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Pedro Velarde y Villa

Biografía

Velarde y Villa, Pedro. Santillana del Mar (Cantabria), p. t. s. XVI – ?, 14.VII.1582. Comisario general de Cruzada y consejero de Inquisición.

Procedente de una familia arraigada en la cántabra localidad de Santillana del Mar, sus padres fueron Rodrigo Fernández Velarde y María Fernández de Villa, también naturales del municipio.

Tras su paso como provisor en los obispados de Burgos, Palencia, Salamanca y Cuenca, fue nombrado presidente del tribunal del Santo Oficio en Toledo.

Esto, unido a su cercanía al inquisidor general, Diego de Espinosa, le sirvió para conseguir un hueco en el Consejo de Inquisición, al que entró en 1572. Velarde fue, precisamente, el último promocionado por Espinosa para el Consejo de la Suprema.

Después de la muerte de Espinosa, en septiembre del mismo 1572, y la llegada de Gaspar de Quiroga a la cúspide del Santo Oficio, Pedro Velarde intentó acercarse al nuevo inquisidor general.

En este sentido, en agosto de 1574, fue enviado como visitador a la Universidad de Salamanca, en la que fue recibido en claustro pleno en el mes de septiembre. Su objetivo era saber si se cumplían los estatutos y estudiar todo lo necesario para poner en marcha una reforma. Los estatutos que surgieron de su visita, escritos en 1575, nunca llegaron a entrar en vigor, pero tuvieron cierto influjo en estudios posteriores, como los de Juan de Zúñiga. La reforma de Velarde se centraba en cuestiones como la prohibición a los profesores de dictar o algunas otras precisiones sobre los estatutos de 1556.

Por otra parte, el nombramiento como obispo de Salamanca de Francisco de Soto Salazar, Comisario general de Cruzada, provocó que Pedro Velarde fuera elegido para dicho cargo, en abril de 1576. Debido a que ambos oficios eran incompatibles, dejó el Consejo de Inquisición, y, aunque conservó el título, no así el salario.

Un año después, en 1577, fue nombrado canónigo y capiscol de la iglesia de Toledo, gracias a la intermediación de Quiroga frente al rey Felipe II.

Pese a todo, su influencia en todo lo relativo al Consejo de Cruzada fue más que limitada y, en mayo de 1578, comenzó su caída de la corte filipina. Un viaje que tuvo que realizar a Toledo para atender a sus obligaciones eclesiásticas en dicha ciudad, fue utilizado por Mateo Vázquez para lograr que el rey designase a Hernando de Vega como comisario de Cruzada durante la ausencia de Velarde.

En noviembre de ese mismo año, se inició una visita al Consejo de Cruzada debido a una acusación contra el propio Velarde sobre unas supuestas irregularidades en los ingresos provenientes de las gracias inquisitoriales, y que llevó a cabo el propio Hernando de Vega. Tras ello se escondía una lucha de poder entre las facciones “papista”, a la que pertenecía Velarde, y “castellanista”.

A partir de septiembre de 1579, intentó mediar para conseguir una salida pactada del Consejo y que le permitiera mantener unos ingresos económicos suficientes para preservar su nivel de vida. De esta forma, se puso en contacto con el rey para conocer las acusaciones que se habían hecho contra él con el objetivo de defenderse, a la vez que le solicitaba un oficio con el que pudiera marcharse de la Corte.

Finalmente, en mayo de 1582, se le pedía que abandonase la Corte a la mayor brevedad posible. Fue sustituido por Tomás de Salazar en el Consejo de Cruzada y, apenas dos meses después, Pedro Velarde falleció, en lugar desconocido.

 

Fuentes y bibl.: F. J. Garma Duránm, Teatro universal de España. Descripción eclesiástica y secular de todos sus reynos y provincias, en general y particular, vol. IV, Madrid, Imprenta de Mauro Martí, 1751; V. Beltrán de Heredia, Cartulario de la Universidad de Salamanca, vol. V, Salamanca, Universidad - Secretariado de Publicaciones, 1970-1973; J. Martínez Millán, Instituciones y élites de poder en la Monarquía Hispana durante el siglo XVI, Madrid, Ediciones de la Universidad Autónoma, 1992; H. Pizarro Llorente, “Pedro Velarde”, en J. Martínez Millán y C. J. de Carlos Morales (dirs.), Felipe II (1527-1598). La configuración de la Monarquía Hispana, Valladolid, Junta de Castilla y León, 1998; A. Fernández Collado, La catedral de Toledo en el Siglo XVI: vida, arte y personas, Toledo, Diputación Provincial de Toledo, 1999; H. Pizarro Llorente, Un gran patrón en la corte de Felipe II: Don Gaspar de Quiroga, Madrid, Universidad Pontificia de Comillas, 2004; L. E. Rodríguez-San Pedro Bezares, Historia de la Universidad de Salamanca, vol. II, Salamanca, Ediciones Universidad Salamanca, 2004; H. Pizarro Llorente, “Los miembros del cabildo de la catedral de Toledo durante el arzobispado de Gaspar de Quiroga (1577-1594)”, en Hispania Sacra, 126 (2010), págs. 563-619; J. Alejo Montes, “Las reformas y los planes de estudio de la Universidad de Salamanca en las edades media y moderna” en Revista de educación de Extremadura, 4 (2012), págs. 11-26.

 

Paris González-Albo Manglano

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