Catalán y López de Prado, Florentino Melitón. Aranda de Duero (Burgos), 1821 – Santa Cruz de Tenerife, 26.I.1878. Teniente general de los Reales Ejércitos, gobernador militar.
Ingresó a los doce años en el Colegio Militar de Segovia, casi en las mismas fechas en que el infante Carlos lanzaba su famoso manifiesto a los españoles, presentándose como su Rey. Con el grado de subteniente participó en aquella primera contienda dinástica. Siguieron luego siete años de relativa tranquilidad en el regimiento, hasta que en 1846 estalló la llamada Segunda Guerra Carlista. La guerra duró casi dos años y fue ganada por los isabelinos. En ella, Florentino M.
Catalán se ganó el ascenso a capitán y su audacia y bravura fueron reconocidas en el Ejército.
Hacia 1856, Florentino M. Catalán fue destinado a Cuba para después incorporarse a Santo Domingo, donde participó en la guerra independentista que duró hasta 1865, en que la isla fue declarada otra vez independiente por el Gobierno español de Narváez el 1 de mayo de 1865. El comportamiento de Florentino Catalán le valió algunos ascensos, aunque enfermó de la fiebre amarilla.
En 1870 vuelve a España y el general Serrano le nombra gobernador militar de la dificilísima plaza de Pamplona, ostentando las grandes Cruces de las Órdenes de San Hermenegildo y del Mérito Militar. Era un momento de grave crisis nacional, pues los carlistas y republicanos se enfrentan al general Serrano.
De nuevo Florentino Catalán interviene en la guerra en tierras navarras. Catalán no estaba seguro del terreno que pisaba, pues poco antes de su toma de posesión se había conspirado para sublevar, a favor del carlismo, a la guarnición de la fortaleza de Pamplona.
Navarra era el objetivo inicial de la ofensiva carlista y el general Rada, de este bando, había programado lainvasión por Vera de Bidasoa y la ocupación de todo el Viejo Reino. Era la tercera vez que le correspondía conocer la guerra en tierras navarras.
Su actuación fue de nuevo muy loable, pues poco después fue ascendido a teniente general y el 20 de julio de 1877 fue destinado a las Islas Canarias. Allí se responsabilizó del mando de la Capitanía General hasta 1878, año en que murió en Santa Cruz de Tenerife, capital en la que estaba ubicada dicha Capitanía General.
Bibl.: P. Sanz Abad, Historia de Aranda de Duero, Burgos, Ayuntamiento de Aranda de Duero, 1975; Sulidiza, Arandinos ilustres y distinguidos, Aranda de Duero, 1976; V. de la Cruz, Burgos, Capitanes Insignes II, Burgos, Caja Ahorros Municipal de Burgos, 1984; D. García Pulido, San Rafael y San Roque. Un camposanto con historia (1810-1916), Santa Cruz de Tenerife, Ayuntamiento, 2000.
Emelina Martín Acosta
