Monjardín, Joaquín Alfonso de. ?, s. m. s. XVIII – p. m. s. XIX. Archivero de la Secretaría del Despacho de Estado y comisario ordenador de Guerra.
Comenzó su carrera administrativa como oficial de la Contaduría del Canal de Murcia (12 de marzo de 1777). El 10 de marzo de 1784 pasó a París como amanuense de confianza del conde de Aranda, embajador en esa Corte. Gracias a su protección, tras la muerte de José Belezar, fue nombrado archivero de la Secretaría del Despacho de Estado, con el grado y sueldo de oficial tercero de la misma (9 de marzo de 1792). Las condiciones en que Aranda le concedió el empleo fueron excepcionales. En primer lugar, no respetó la costumbre de conceder los ascensos por antigüedad, relegando así a los entonces oficiales primero y segundo del archivo, Palomares y Francisco Hurtado. Además, en el oficio de nombramiento junto al sueldo reglamentario se le asignó una gratificación de 10.000 reales, a los que posteriormente, en el mes de julio, se añadieron otros 2.000 sobre las rentas de Correos. En agosto, obtuvo los preceptivos títulos de secretario de la Reina, y secretario del Rey “con ejercicio de decretos” con los goces correspondientes.
Como también conservó su sueldo de oficial de la Contaduría del Canal de Murcia, sus emolumentos anuales ascendieron a 45.000 reales, es decir, lo mismo que percibía un consejero de Castilla. Pero su suerte quedó ligada a la de su mentor. Por ello, cuando en noviembre de 1792, Godoy se hizo cargo de la Secretaría del Despacho de Estado, Monjardín se retiró a El Escorial, después de entregar las llaves de sus papeleras. Allí continuó trabajando hasta el destierro de Aranda a Jaén como consecuencia de su agrio enfrentamiento con Godoy en el Consejo de Estado. El mismo día, 14 de marzo de 1794, en que el conde partía hacia el destierro, un oficio de Godoy le ordenaba no volver a entrar en el Archivo de la Primera Secretaría ni entender cosas de él. De forma inmediata fue exonerado de su cargo y, el día 21, recibió el nombramiento de comisario ordenador de Guerra, con orden de incorporarse sin demora al ejército destinado en el Rosellón, sin que sirvieran de nada sus peticiones de no ser destinado al frente.
Sirviendo como comisario en Figueras, contribuyó a la entrega de esta plaza a los franceses, por lo que fue condenado a suspensión de empleo y prisión de dos años, según sentencia aprobada el 4 de enero de 1799. El 18 de agosto de 1809 fue cesado en todos sus oficios.
Bibl.: J. Pradells Nadal y R. Baldaquí Escandell, “Los archiveros de la Primera Secretaría de Estado (siglo xviii)”, en Revista de Historia Moderna. Anales de la Universidad de Alicante, 6-7 (1986), págs. 117-133; B. Badorrey, Los orígenes del Ministerio de Asuntos Exteriores (1714-1808), Madrid, Ministerio de Asuntos Exteriores, 1999.
Beatriz Badorrey Martín