Aramburu Urquiola, Zenón. Villarreal de Urrechu (Álava), 9.VII.1879 – Loyola (Guipúzcoa), 3.IV.1969. Obispo jesuita (SI).
Nacido en una familia de honda tradición religiosa, ingresó en la Compañía de Jesús, donde hizo los estudios correspondientes previos a la ordenación sacerdotal, que recibió el 30 de julio de 1912. Siguiendo la plurisecular tradición misionera de los jesuitas, fue destinado a China, donde desarrollo una intensa tarea de evangelización y promoción humana durante muchos años, por lo que fue nombrado por Pío XI obispo titular de Eresso y vicario apostólico de Wuhu el 7 de julio de 1936. Recibió la consagración episcopal el 11 de octubre de 1936 en la iglesia de San José de dicha ciudad, de manos del también jesuita y vicario apostólico de Anking, Federico Melendro Gutiérrez, obispo titular de Remesiana, asistido por dos prelados chinos: Simón Tsu, obispo titular de Lesvi y vicario apostólico de Haimen, y Pablo Yüpin, obispo titular de Sozusa de Palestina y vicario apostólico de Nangking.
El territorio de su vicariato apostólico quedó desmembrado el 13 de diciembre de 1937, cuando el papa Pío XI decidió erigir la prefectura apostólica de Tunki. Con la constitución apostólica Quotidie nobis, del 11 de abril de 1946, Pío XII constituyó la jerarquía católica en China, con la erección de un centenar de nuevas diócesis, y Aramburu fue nombrado primer obispo de Wuhu en dicha fecha.
La diócesis tenía una extensión de veintisiete mil kilómetros cuadrados, con unos cinco millones de habitantes, de los cuales eran católicos unos cuarenta mil.
Contaba con doscientos templos y veinticuatro parroquias, atendidos por ocho sacerdotes diocesanos y cincuenta religiosos misioneros, según datos de 1950.
Pero su ministerio quedó muy pronto interrumpido a causa de la violenta persecución religiosa desencadenada por las autoridades comunistas, que impusieron con la fuerza un régimen totalitario, impidieron el libre ejercicio de la libertad religiosa y condenaron con severas penas a cuantos practicaban su fe. Después de haber padecido diversos sufrimientos físicos y morales, fue obligado a salir del país junto con todos los obispos y religiosos extranjeros, y se trasladó a Madrid.
Durante varios años vivió retirado en Aranjuez, en el colegio de San Estanislao, de los Jesuitas, con el deseo de poder regresar un día a su diócesis para continuar la tarea misionera; deseo que no pudo conseguir debido a la persistente persecución religiosa y violación de derechos humanos en China.
Bibl.: Acta Apostolicae Sedis, 29, 38 y 61 (1937, 1946 y 1969), págs. 293-294 y 453, págs. 243 y 309 y pág. 296, respect.; Annuario Pontificio, Roma, Tipografía Políglota Vaticana, 1953, pág. 457: L. de Echeverría, El Episcopado Español Contemporáneo (1868-1985), Salamanca, Ediciones Universidad, 1986, pág. 98.
Vicente Cárcel Ortí