con este caballo con el que conseguiría batir en Barcelona el récord mundial de salto de longitud de 8,30 metros, y que mantuvo en su poder durante más de veinticinco años. También participó con este caballo en la prueba del concurso de completo de la Olimpiada de Helsinki de 1952.

En 1957 fue promovido al empleo de teniente coronel, al tiempo que fue nombrado ayudante de campo del general presidente del Consejo Supremo de Justicia Militar. En 1964, se le honró con la Placa de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, así como con la 2.ª Medalla al Mérito Militar. En junio del año siguiente se le ascendió al grado de coronel y ejerció el mando, sucesivamente, de los Regimientos de Caballería Calatrava n.º 2 y Villaviciosa n.º 14, siendo éste su último destino en activo, quedando en la situación de disponible el 25 de septiembre de 1968. No obstante, continuó concursando, hasta que una fractura en la pierna por caída del caballo en Madrid y sus posteriores secuelas le obligaron prácticamente a dejar la competición, aunque continuó montando hasta los ochenta y cuatro años de edad. En estos últimos años es destacable señalar el Gran Premio de Granada conseguido con el caballo Hurluberlu.

En 1972 fue ascendido al grado de general de brigada honorífico de Caballería por los méritos contraídos a lo largo de su dilatada carrera militar y el 25 de septiembre de dicho año pasó a la situación de retiro por edad. Entonces, se dedicó por entero al deporte hípico y sobre todo el fomento de la cría caballar en España, así como a la promoción de carreras de vallas, siendo en 1973 presidente de la Sociedad de esta especialidad. Fue, además, socio de honor de la Real Sociedad Hípica Española Club de Campo de Madrid, de la Sociedad de Fomento y Cría Caballar, de la Asociación de Gentleman-Riders Internacional y de la Asociación de Criadores de Caballos. Y, por sus méritos deportivos, fue merecedor de numerosos homenajes y condecoraciones, entre los que destacan la Medalla de Oro al Mérito Deportivo otorgada por el Consejo Superior de Deportes, impuesta por Su Majestad el Rey Don Juan Carlos; la Medalla de Plata al Mérito Deportivo concebida por el Ministerio de Educación y Deportes de Francia, o la Cruz de la Orden de Cavalleiro del Santo Cristo de Avis de Portugal. También las Reales Maestranzas de Caballería de Granada y de San Fernando de Madrid ofrecieron homenajes en su honor, siendo nombrado por ambas Maestrante de Honor. Tras cuarenta y dos años compitiendo y concursando, fue uno de los jinetes deportivos más completos de España, ya que destacó en todas las especialidades hípicas: salto, doma, carreras de vallas, enganche, polo, etc. Finalmente le llegó la muerte en Madrid, a los noventa y siete años, el 3 de junio del año 2006.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Hoja de servicios; Archivo Real Federación Hípica; Archivo del Consejo Superior de Deportes.

J. Arrarás Iribarren, Historia de la Cruzada Española, Madrid, Ediciones Españolas, 1939-1943; J. Díaz de Villegas, La División Azul en línea, Barcelona, Acervo, 1967; J. Couceiro Tovar, Hombres que decidieron, Pinto (Madrid), Rollán, 1969; E. Laguna Sanz, Los caballos y sus jinetes en la historia hípica, Madrid, Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, 2004.

 

Fernando López del Hierro y Romá

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