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Fernando Martorell Ozet

Biografía

Martorell Ozet, Fernando. Barcelona, 4.VI.1906 – 7.II.1988. Médico, angiólogo.

Estudió la carrera en la Facultad de Medicina de Barcelona, alcanzando el grado de doctor en la Universidad Central de Madrid, en 1941, tras la defensa de la tesis Varicografía: deducciones patogénicas y terapéuticas.

Recién terminada la licenciatura, ingresó en el Instituto Policlínico de Barcelona como ayudante de cirugía del que sería su maestro Juan Puig-Sureda, junto al cual se formaría en cirugía general, su especialidad de origen. También trabajó como ayudante en la Sección de Anatomía Patológica con Luis Celis y Pujol y en 1930 ampliaría estudios en Madrid con Pío del Río Hortega.

En 1934 obtuvo por oposición simultáneamente las plazas de profesor auxiliar de Histología y Anatomía Patológica y Patología Quirúrgica, siendo más tarde encargado de la cátedra de Anatomía Patológica. Fue apartado de la Facultad después de la Guerra Civil, y en 1940 se desplazó a Estados Unidos trabajando en diversos Hospitales de Rochester, Nueva York y Chicago. Este viaje supuso para él un impacto importante, ya que tras él y después de recibir enseñanzas en cirugía vascular pensó que era una especialidad no desarrollada en España y se propuso el reto de dedicarse a ello. A su vuelta, decidió abandonar la cirugía general y dedicarse exclusivamente a la cirugía vascular, siempre animado por su maestro. En 1943 creó el Departamento de Angiología del Instituto Policlínico Platón de Barcelona, del que fue su director, y en el año 1948 se hizo cargo además del Dispensario de Angiología del Hospital Clínico de Barcelona por encargo de Agustín Pedro Pons, que intuyó la gran importancia de esta especialización que encajaba con su concepción de la práctica de la medicina de rodearse de los mejores y más innovadores en cada área de trabajo.

Su labor en el campo de las enfermedades de los vasos fue muy relevante. Su gran formación en cirugía e histopatología le hizo ver la necesidad de profundizar en esta área, de la cual pocos médicos se ocupaban en esos momentos de forma concienzuda. De acuerdo con sus colaboradores y después de muchas reflexiones, tomó la decisión de denominar a su especialidad angiología, considerando a la cirugía vascular como una parte de ella, una especialidad a la postre médicoquirúrgica.

Su decisión, en cuanto a la especialidad, superaba el ámbito nacional y por sus relaciones internacionales sugirió a René Leriche y otros médicos y cirujanos, la creación de la Sociedad Internacional de Angiología, idea que fue acogida con auténtico entusiasmo.

Como consecuencia de su capacidad creadora y continuación de su obra, en 1949 editó y dirigió la revista denominada Angiología, una auténtica innovación en el campo de la ciencia médica, que conllevaba que las enfermedades del aparato circulatorio quedaran divididas en dos partes: una, la dedicada al estudio de las enfermedades del corazón, y otra, al estudio de las enfermedades de los vasos. Esto creó inicialmente alguna diferencia con los cardiólogos, pero pronto se resolvió con un claro beneficio para todos.

Años después, en 1950, su viejo sueño se puso en marcha y le anunciaron la creación de la International Society of Angiology; tras ser nombrado presidente René Leriche, le solicitaron ser vicepresidente, lo cual aceptó. Esta sociedad generó inicialmente resistencias no sólo por parte de europeos, sino también de americanos, los cuales tenían la American Society for Vascular Disease, de la cual, por otro lado, Martorell era miembro extranjero. Sin embargo, aunque todos se integraron en ellas, años después se le cambió el nombre denominándose International Cardiovascular Society, acogiendo a todos.

Hizo multitud de aportaciones en el campo de esta especialidad, siendo la más conocida la descripción en 1944, por primera vez junto a Fabré, del síndrome de oclusión de los troncos supraaórticos, el cual, en 1953, sería denominado en la literatura internacional como Síndrome de Martorell-Fabré. Dicho síndrome se caracteriza por presentar, entre otros síntomas y signos, atrofia facial, síncope ortostático, algias craneocervicales, torpidez de las heridas, soplo, circulación colateral, hipertensión arterial, isquemia de los miembros inferiores y trastornos oculares, que ponen de manifiesto la oclusión de los tres troncos que nacen del cayado aórtico. En 1945 describió la úlcera hipertensivo-isquémica, más tarde denominada Úlcera de Martorell, caracterizada por la aparición de úlceras en la región supramaleolar externa en pacientes hipertensos de larga evolución, poniendo de manifiesto en el estudio histopatológico un aumento del espesor de la pared arteriolar.

Martorell no sólo fue el artífice y referencia de esta nueva especialidad en España, sino que gracias a él se pusieron en marcha en numerosos hospitales unidades o servicios tomando como referencia el suyo.

Constituyó una importante escuela de la que salieron magníficos cirujanos vasculares. Formó un numeroso grupo de discípulos, entre los que destacan Jaime Palou, Tomás Alonso, Guillermo Martorell Olivares, Carlos Sanpons, Ricardo Puncernau y Ramón Casares.

Escribió multitud de libros y artículos. Entre sus libros sobresalen Angiología: enfermedades vasculares —que tuvo gran repercusión—, Accidentes vasculares de los miembros, Malformaciones y tumores vasculares congénitos de los miembros, escrito conjuntamente con Víctor Salleras, y una Angiología traducida al italiano.

Sus artículos cubrieron todos los campos, realizando estudios sobre las técnicas más recientes del momento y su aplicación diagnóstica, sobre varices, flebotrombosis y tromboflebitis, obliteración de los troncos supraaórticos, úlceras en las extremidades de origen vascular y nervioso y sobre las enfermedades de los vasos linfáticos.

Fue presidente de la Sociedad Española de Angiología, presidente de la Sociedad Europea de Cirugía Cardio-Vascular, vicepresidente de la International Cardiovascular Society, miembro correspondiente de la Society for Vascular Surgery, socio honorario de la Sociedad Brasileña de Cardiología, miembro de honor de la Fundación Vizcaya Pro Cardíacos, de la Sociedad Chilena de Angiología. Recibió, asimismo, el doctorado honoris causa por la Universidad Nacional de Irlanda, y diversas distinciones, entre ellas la Gran Cruz de Isabel la Católica y la Gran Cruz de la Orden Civil de Sanidad. En 1962 ingresó como académico de número en la Real Academia de Medicina de Barcelona con el discurso Historia del conocimiento de la oclusión de los troncos supraaórticos, contestándole Joaquin Salarich Torrens; a la que donó su importante biblioteca sobre angiología.

 

Obras de ~: Tratamiento de las varices, Barcelona, Colección Española de Monografías Médicas, 1941; Tromboflebitis de los miembros inferiores, Barcelona, Salvat, 1943; Arteriosclerosis de las extremidades, Barcelona, Ediciones Basa y Pagés, 1947; Flebotrombosis y tromboflebitis de los miembros, Madrid, Editorial Paz Montalvo, 1949; con V. Salleras Linares, Fístulas arteriovenosas congénitas de los miembros, Barcelona, José Janés, 1950; con J. Guasch, Úlceras de las piernas de origen neurovascular, Barcelona, Relieves Basa y Pagés, 1950; Varices: su tratamiento basado en la flebografía, Barcelona, Labor, 1951; Accidentes vasculares de los miembros, Barcelona, Salvat, 1953; (ed.), Angiología: enfermedades vasculares, Salvat, Barcelona, 1967.

 

Bibl.: J. Salarich Torrens, Contestación al discurso de ingreso del Ilmo. Sr. D. Fernando Martorell Ozet, Barcelona, Real Academia de Medicina de Barcelona, 17 de junio de 1962; F. Martorell, “Prólogo”, en Angiología: enfermedades vasculares, op. cit.; M. Díaz-Rubio, 100 médicos españoles del siglo XX, Madrid, You & Us, 2000.

 

Manuel Díaz-Rubio García

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