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José Navarro y Herrera

Biografía

Navarro y Herrera, José. Algeciras. 28.X.1784 – Barcelona. 20.II.1863. Militar, mariscal de campo procedente de Ingenieros.

Era hijo de Bernardo Navarro y Rubio y de Micaela Herrera. Ingresó en el Ejército como cadete del Regimiento de la Princesa el 20 de enero de 1797. Con su unidad estuvo de guarnición en las plazas de El Ferrol, La Coruña y Valladolid, llegando a obtener el empleo de subteniente de Infantería efectivo, el 19 de diciembre de 1800. Siempre con su Regimiento estuvo en la defensa de Vigo (septiembre de 1800) durante el bloqueo de la escuadra inglesa, que llegó a intentar un desembarco, y más tarde, en 1801 tomó parte en la campaña de Portugal, integrado en el Ejército que penetró por Galicia. Ascendió a teniente de Infantería el 17 de agosto de 1803.

Iniciaba los estudió de las matemáticas en la Academia Militar de Zamora, como subteniente alumno, el 18 de septiembre de 1804, sirviéndole de preparación para su ingreso en la Academia Especial de Ingenieros de Alcalá de Henares.

Finalizados los estudios reglamentarios el 12 de abril de 1807, era destinado al Ejército de Navarra de guarnición en Pamplona, plaza en la que permaneció hasta el 9 de julio de 1808, en que ocupada la ciudad por las tropas francesas (Guerra de la Independencia) se fugó de la misma. Logró presentarse en Zaragoza, sitiada por el enemigo, sitio en el que trabajó activamente, fortificando el arrabal de San Lázaro, y defendiendo la puerta del Carmen, donde resultó herido. Aún sin restablecer, se dio de alta, siendo destinado a la defensa a toda costa del convento de San Ildefonso, lo que lograba, a pesar del continuo bombardeo del enemigo, que llegó a realizar un ataque a viva fuerza que fue rechazado.  Levantado el sitio por los franceses en agosto de 1808, tomaba parte en la persecución de los sitiadores y más tarde en la acción del camino de Alfaro y batalla de Tudela.

Comenzado el segundo sitio de Zaragoza (20 de diciembre de 1808), fue destinado a la fortificación y defensa del arrabal de San Lázaro, en el que se encontraba como punto fuerte destacado el convento de las “Mónicas”, en cuya defensa participó activamente, resistiendo el bombardeo que redujo a escombros el convento, así como hasta ocho ataques del enemigo, replegándose en última instancia a las líneas interiores. Posteriormente pasaba a la defensa de Puerta Quemada, el punto más avanzado de la defensa y donde estuvo como comandante de Ingenieros del fuerte de San Miguel y parte de la calle del Coso, donde trabajó especialmente en acciones de fortificación y de contraminas. Con la capitulación de la plaza, el 20 de febrero de 1809, caía prisionero de los franceses que lo conducían en calidad de tal a Francia. Había ascendido a capitán de Ingenieros el 19 de enero de 1809.

En junio de 1813 era liberado por las autoridades francesas, volviendo a España, donde después de ser rehabilitado (el 26 de julio de 1814) se le destinaba a la Dirección Subinspección de Ingenieros de Valencia. Durante su cautiverio había sido promovido a sargento mayor de brigada del Cuerpo, el 31 de diciembre de 812, con el grado de teniente coronel del Ejército (los oficiales de Ingenieros podían ascender en dos escalas distintas, una la del Ejército, por elección y otra en el Cuerpo, por antigüedad). Permaneció en la citada dirección hasta el 20 de mayo de 1815, en que era destinado a la isla de Puerto Rico, donde desempeñaría la dirección de Caminos y Obras Públicas. Durante su estancia en la citada isla, era promovido a coronel de Ingenieros en Ultramar (al ser destinados a ultramar, recibían el grado inmediato superior, que perdían al volver a la Península), y escribió varias memorias e informes de interés: Memoria sobre almacenes de pólvora, con aplicación a la plaza de Puerto Rico (1817); Sistema militar de la Isla y su defensa (1818); Memoria sobre las salinas de la Isla y su explotación (1819); y Memoria sobre el plan de defensa de la Isla de Puerto Rico (1823).

También realizó el plan de caminos de toda la isla; un proyecto de división territorial de la isla en siete departamentos; la organización de la milicia disciplinada en 7 batallones independientes; el proyecto para la construcción de un teatro en la capital de Puerto Rico; la dirección de los trabajos estadísticos de caminos, obras públicas y las concernientes a la parte militar; la dirección de la Sociedad Económica de Amigos del País de la isla de Puerto Rico; el proyecto de una torre que ha de construirse en las casas consistoriales de la capital de la isla para la colocación de un reloj, de cuya dirección está encargado, en virtud de orden del gobernador y capitán general de la isla mencionada, Salvador Menéndez; el proyecto de un teatro que debe construirse en la plaza de Santiago de la isla de Puerto Rico por disposición del gobernador y capitán general de la misma y se encarga de su dirección hasta la altura del 3° piso en cuyo estado lo deja al regresar a la Península.

En diferentes ocasiones desempeñó por sucesión de mando, el cargo de capitán general de la isla de Puerto Rico. Finalmente, durante el último año de estancia en la isla (1825), planteó la creación de las Escuelas de Nobles Artes de Matemáticas, Arquitectura y Dibujo, redactando el Reglamento para su institución y gobierno.

Volvía a la Península, en agosto de 1826, siendo destinado como jefe del Depósito Topográfico de Ingenieros, donde permaneció hasta 1833 en que pasaba a ejercer el cargo de 2º comandante de Ingenieros de Madrid, destino perteneciente a la Dirección Subinspección del Cuerpo en Castilla la Nueva. Ascendía a coronel efectivo de Ingenieros el 28 de junio de 1835.

Ejerció el mando de la Academia y Regimiento del Cuerpo, hasta el 15 de abril de 1837, año en el que se le destinaba al Ejército del Centro, en el marco de la Primera Guerra Carlista. Comandante de Ingenieros del citado ejército siguió sus operaciones hasta la finalización de la contienda. Las acciones de mayor importancia en las que participó fueron la dirección de los trabajos de apertura de caminos, la constitución de parques de material de campaña y la construcción de baterías. Además, sin agotar la cuestión participó en el primer sitio de Morella, el sitio de Caspe, el ataque a los fuertes de Alpuente y Collado, la toma de Segura y los sitios de Tales y de Cantavieja.

Terminada la guerra, se le destinaba como jefe del Museo de Ingenieros, y un año después, como secretario de la Dirección General del Cuerpo. Con posterioridad fue sucesivamente director subinspector de Ingenieros de Castilla la Vieja (con sede en Burgos) hasta el 16 de noviembre de 1845. En esa fecha ascendía a brigadier de Ingenieros y era designado como director subinspector de Aragón. Durante su mando, apoyaba una serie de obras en palacio de la Aljafería de Zaragoza, de gran importancia para el mantenimiento del histórico edificio. El citado palacio se construía en la segunda mitad del siglo XI, por orden de Al-Muqtadir, segundo monarca de la dinastía de los Banu Hud. En este sentido, durante el año 1848 el 10 de febrero daba el visto bueno al proyecto de la Aljafería formado por el ingeniero militar Manuel Vilademunt, el 28 de febrero, al plano del perímetro del edificio de la Aljafería con un proyecto de fortificación, formado por Andrés Brull, el 8 de agosto, al plano para el cálculo de desmontes y rellenos que exige el proyecto de fortificación de la Aljafería, y el 5 de diciembre de 1848 enviaba al vicepresidente de la Junta de Aragón el presupuesto para la restauración del oratorio islámico formado por el ingeniero  militar Ortiz de Pinedo.

Finalmente, era promovido a mariscal de campo del Cuerpo, con destino a la Dirección de Ingenieros de Cataluña, cargo en el que permaneció hasta su fallecimiento.          

 

Fuentes y Bibl.: Archivo General Militar de Segovia (AGMS), Expedientes Personales.

Estados (Escalillas) del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, 1804-1864; E. Torner, “Servicios Militares del Cuerpo de Ingenieros durante la guerra de la Independencia”, en El Cuerpo de Ingenieros del Ejército. Resumen Histórico de su Organización y Servicios durante la Guerra de la Independencia, Madrid, Memorial de Ingenieros, 1908; J. López Muiños, Algunos aspectos de la Ingeniería Española y el Cuerpo Técnico, Madrid, Imprenta del Ministerio de Defensa, 1993. 2 ts.; Pedro I. Sobradiel, La Aljafería, 1800–1900, Las Claves para su recuperación, Zaragoza, Instituto de Estudios Islámicos y del Oriente Próximo, 2009.

 

Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño

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