Sotomayor, Alonso de. Trujillo (Cáceres), 1545 – Sevilla o Madrid, V.1610. Militar y gobernador de Chile y Panamá.
Miembro de una familia hidalga de Trujillo, su padre, Gutiérrez de Sotomayor e Hinojosa, era miembro de la Orden de Alcántara, y su madre fue Beatriz de Valmediano. Al ser segundo hijo y no poder aspirar a títulos, tras una buena educación en Madrid, ingresó en la milicia en 1563. Estuvo en Malta frente a los turcos en la Compañía de Juan de Ibarra. De allí pasó a servir en las tropas del virrey de Sicilia, y después a las órdenes del duque de Alba batalló en Flandes. Su valor y preparación militar le permitieron ascender y tener mando de su propia compañía. Batalló en la Villa de Mons contra los franceses, haciendo prisionero al general Genlis. Después tomó la abadía de Espelieu.
Siguió batallando contra las tropas del príncipe de Orange en los Países Bajos hasta que un tifus lo dejó postrado en cama. Una vez recuperado, gracias sólo a su fuerte naturaleza, participó en el sitio de Arlen donde fue herido. Poco después intervino en la batalla de Audeguater, siendo alcanzado en la cara por un tiro de arcabuz, que le dejaría deformada para siempre la quijada. Tras el preceptivo tiempo de recuperación fue requerido para volver a Holanda. Hasta cuatro veces más fue herido antes de abandonar los campos de batalla europeos.
Participó en diversas misiones diplomáticas y secretas, sirviendo de guía a don Juan de Austria en su camino a la Gobernación de Flandes.
En 1580, tras prestar diversos servicios en Francia y en los Países Bajos volvió a España con un bien ganado prestigio de soldado valiente y eficaz. Por su excelente hoja de servicios, el rey Felipe II le otorgó el hábito de caballero de la Orden de Santiago. De nuevo los problemas militares de la Corona española en Portugal le hicieron volver al campo de batalla.
Recibidas las alarmantes noticias que llegaban de Chile, donde los españoles no lograban pacificar sus territorios, el rey Felipe pensó en el prestigioso y experimentado militar como gobernador. El 19 de marzo de 1581 se concretó el nombramiento de Alonso de Sotomayor como gobernador de Chile.
Partió de Sanlúcar en septiembre con una potente flota de más de seiscientos hombres que se unió a la Armada del general Diego Flores de Valdés, que partía hacia el estrecho. Junto a Alonso de Sotomayor viajaban algunos otros ilustres militares, como su hermano el capitán Luis de Sotomayor, Francisco del Campo o Alonso García Ramón. Durante el viaje sus naves fueron sacudidas por varios temporales, el primero de ellos en el golfo de Cádiz. Luego, cerca ya del estrecho de Magallanes el piloto de la flota no supo encontrar la embocadura y decidieron retroceder hacia el norte y buscar refugio y provisiones en el estuario del Plata. La navegación por el río tampoco fue fácil, se perdió una nao y alcanzaron el puerto de San Gabriel en espera de conocer si en la otra banda había españoles. Pero Buenos Aires apenas era un pobre poblacho, con veinte fatigados soldados y sin muchas esperanzas de ayuda.
Ante la imposibilidad de reparar las naves, Alonso de Sotomayor decidió trasladarse a su gobernación por tierra. Contó con la inestimable ayuda de Juan de Garay, quien le proveyó de comida, y le indicó el mejor camino a seguir para alcanzar el paso de los Andes desde la actual ciudad de Mendoza. También los vecinos y autoridades de Santa Fe fueron providenciales para los expedicionarios de Sotomayor.
Casi tres años después, en septiembre de 1583, tras recorrer a pie más de mil kilómetros y haber ascendido la Cordillera pudo tomar posesión efectiva de su cargo en Santiago.
La situación que encontró en Chile era crítica. Los últimos años de Rodrigo de Quiroga, quien enfermo y cansado había delegado el poder en su yerno Ruiz de Gamboa, habían sido de deterioro incontrolado: la guerra de Arauco seguía siendo una sangría y los corsarios ingleses eran cada vez más frecuentes en las aguas australes, poniendo en peligro los puertos del virreinato y el comercio y las comunicaciones entre Chile y Perú.
Sus primeras acciones fueron de socorro militar a varias ciudades como San Bartolomé, la Concepción, Angol, Villarrica. Osorno, la Imperial... que se hallaban hostigadas o rodeadas por los mapuches. Nombró a Alonso García Remón maese de campo en sustitución del anciano Bernal de Mercado, y fue él quien dirigió las operaciones del ejército contra los indios.
Al mismo tiempo Sotomayor intentó organizar el caos administrativo y conseguir el favor de los colonos españoles eliminando la Tasa Gamboa, en vigor desde 1580. La llamada Tasa Gamboa suponía que por medio del pago de un canon en oro y otro en especie los indios podían liberarse del trabajo de las encomiendas.
Pensaba con ello ganarse a los nativos y que éstos optaran por vivir en paz. Ruiz de gamboa consiguió lo contrario, los encomenderos rechazaron la tasa de pleno y los indígenas terminaron trabajando más horas para poder pagar sus impuestos, y los que se liberaban del trabajo en encomiendas no pagaban tributo y la mayoría de las veces se unían a las tribus sediciosas.
Por otro lado, intentó obtener recursos financieros para terminar la guerra haciendo valer una real cédula que disponía que el virrey del Perú debía asistirlo en los casos de necesidad y guerra. Solicitó refuerzos a Lima, pero éstos no llegaron hasta 1588, cuando el peligro se hizo muy evidente también para el propio virrey al fondear en los puertos del Pacífico el corsario inglés Cavendish. De cualquier forma, sólo llegaron cuatrocientos de los setecientos soldados pedidos, con lo que los frentes estuvieron paralizados hasta entonces.
La verdadera campaña de reconquista y repoblación a partir del río Bío-Bío no comenzó hasta noviembre de 1590. La campaña fue positiva, se logró romper el frente mapuche, se cortaron las comunicaciones entre las tribus del norte y del sur al establecer una línea de fortines en ambas márgenes del río Bío-Bío, y se detuvo al cacique mestizo Alonso Díaz. Mas los éxitos militares y el avance de la presencia española, que alcanzó hasta el río Carampangue y la construcción del fuerte Arauco, no pudo cimentarse con colonos por falta de hombres y recursos, con lo que las conquistas estaban condenadas a ser coyunturales. También debió hacer frente a dos sublevaciones de los soldados del frente sur que reclamaban el pago de su soldada en oro y monedas y no en tierras y encomiendas que nunca podían hacer efectivas.
Como no se recibían ni más soldados ni más colonos, Sotomayor decidió viajar a Lima personalmente para entrevistarse con el virrey García Hurtado de Mendoza.
Mas en septiembre de 1591, estando el gobernador en Perú, recibió su cese y conoció el nombramiento de Martín García Oñez de Loyola como su sustituto.
Libre de su cargo tras el preceptivo Juicio de Residencia, del que salió airoso, preparó todo para su regreso a España buscando tranquilidad, junto a su esposa, Isabel de Zárate, con quien se casó en 1590.
Sin embargo, la flota que le llevaba de regreso fue detenida por orden del virrey del Perú ante las noticias llegadas desde España en la que se anunciaban los inminentes ataques de una escuadra corsaria capitaneada por el británico Francis Drake. El marqués de Cañete, tragándose sus desavenencias con Sotomayor le pedía que se hiciese cargo de una Armada y que asumiera la Gobernación de Panamá para hacer frente a la escuadra inglesa.
En el istmo intentó reorganizar las defensas de los puertos caribeños con la estimable ayuda del arquitecto militar Bautista Antonelli. Su experiencia y liderazgo militar permitieron que los ingleses sólo tomasen Portobelo y que finalmente tuvieran que aproar sus naves hacia Inglaterra sin apenas motín y sin su jefe Drake, muerto en la bahía de Portobelo. Tras una breve vista a España en 1595, fue confirmado en el cargo de Gobernador de Panamá, donde prosiguió la reconstrucción y fortificación de los puertos para evitar futuros ataques corsarios.
En 1604, un enfermo y cansado Sotomayor solicitó al rey Felipe III su traslado a España, casi al mismo tiempo que el Rey firmaba una orden nombrándole de nuevo gobernador de Chile. Sotomayor rehusó el cargo y regresó a la Península.
En España fue nombrado miembro del Consejo de Indias y vocal de la Junta de Guerra, incluso en 1609 dirigió la expulsión de los moriscos del Reino de Granada. Murió en Sevilla o en Madrid en mayo de 1610.
Bibl.: D. Barros Arana, Historia General de Chile, ts. II y II, Santiago de Chile, Rafael Jover Editor, Imp. Cervantes, 1886; J. M.ª González Ochoa, Quién es Quién en la América del Descubrimiento, Madrid, Editorial Acento, 2003.
José María González Ochoa