Hermosilla y Vizcarrondo, Miguel. Barcelona, 30.XI.1750 – Sevilla, 24.VIII.1812. Militar, mariscal de campo e ingeniero director.
Era hijo del teniente coronel de Artillería José de Hermosilla y de Francisca Vizcarrondo. Ingresó en el Ejército como cadete en 1764 y el 23 de julio de ese año fue nombrado ingeniero voluntario, trabajando en las obras de los caminos de Galicia. Al siguiente año (12 de julio de 1765) era admitido en el Cuerpo de Ingenieros como ingeniero delineador, después de haber superado los exámenes reglamentarios.
Entre 1765 y 1774 estuvo trabajando en la construcción de los Caminos Reales de Madrid a Cádiz y de Madrid a Galicia a las órdenes del ingeniero Carlos Lemaur. Realizó, simultáneamente con su trabajo en los caminos de Galicia, una intensa labor en el campo de la fortificación, levantando planos de las rías de Betanzos, La Coruña, El Ferrol y Vivero, y realizando proyectos de diversos cuarteles: Croquis del terreno Arenal, Lago y Planos de la baterîa de Doniños, La Coruña, 1770; Planos de la batería de San Carlos situada en la embocadura de la ria de El Ferrol, 1772; Plano que comprende las rias de La Coruña, Betanzos y El Ferrol y la costa de la ensenada de Cariño, hasta el puerto de Cedeira, 1773; Proyecto para habilitar el cuartel de La Redonda en la ría de El Ferrol, 1774; Plano y perfiles del castillo de La Palma, en la ría de El Ferrol, 1774; Proyecto del Fuerte de la Concepción en Cedeira (1774) y un croquis de la ría de Cedeira; Planos, perfiles y elevación de los edificios que componen los cuarteles del Camposanto en la ría de El Ferrol, 1777; y Planos de la ría de Vivero y su batería en la costa de Galicia. Había ascendido a ingeniero extraordinario el 6 de septiembre de 1770.
A comienzos de 1779 destinó S.M. al marqués de la Cañada, teniente general de los Reales Ejércitos Joaquín José Ibáñez Cuevas, para el mando político y militar de Canarias. Al incorporarse, llevó consigo varios oficiales de las armas de Infantería, Artillería e Ingenieros. A su llegada a Santa Cruz de Tenerife, residencia de la Capitanía General, ordenaba al ingeniero comandante de esa provincia, ingeniero en segundo, Andrés Amat de Tortosa, destinase uno de sus subalternos a la isla de Gran Canaria a fin de que atendiese a cuanto se ofreciera en ella para su defensa. En cumplimiento de la citada orden, según un oficio de 5 de octubre de 1779, Amat comunicaba a Hermosilla, destinado en esa isla de Tenerife, su designación (a Gran Canaria), para que “[…] practicara un reconocimiento de todos los castillos, baterías y demás fortificaciones de la expresada isla”. En el informe debía detallar el estado en el que se encontraban, artillería existente, cuarteles, etc. Hermosilla, que había sido ascendido a capitán e ingeniero ordinario el 3 de mayo de 1779, permaneció en Gran Canaria desde octubre de ese año al 5 de enero de 1785.
Consecuente con lo ordenado por Amat, redactaba Hermosilla un voluminoso y detallado informe, denominado Descripción topográfica y militar de Gran Canaria, firmado en 1785. En su prólogo el ingeniero hace constar que “dedicó mucho tiempo a estudiar la isla, así como los distintos pareceres que sobre su fortificación expusieron Leonardo Turriano Ingeniero Maior del Reyno de Portugal; Tiburcio Spanochi, Comendador e Ingeniero Maior de S.M. y el Capitán de Ingenieros Próspero Casola, […] que vino á Canarias en 1587 donde se avecindó, fue regidor perpetuo y murió”.
Continuaba en el prólogo describiendo la isla, mencionando sus montes, árboles, pesca, agricultura y producción. Refiriéndose a sus playas, señala: “[…] con fáciles playas para surgir y dos Puertos que despues de los de las islas de Lanzarote y la Gomera, otra alguna los tiene iguales ni tan buenos, con la proporcion de que el Arte puede hacerlos mejores […]”.
Más adelante, seguía la Descripción Topográfica… dedicando el capítulo II a su situación, frutos, terrenos, poblaciones y número de habitantes y a la “observación sobre las fábricas é Industrias de sus naturales”. El capítulo III, a “Propios y Arbitrios de la Ysla”; el capítulo IV a “Idea ó Descripción de los Puertos, Caletas, Playas y Surgideros abtos para Desembarcar”, con la que termina la primera parte. Finalmente, el capítulo V está dedicado a “Noticia de las Fortificaciones de la Ysla: tiempo en que se construyeron: estado en que hoy se hallan y como estan municionadas y guarnecidas”.
A lo largo de su estancia en Gran Canaria, Hermosilla realizó, además de su extenso informe, un elevado número de planos, mapas, proyectos y construcción de fortificaciones, como el Plan de la Torre de Gando, planos y cálculo del costo que asciende cada cosa, al respecto, se dice: “A cuatro leguas (del reducto o torre de San Pedro Mártir, conocido popularmente como Castillo de San Cristóbal) la Torre de Gando para defender el célebre puerto del mismo nombre, y a 6 leguas la Casa Fuerte del Romeral para resguardar la gran playa de las salinas…”; un Presupuesto para la restauración del Reducto o Fuerte de San Felipe (1789), situado en la punta de la colina de Santa Catalina, que en 1780 realizara Don …, Ingeniero Comandante de Gran Canaria; la Batería de Punta del Buen Aire, que Hermosilla, al estar muy deteriorada, no reparó, prefiriendo variar su emplazamiento, colocándola en la punta del Arrecife en el puerto del Confital, dándole una planta circular con foso. Asimismo, llevó a cabo la construcción del castillo de Santa Catalina hacia 1789.
También elaboró un Plan de defensa de la Ysla de Canaria por D. Miguel de Hermosilla, proponiendo la fabricación de baterías con capacidad para cuatro o seis cañones, en diversos puertos de la isla.
Según una instrucción de 25 de abril de 1787, Hermosilla, junto a varios oficiales de Ingenieros, fueron comisionados para viajar por Europa, “siendo el objeto principal de este viage y honrosa comisión el de enterarse sólidamente de la Policía, Disciplina y Táctica Militar de los Exercitos de Europa”.
Vuelto a su anterior destino en Galicia en 1788, en un informe describe las funciones de la “Torre dos Ratos” (de las ratas), entre ellas, “vigilar a los portugueses y avisar al Fuerte de Goián en el caso de producirse una invasión por parte de estos […] y estorvar que les pasen los enemigos en tiempo de guerra, y en el de paz descubrir los contrabandistas”. Además, señalaba que sus paredes eran de buena construcción, con puertas y aspilleras de cantería, los suelos y ventanas eran de madera y se accedía mediante una escalera de mano. Esta torre estaría en relación con el fuerte de San Lorenzo, perteneciente a la defensa de la frontera con Portugal en un momento tardío de los numerosos conflictos fronterizos con el país vecino y que tuvieron una dilatada extensión en el tiempo.
En 1789, levantó un plano para la reforma de la batería del Sarrial y realizó los proyectos de fortificación en Doñinos y Cariño y el proyecto del fuerte de San Carlos, estos tres últimos en la ría de El Ferrol.
En 1790 estaba destinado en la Dirección de Ingenieros de Madrid, cuando se produjo un gran incendio en la noche del 16 agosto. A las 11:00 horas se inició el fuego en el portal de Paños entre el Arco de Cuchilleros y el Arco de Toledo. Carlos IV llamaba a las tropas del Ejército de guarnición de Madrid para que acudieran a sofocar el incendio, “quedando al mando de las mismas, el ingeniero en segundo, teniente coronel Miguel de Hermosilla y Vizcarrondo, del Real Cuerpo de Ingenieros”.
En 1791 fue nombrado director del Canal del Manzanares (28 de enero) y realizó los planos del Hospital General de Madrid, que después construyó el ingeniero militar y arquitecto de Carlos III Francisco Sabatini. Igualmente, en 1791 escribió un Dictamen sobre la necesidad y utilidad de la continuación del Canal del Manzanares hasta el Real Sitio de Aranjuez; la de la navegación del Tajo desde su nacimiento hasta el mismo sitio, y la del Guadiela hasta que se une con el Tajo, con un cálculo de las ventajas que esta navegación traería a la corte y al reino, coste de toda la obra y el modo más económico de hacerlo, dictamen que sería publicado en 1801. En 1792, levantó el Mapa del canal de Manzanares hasta el Real Sitio de Aranjuez.
Siendo ingeniero en segunda, por una R.O. de 4 de julio de 1794 se le destinó a la dirección de las obras de fortificación de Pancorbo, en el marco de la “Guerra de la Convención” contra los revolucionarios franceses, donde permaneció hasta que por otra R.O. de 12 de septiembre de 1797 fue destinado a Zamora. En Pancorbo llevó a cabo una intensa labor, construyendo numerosas fortificaciones, cuarteles y edificios auxiliares en la zona. En ese aspecto, colaboraba, junto con el capitán general de Castilla la Vieja, Bernardo de Tortosa, y los ingenieros militares Fermín de Rueda y Antonio de Benavides, en un reconocimiento de las montañas de Pancorbo para la elección de un punto naturalmente fuerte en las inmediaciones de la carretera, donde establecer un fuerte de campaña conforme a la R.O. de 9 de agosto de 1794.
En 1795, era promovido al grado de coronel (los oficiales de Ingenieros y Artillería podían ascender en tres escalas: la de su Cuerpo por antigüedad, y por méritos en las de grado del Ejército y efectivo en el mismo) y a ingeniero en jefe dos años más tarde. Durante su destino en Pancorbo, además de lo señalado ut supra, levantó un elevado número de planos y proyectos: cuatro planos de las fortificaciones de Santa Engracia; Plano en que se manifiestan las obras que se han ejecutado para cortar los caminos y veredas que se dirigen al monte de San Nicolas inmediato a Pancorbo; Plano de la batería de Santa Marta en la villa de Pancorbo; plano original de la plancheta para averiguar la verdadera figura de Nava Cimera y la que dista del fuerte de Santa Engracia; Plano inferior, de intermedio y superior de la casa de D. Miguel Pascual de Bustamante, canónigo de Calahorra, que, en la villa de Pancorbo se alquiló y habilitó para cuartel de Artillería en el sitio que esta el Parque provisional de la misma; plano de la ermita de Nuestra Señora del Narrio, propia de la villa de Pancorbo, que se habilitó para cuartel de la Guardia de milicias de Ciudad Rodrigo; Plano de la ermita de San Miguel junto al camino real que va desde Pancorbo a las provincias y a Francia, habilitada para almacenar de 500 a 600 Kg. de pólvora necesaria para el fuerte de Santa Engracia. En 1796 realizó los planos y perfiles del fuerte de San Bartolomé, del fuerte de San Luis de Pancorbo y del fuerte de San Nicolás, con sus nuevas curvas taladradas en la peña y 10 bóvedas para hospital y almacenes.
En 1797 levantó, en colaboración con otros dos ingenieros, varios planos de la villa de Haro y de las inmediaciones de Miranda de Ebro, pasando a continuación destinado a la Dirección del Cuerpo de Castilla la Vieja.
Director de ingenieros de Galicia entre 1798 y 1802, realizó un proyecto en La Coruña (31 de diciembre de 1799) del castillo de Santa Cruz, proyecto que mejoraba el realizado anteriormente por el ingeniero Fernando de Gaver. Finalmente, en 1800 firmó la Relacion topografica de las plazas, y puestos fortificados del Reyno de Galicia: en que se manifiesta el estado en que se hallan las obras provisionales... en conformidad de lo mandado en la Real Orden de 31 de Agosto de 1800, “firmada por D. Miguel Hermosilla, […] Coronel e Ingeniero en Gefe de los Reales Exercitos, encargado de la Direccion de las Fortificaciones y Comandancia de Ingenieros del citado Reyno de Galicia”, así como el proyecto de una nueva fachada occidental de la catedral de Tuy (1800). En 1801, se construía una batería en la “Costa de la Muerte”, en la punta de Nuestra Señora de la Barca, proyectada por Hermosilla, para prevenir el continuo acoso de los corsarios y piratas ingleses.
En 1804 era brigadier subinspector, teniendo bajo su inspección a la Academia de Ingenieros y al Regimiento de Zapadores Minadores, ambos en Alcalá de Henares. En 1807 estaba destinado en el efímero reino de Etruria (1801-1808), sucesor del gran ducado de Toscana en Italia, y en el Estado Militar de España de 1808 figura como “Director Subinspector de Alcalá de Henares y actualmente en Hamburgo”. En ese mismo año fue nombrado comandante de ingenieros de la división del marqués de La Romana, marchando al norte de Alemania, donde, al producirse el reembarco de las tropas españolas como consecuencia del inicio de la Guerra de Independencia, fue hecho prisionero. Vuelto a la Península, era promovido a mariscal de campo el 13 de septiembre de 1809, falleciendo tres años después en Sevilla.
Miguel Hermosilla tradujo a Vitrubio con notas y aclaraciones y escribió un tratado de máquinas necesarias para la construcción de edificios. También hizo notables trabajos en la Alhambra. En el ámbito de la arquitectura, junto a otros ingenieros militares, ejerció una influencia decisiva en la implantación del Neoclasicismo en las nuevas edificaciones de Galicia. Hermosilla había adquirido fama de consumado arquitecto, pues había impresionado su bello proyecto neoclásico para construir una iglesia en el Puerto de la Luz que reemplazase a la vieja ermita. Teniendo en cuenta su notoriedad, el cabildo de la catedral de Santa Ana de Las Palmas acordaba encargarle oficialmente el proyectar las obras para la conclusión del templo con fecha de 1 de diciembre de 1780. El 9 de mayo de 1781 el ingeniero hacía entrega del proyecto al obispo fray Joaquín de Herrera y al cabildo eclesiástico. Sin embargo, este último, después de alabar el proyecto, finalmente no lo aprobaba, por lo que Hermosilla, después de ridiculizar las ideas del citado cabildo, se desentendía por completo del encargo.
Era Caballero de la Orden de Santiago.
Obras de ~: Descripción topográfica, político y militar de la Isla de Gran Canaria, [copia de Agustín Millares Torres, 1877], fol. 66 r/v, en Archivo El Museo Canario; Plan de defensa de la Ysla de Canaria, por D. Miguel de Hermosilla, mss., 8 de junio de 1780; Relación topográfica de las plazas, y puestos fortificados del Reyno de Galicia: en que se manifiesta el estado en que se hallan las obras provisionales... en conformidad de lo mandado en la Real Orden de 31 de Agosto de 1800, 1800; Dictamen sobre la necesidad y utilidad de la continuación del Canal del Manzanares hasta el Real Sitio de Aranjuez [...], Zaragoza, Oficina de Miedes, 1804.
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Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño