Sánchez Ocaña López-Ontiveros, José. Béjar (Salamanca), 15.X.1798 – Madrid, 24.II.1887. Político y hacendista.
Nacido en el seno de una familia perteneciente a la alta administración del Estado, hijo de Andrés Sánchez Ocaña Gómez, consejero de Hacienda, y de Bartolina López-Ontiveros Gil.
Realizó estudios medios en el Colegio de San Isidro de Madrid, pasando a continuación a estudiar la carrera de Derecho en la Universidad Central. En 1816 emprendió una meteórica carrera administrativa en el Ministerio de Hacienda, desempeñando los puestos de intendente en Almería, Córdoba, Valencia (1840), Sevilla, Málaga y Madrid. Establecido en la Villa y Corte, experimentó continuos ascensos en el escalafón ministerial, siendo nombrado consecutivamente director general de Contribuciones Directas (1846), del Tesoro (1850) y de la Deuda Pública, y subsecretario del indicado ministerio, adquiriendo una dilatada experiencia en cuestiones hacendísticas, pasando a desempeñar posteriormente un puesto de consejero en la sección de Hacienda del Consejo de Estado.
De ideología política conservadora, se incorporó al Partido Moderado, destacando entre la corriente más reaccionaria del moderantismo, liderada por Bravo Murillo, figura a la que Sánchez Ocaña se subordinó, convirtiéndose en la mano derecha del político extremeño durante su etapa como ministro de Hacienda (1849-1850 y 1851-1852) y adhiriéndose a la reforma del régimen político que aquél intentó promulgar en 1852, cuando ocupaba la presidencia del Consejo de Ministros, cuyo carácter más cercano al despotismo dieciochesco que al liberalismo doctrinario atrajo un enconado rechazo tanto por parte de la oposición progresista como entre los propios moderados, provocando la caída de su Gobierno.
En 1840 resultó elegido por primera vez diputado en Cortes por la circunscripción de Salamanca, iniciando una dilatada carrera parlamentaria, tomando asiento en la Cámara Baja durante varias legislaturas (1847-1853, 1857-1858 y 1864), siempre representando al distrito salmantino de Béjar, su lugar de nacimiento, convertido en su feudo personal. Precisamente, en 1864 abandonó el Congreso para acudir al Senado como senador vitalicio, escaño que ya había ocupado en 1843 al resultar elegido por la provincia de Ciudad Real, manteniéndose en el mismo hasta 1868. Pero, sin duda, el culmen de su carrera política lo alcanzó al desempeñar en dos ocasiones y por breve tiempo la cartera de Hacienda. La primera desde el 14 de enero al 30 de junio de 1858 en el Gabinete presidido por Francisco Javier Istúriz, que cayó por su debilidad parlamentaria y las controversias surgidas en su seno a raíz de la propuesta del entonces ministro de Gobernación, Posada Herrera, de convocar elecciones generales, a la que se opuso firmemente el propio Sánchez Ocaña. Y, la segunda del 10 de febrero al 23 de abril de 1868 en el Gabinete del general Narváez, última etapa como ministro que coincidió con la agudización de la crisis financiera de 1866 y una grave crisis de subsistencias, en el marco del severo deterioro del régimen isabelino, que cada día perdía más apoyos y que acabaría por ser finiquitado con la Revolución de septiembre de ese mismo año.
Leal a la Monarquía de los Borbones, durante el Sexenio Democrático (1868-1874) se mantuvo alejado de la vida pública; volvió a ella con la Restauración, adhiriéndose al Partido Liberal-Conservador y resultando elegido nuevamente senador en 1876, en este caso por la provincia de Salamanca y designado otra vez vitalicio al año siguiente. Como parlamentario, destacó por su elocuencia y desarrolló una ingente actividad, presidiendo diversas comisiones relacionadas con asuntos fiscales y, dada su longevidad, desde 1880 a 1885 fue presidente de la mesa de edad del Senado.
Obras de ~: Reseña histórica sobre el estado de la Hacienda y el Tesoro Público en España, durante la administración progresista y moderada, y sobre el origen e importe de la actual deuda flotante del mismo tesoro, Madrid, Imprenta de Tejado, 1855.
Fuentes y bibl.: Archivo del Congreso de los Diputados, Serie documentación electoral, 19 n.º 26, 24 n.º 57, 25 n.º 12, 27 n.º 2, 29 n.º 9, 32 n.º 2, 35 n.º 4, 41 n.º 48 y 52 n.º 5;Archivo del Senado, Exps. personales, HIS-0420-03.
Semb lanzas de los 340 diputados a Cortes que han figurado en la legislatura de 1849 a 1850, Madrid, Imprenta de Gabriel Gil, 1850, págs. 191-192; P. E. de Tébar y J. de Olmedo, Las segundas Cortes de la Restauración. Semblanzas parlamentarias. Senado, Madrid, Imprenta de Manuel G. Hernández, 1880, págs. 294-295; J. Valera, Historia General de España desde los tiempos primitivos hasta la muerte de Fernando VII continuada desde dicha fecha hasta nuestros días por don Juan Valera con la colaboración de don Andrés Borrego y don Antonio Pirala, t. VI, Barcelona, Montaner y Simón Editores, 1882, págs. 577 y 604; A. Rull Sabater, Diccionario sucinto de ministros de Hacienda (siglos xix y xx), Madrid, Instituto de Estudios Fiscales, 1991, pág. 148; P. Carasa (dir.), Élites castellanas de la Restauración. Diccionario biográfico de Parlamentarios castellanos y leoneses (1876-1923), Salamanca, Junta de Castilla y León Consejería de Educación y Cultura, 1997, págs. 512-513; J. M. Cuenca Toribio y S. Miranda, El poder y sus hombres. ¿Por quiénes hemos sido gobernados los españoles? (1705-1998), Madrid, Actas, 1998, págs. 810-813; J. R. Urquijo Goitia, Gobiernos y ministros españoles (1808-2000), Madrid, CSIC, 2001, pág. 314.
Francisco Miguel Espino Jiménez
