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Pedro de Puelles

Biografía

Puelles, Pedro de. Sevilla, 1500 – Quito (Ecuador), I.1547. Hidalgo, conquistador, fundador y corregidor de la ciudad de Huanuco (Perú).

Combatió en Guatemala y en Nicaragua antes de pasar a Perú (1534), bajo las órdenes del adelantado Pedro de Alvarado. Ocupó la plaza de tenedor de Bienes de Difuntos en la marcha contra Cuzco.

Aparece en las negociaciones de Riobamba, y más tarde fue regidor de la ciudad de Quito. Por orden de Sebastián Moyano de Benalcázar buscó una nueva ruta entre Quito y el océano Pacífico; fundando en el trayecto los pueblos de Puerto Viejo y Caraques.

La fundación de Puerto Viejo lo enfrentó al capitán Francisco de Pacheco, fundador de San Gregorio de Puerto Viejo (12 de marzo de 1535) en la misma jurisdicción de Puerto Viejo. Francisco Pizarro terminó la disputa nombrando gobernador a su capitán Gonzalo de Olmos. A cambio Puelles recibió la gobernación de San Francisco de Quito (San Miguel de Piura, 8 de marzo de 1536). Desde ahí el 28 de mayo de 1536, envió refuerzos a Lima contra el cerco de Titu Cusi Yupanqui. Por razones desconocidas fue apresado por Benalcázar. Más tarde Lorenzo de Aldana, por orden de Pizarro, lo nombró teniente gobernador de Quito. Llegado el nuevo gobernador de Perú, Cristóbal Vaca de Castro, fue nombrado teniente y enviado a Piura para informar a los capitanes fieles a la causa real. Participó en la batalla de Chupas (1542), también en la pacificación de Bonbón, Tarma y Huanuco, tumultuados por el cacique Ila Tupac. Pedro de Puelles fundó por tercera vez la ciudad de Huánuco, como León de Huánuco, para halagar a Vaca de Castro que era leonés (Mayorga).

Le acompañaron en la fundación: Juan Esteban Silvestre, Hernando Alonso Malpartida, Juan Sánchez Falcón, Gonzalo de Guzmán, García Hernández, Rodrigo Nieto, Miguel Pareja de León, Antonio de Garay, Alonso Díez Merino, Pedro de Segura, Hernando Durán y Rodrigo de Zúñiga, entre otros. Llegado el virrey Blasco Núñez de Vela al Perú, Pedro de Puelles ofreció sus servicios como maestre de campo.

Pero, intuyendo la pérdida de sus encomiendas, tomó partido por Gonzalo Pizarro, quien, atrincherado en Huanuco, se negó a reforzar a las tropas reales con sus hombres. Salió de Huanuco hacia Jauja junto a Jerónimo de Villegas, cuarenta jinetes y veinte arcabuceros.

Su llegada al campamento rebelde levantó el desanimado y confuso espíritu de Gonzalo Pizarro, siendo de los primeros en incentivarlo a titularse rey del Perú. De su reunión en Chupas con Gonzalo Pizarro, su cuñado Gonzalo Díaz dejó testimonio de la admiración que tenía Francisco de Carvajal, El demonio de los Andes, por Pedro de Puelles. Éste era miembro activo del Consejo de Guerra rebelde. Según Pedro Gutiérrez de Santa Clara, Gonzalo Pizarro confiaba tanto en él como en Francisco de Carvajal.

Cuando el virrey descubrió la traición de Puelles, humilló a su compañía arrastrando su bandera.

Este hecho aceleró la formación de partidos a favor de Puelles y Gonzalo Pizarro en las filas del Ejército Real. Puelles firmó también la carta a favor de los encomenderos, enviada a los oidores por intermedio de Agustín de Zárate, para el reconocimiento de Gonzalo Pizarro como gobernador del Perú. Acompañó a Gonzalo Pizarro en su ingreso a la Ciudad de los Reyes, portando uno de sus estandartes de caballería, junto a Pedro Portocarrero y Antonio Altamirano el 28 de octubre de 1544. Permaneció en la gobernación de Quito para ser frontera militar contra el gobernador Benalcázar, pero una vez nombrado gobernador del Perú Gonzalo Pizarro, se apoderó de la gobernación de su antiguo capitán Benalcázar y ejecutando a muchos soldados críticos de Gonzalo Pizarro, entre ellos al pizarrista Ramírez, su mujer Isabel Godínez y un tal Bonifacio. Antes de ser nombrado gobernador de Quito por Gonzalo Pizarro, participó de la conjura para matar a los alcaldes de la ciudad en la misa por las fiestas de Lázaro. Como procurador de Huanuco el 23 de octubre de 1544, exigió a la Audiencia de Quito el reconocimiento de Gonzalo Pizarro como gobernador del Perú.

Participó en la emboscada rebelde en Quito contra el virrey Blasco Núñez de Vela. Para ello Gonzalo Pizarro dejó correr el rumor de su marcha a Charcas contra Diego Centeno, atrayendo así al virrey hacia Quito. Aparentemente Pedro de Puelles defendió solo la ciudad. El virrey cayó en la trampa, su ejército fue desbaratado y él capturado por Illán Suárez de Carbajal y Benito Suárez, en la batalla de Iñaquito.

Justamente Puelles evitó que Benito Suárez degollara al virrey en el campo de batalla. El virrey fue condenado a muerte y decapitado por un esclavo negro el 18 de enero de 1546. Fue Puelles quien llevó los restos del virrey desde Iñaquito hacia la ciudad de Quito. Las barbas del virrey fueron llevadas a Lima como testimonio de su muerte. Junto a Diego de Urbina, Diego Salazar y Diego de Ovando, hijo del gobernador de Santo Domingo, ahorcó a todos los que en su momento apoyaron al virrey, como Ramírez y Bonifacio. El capitán pizarrista Villalobos, apresó a Pedro Hernández Paniagua con unas cartas de Su Majestad a los cabecillas de la revuelta, principalmente a Gonzalo Pizarro. En la pesquisa se encontraron algunas, pero otras ya habían sido distribuidas.

Pizarro mandó entonces identificar a quienes trajeron o ayudaron a distribuirlas. Pedro de Puelles capturó a un mercedario y a un franciscano en Quito.

Atormentados y condenados a muerte, fueron salvados por un partido de mercedarios fieles a la rebelión pizarrista, encabezados por el franciscano fray Iodoco. La inminente llegada de Pedro de la Gasca al Perú alarmó a Pizarro, que reunió en Lima a todos sus capitanes para coordinar la resistencia. Desde Quito llegó Puelles y de otras zonas Saavedra, Mercadillo y Porcel. Llegados los refuerzos del presidente La Gasca, los capitanes del Rey, encabezados por Lorenzo de Aldana, aconsejaron a Puelles por intermedio de su criado, que pasase al bando real. Habían abdicado ya las ciudades de Huanuco, Chachapoyas y Bracamoros. Derrotada la rebelión de Gonzalo Pizarro, sus capitanes fueron declarados traidores y sus bienes confiscados. Todas las casas de Puelles en Quito fueron derribadas, regadas con sal, y sus delitos expuestos en un mármol. Sagazmente, La Gasca envió a Antonio de Garay, amigo de Puelles, para persuadirlo a su favor, ofreciéndole perdón irrestricto y grandes gratificaciones. Cuando era inminente la llegada de las tropas de La Gasca, Puelles despachó a sus capitanes hacia la ciudad de Guayaquil. Pero en el trayecto optaron por pasarse al bando real, asesinando antes a Puelles. El cronista Diego Fernández menciona entre los traidores a Salazar, Morillo, Tirado y Hermosilla. Pedro de Puelles fue asesinado una mañana de enero de 1547. Salazar visitó a Puelles en su recámara con el pretexto de acompañarlo a la misa e interceder por una india quitada a Morillo.

Morillo interrumpió la exposición de Salazar abalanzándose sobre Puelles, apuñalándolo muchas veces, siguiéndolo Tirado, Hermosillo y otros que le dieron de estocadas. Luego fue decapitado y su cabeza puesta en una pica. Sus hombres se reunieron luego con La Gasca. Afirma el cronista Diego Fernández que Pedro Puelles confió a Rodrigo de Salazar, íntimo amigo suyo, su intención de pasar su ejército al servicio del Rey, durante un banquete en un próximo día festivo.

 

Bibl.: H. Urteaga (ed.), Los Cronistas de la Conquista, París, Biblioteca de Cultura Peruana, 1938; F. Esteve Barba, Historiografía Indiana, Madrid, Editorial Gredos, 1964; J. A. del Busto Duthurburu, Fundaciones de ciudades en el Perú, Lima, Editorial Petroperu, 1994; F. Pease, Las Crónicas y los Andes, Lima, PUCP-FCE, 1995; R. Porras Barrenechea, Los Cronistas del Perú (1528-1650) y otros ensayos, Lima, Banco Central de Reserva, 2000.

 

Yovani Soto Villanueva