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Pedro Calderón Enríquez

Biografía

Calderón Enríquez, Pedro. Burgos, 17.II.1704 – 1.V.1781. Letrado, oidor en Indias, en Valladolid y del Consejo de Indias.

Hijo de Sebastián Calderón Enríquez, natural de Terán, y de Margarita de Ceballos, natural de Cabezón de la Sal, Cantabria.

Obtuvo una beca en el Colegio de San Gregorio de la Universidad de Valladolid, en la cual se graduó de bachiller en Cánones en 1724 y en Leyes el año siguiente, después de lo cual sirvió como sustituto algunas cátedras e hizo oposición a otras en la universidad vallisoletana.

Asistió al estudio de Pedro Manuel Esteban Montero, profesor de Instituta en la Universidad de Valladolid entre los años 1726 y 1732, y en enero de este último fue aprobado para ejercer como abogado por la Audiencia y Chancillería Real de la misma ciudad, y pocos meses después por los Reales Consejos.

Sobre consulta de Cámara de Indias de 24 de julio de 1736 fue nombrado oidor supernumerario de la Real Audiencia de Manila en Filipinas, despachándosele su título por real provisión librada en San Ildefonso el 8 de septiembre de 1736, y el 26 de este mes se le concedió licencia para que pasara a su destino en compañía de dos criados.

Tomó posesión de su plaza en Manila el 17 de agosto de 1738 y de inmediato pretendió contraer matrimonio con María Teresa Fernández Toribio, hija de su colega Francisco Fernández Toribio, lo que sólo pudo concretar cuando su futuro suegro fue trasladado a México, y así se le concedió la licencia para el enlace el 19 de diciembre de 1739, del que nacieron tres hijos.

Cuando arribó a la Audiencia filipina se halló con que el fiscal del tribunal, Cristóbal Pérez de Arroyo, se encontraba preso por orden del antiguo gobernador Valdés Tamón, y que se había provisto como fiscal interino a Domingo Neira, ante lo cual el oidor Calderón Enríquez, como más moderno en la Audiencia, solicitó al presidente, Gaspar Antonio de la Torre y Ayala, que cesara al interino, pues a él le correspondía servir la fiscalía como ministro menos antiguo de acuerdo con la Recopilación de Indias (2.16.29), pero el gobernador no aceptó, ni siquiera después de la muerte del fiscal propietario ocurrida en diciembre de 1742, por lo cual Calderón Enríquez escribió al Consejo de Indias el 11 de febrero de 1743 para representar esta anomalía y, sobre consulta del Consejo, se despachó una Real Cédula fechada el 14 de septiembre de 1744 por la que se ordenaba al gobernador que cumpliera la Ley de Indias y diera la fiscalía interina al oidor Calderón Enríquez, si bien casi de inmediato se nombró como fiscal propietario a José Merino.

Previa deliberación de la Junta General de Real Hacienda reunida en Manila el 23 de septiembre de 1740, el gobernador de la Torre y Ayala comisionó al oidor Calderón Enríquez para que practicara la numeración de los tributos de los naturales, tarea en la que comenzó a entender de inmediato comenzando por la provincia de Tondo, y prosiguiendo con las de Cavite y Bucalán, y acabó su labor en 1743, cuyos padrones fueron aprobados por Real Cédula fechada en Aranjuez el 16 de mayo de 1744. En Filipinas tuvo a su cargo la comisión de composición de tierras, se desempeñó como consultor del Santo Oficio de la Inquisición desde 1746 y entendió en la pacificación de los indios tagalos sublevados por los vejámenes y agravios que les inferían los religiosos dominicos y agustinos.

Por Real Cédula librada en Buen Retiro el 8 de octubre de 1747 se le reprendió porque había asentido, siguiendo el parecer del fiscal José Gonzalo de Leaegui y el de los demás sujetos que asistieron a la Junta de la Real Hacienda, para que se concedieran a Juan de Arechederra, obispo electo de Nueva Segovia, además del medio sueldo que gozaba como gobernador interino de Filipinas, los cuatro mil pesos asignados a los obispos de Nueva Segovia, concesión que luego fue denegada al no existir precedentes de haberse concedido jamás semejante gracia, y por ello se le expresaba el desagrado que habían causado sus poco arregladas actuaciones; y por otra Real Cédula fechada en Buen Retiro el 3 de agosto de 1751 se le hacía ver la extrañeza que habían causado las representaciones que había dirigido por las actuaciones del arzobispo gobernador y se le prevenía que en el futuro no las repitiera. Este mismo año de 1751 ingresó como caballero a la Orden de Calatrava.

Estuvo en el asalto de Manila por los ingleses, hechos sobre los cuales envió una relación al marqués de Grimaldi, fechada en Terán el 22 de septiembre de 1765, en la que relataba la entrada de los ingleses el día 5 de octubre de 1762, a las cinco de la mañana, a la ciudad de Manila y la prisión del gobernador, ministros de audiencias y demás oficiales reales y la capitulación que fueron obligados a firmar por el comandante William Draper, así como la injusticia de la presa del galeón Santísima Trinidad.

Inmediatamente después del asalto y saqueo de Manila, pasó a los reinos de España y allí fue nombrado oidor de la Audiencia y Chancillería Real de Valladolid, plaza de la que se le despachó su título por real provisión fechada el 29 de junio de 1764 y de la que tomó posesión el 3 de octubre siguiente.

Sobre consulta del 13 de agosto de 1766 se le concedió una plaza togada en el Consejo de Indias para ocupar la vacante por ascenso de Pedro León de Escandón a una plaza en el Consejo de Castilla, librándosele su título por Real Provisión fechada el 23 de agosto de 1766, y se mantuvo en ella hasta que fue jubilado con goce a todo su salario debido a una desgraciada operación de cataratas, decisión que le fue comunicada por Real Cédula de 23 de abril de 1776, tras lo cual se retiró a su villa natal a esperar la muerte, que no tardó en llegar.

 

Obras de ~: Discurso iuridico, en que se defiende la Real Iurisdiccion. Y se hace demonstracion de la injusticia que contiene el contrato de Arrendamiento de Solares en estas Islas. Por el Señor Lizenciado, Don Pedro Calderon Henrriquez, del Consejo de su Magestad, Oydor de estas Real Audiencia, y Iuez de Indultos y Composiciones de tierras, Manila, en el Collegio y Universidad del Señor Santo Thomas por Geronimo Correa de Castro, 1739.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Contratación, 5483, n. 1, r. 18; Estado, 44, n. 72 y 80; Filipinas, 273 n. 48; Filipinas, 334, l. 14, fols. 67v.-69r.; Filipinas, 334, l. 15, fols. 254r.-264v. y 386v.-388r.; Filipinas, 335, l. 16, fols. 50r.-54r. y 172r.-175v.; Filipinas, 150, 244, 260, 261, 262 y 263; Indiferente General, 545, 866, 870 B, 894, 986 B y 1519; México, 1108, l. 9, fols. 289v.-292v.; Panamá, 124; Archivo Histórico Nacional (Madrid), Órdenes Militares, Expedientillos, exp. 12163; Santiago, exp. 265; Calatrava, exp. 398.

J. T. Medina, La Imprenta en Manila desde sus orígenes hasta 1810, Santiago de Chile, Elzeviriana, 1896, pág. 131; V. Vignau Vicent, Indice de pruebas de los caballeros que han vestido el hábito de Calatrava, Alcántara y Montesa, desde el siglo xvi hasta la fecha, Madrid, M. Tello, 1903, pág. 24; G. Bernard, Le Secrétariat d’État et le Conseil espagnol des Indes (1700-1808), Genéve-Paris, Droz, 1972, pág. 220; V. Rodríguez García, El gobierno de don Gaspar Antonio de la Torre y Ayala en las Islas Filipinas, Granada, Universidad, 1976, págs. 55-56 y 69-76; M. A. Burkholder y D. S. Chandler, Biographical Dictionary of Audiencia Ministers in the Americas, 1687-1821, Westport (Connecticut), Greenwood Press, 1982, págs. 63-64; M. A. Burkholder y D. S. Chandler, De la impotencia a la autoridad, México, Fondo de Cultura Económica, 1984, págs. 71, 258 y 376; M. A. Burkholder, Biographical Dictionary of Councilors of the Indies, 1717-1808, New York, Greenwood Press, 1986, págs. 19-20; C. Domínguez Rodríguez, Los oidores de las Salas de lo Civil de la Chancillería de Valladolid, Valladolid, Universidad, 1997, pág. 75.

 

Javier Barrientos Grandon