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Beato Enrique Vidaurreta Palma

Biografía

Vidaurreta Palma, Enrique. Antequera (Málaga), 10.X.1896 – Málaga, 31.VIII.1936. Sacerdote diocesano, rector del Seminario de Málaga, beato.

Hijo de Enrique Vidaurreta y Carrillo, teniente de Navío de la Armada Española, y de María de la Purificación Palma y González del Pino, ambos naturales de Antequera (Málaga), fue bautizado el 16 de octubre del año de su nacimiento. El padre murió con motivo de la guerra de Cuba, el 8 de julio de 1898, al intentar salvar a un marino cuando fue hundido su barco, el Oquendo.

Estudió con su único hermano, menor que él, en el Colegio de San Estanislao que los jesuitas tenían en la barriada de El Palo. Se distinguió en sus estudios por lo que, cuando los dos hermanos terminaron el bachillerato, su madre, buscando mejores posibilidades para sus hijos, se trasladó con ellos a Madrid.

Enrique ingresó en el Seminario, donde cursó los estudios eclesiásticos. Su hermano se matriculó en la universidad. Fue ordenado presbítero en el mes de junio de 1919.

Un afortunado encuentro con el obispo de Málaga, el hoy Beato Manuel González, le llevó a aquella ciudad, siendo su primer destino el de capellán del Asilo de San Manuel, en una zona de extrema pobreza. El obispo don Manuel le encomendó también trabajar en la revista El granito de Arena. Y fue uno de los pocos presbíteros que respondieron a la llamada del obispo para ser “misioneros eucarísticos”.

La realidad de la diócesis de Málaga era bastante deficiente y su obispo se propuso mejorarla mediante la formación del clero, pero valiéndose de sus mismos sacerdotes. Con este propósito llamó a Enrique Vidaurreta, hacia 1921 al Seminario de Málaga. Allí fue prefecto de disciplina. Mientras, fue sustituido el viejo edificio del seminario en la calle Santa María por uno mucho mejor, situado a las afueras de la ciudad, que respondía a los objetivos propuestos. A esta nueva casa fue Enrique como vicerrector, siendo luego rector. Además, a la vez que desempeñaba estos oficios, fue profesor de varias materias de Filosofía y de Teología.

La personalidad espiritual del “Obispo de los Sagrarios abandonados” le había ido atrayendo y le convenció y configuró de tal modo que puso todo su empeño en la más sólida y completa formación de los seminaristas. Renovó los planteamientos educativos y, musicalmente, la vida litúrgica del Seminario.

Al ser quemada la iglesia de la Merced la noche del 12 al 13 de mayo de 1931, pasó a hacer de parroquia la iglesia de Nuestra Señora de la Victoria, siendo nombrado párroco Enrique Vidaurreta. También aquí desarrolló una intensa actividad pastoral.

El 18 de julio de 1936 se encontraba en el Seminario haciendo ejercicios espirituales con un grupo de treinta y tres sacerdotes, dirigidos por un P. Jesuita. El día 19 se presentó un grupo de milicianos. Los recibió Enrique Vidaurreta y les acompañó en un minucioso registro que hicieron. Se llevaron detenidos a todos los sacerdotes, trasladándolos primero al Cuartel de Capuchinos, luego a la comisaría del Gobierno Civil y, posteriormente, a la cárcel Provincial. Al entrar en prisión y dar sus datos al funcionario encargado del registro, Enrique Vidaurreta le hizo saber que él y sus compañeros ingresaban allí por su condición de sacerdotes, no por razones políticas.

La noche del 30 al 31 de agosto de 1936 el jefe de la patrulla estaba seleccionando víctimas. Enrique Vidaurreta le pidió que excluyera a un sacerdote enfermo lo incluyeron a él también. Junto con otros dieciocho sacerdotes y religiosos, entre ellos varios agustinos, fue fusilado en las proximidades del cementerio de San Rafael, cerca de la cárcel. Tenía treinta y nueve años de edad.

El Seminario de Málaga contó, además, con otros mártires, como Juan Duarte Martín —Yunquera (Málaga), 17.III.1912 – Arroyo Bujía (Álora-Málaga), 15.XI.1936—, diácono, mártir, beato. Sus padres, Juan y Dolores, eran labradores autónomos y de recia piedad. Juan fue bautizado el día 25 de marzo del mismo mes y año. Tuvo diez hermanos, de los que sobrevivieron seis. Recibió una buena formación en casa y en la escuela. Fue confirmado por el aludido obispo Manuel González.

Entró en el Seminario a los doce años, en 1924.

Aunque no era un alumno sobresaliente por sus dotes intelectuales, sí era muy estudioso y ejemplar por su piedad y comportamiento. Prueba de ello es el que el rector, Enrique Vidaurreta, le nombró prefecto de disciplina de los seminaristas más jóvenes. Las vacaciones las pasaba con sus padres ayudando en las labores del campo, en la catequesis.

Aunque el ambiente no era favorable a la Iglesia y a los sacerdotes, Juan Duarte demostró tener una vocación firme y decidida. Fue ordenado de subdiácono el 1 de julio de 1935 y de diácono el 6 de marzo de 1936.

Al comenzar las vacaciones de final del curso 1935- 1936, dudaba si ir a su pueblo, Yunquera, pues la iglesia había sido destrozada y profanada. Al fin fue con los suyos, y los acontecimientos del 18 de julio le sorprendieron en casa de sus padres. Los primeros días, el hermano mayor, Francisco, llevó a él y a su padre a una finca del campo, donde estuvieron tres días.

Después Juan se escondió en casa, en una especie de semisótano del piso de entrada, pero fue descubierto al ser delatado por una vecina.

Lo llevaron a la cárcel de Álora (Málaga). Allí, fue torturado y humillado. Los detalles se ha sabido por referencias de los vecinos de Álora.

Le mataron, a los veinticuatro años, en el Arroyo Bujía, de Álora. Le rociaron de gasolina, y le prendieron fuego, y un par de días estuvieron tiroteando el cadáver abandonado en el campo. Fue enterrado en el mismo arroyo, y en mayo de 1937 fue trasladado al cementerio de Yunquera. Tenía partidas las piernas.

Enrique Vidaurreta y Juan Duarte fueron beatificados en Roma el 28 de octubre de 2007 en el grupo de los cuatrocientos noventa y ocho mártires.

 

Bibl: L. Guede Fernández, Martirologio Malaginense, Málaga, 2003; P. Sánchez Trujillo, La fuerza de la fe. Vida y martirio de Juan Duarte, Málaga, Diócesis de Málaga, Delegación de Catequesis, 2003; F. Parrilla Gómez, D. Enrique Vidaurreta, un Rector para recordar e imitar, Seminario Diocesano, Vicaría para el clero, Málaga, 2004; F. Carrillo Rubio, El Rector del Seminario de Málaga, obra inédita publicada por P. Sánchez Trujillo, Málaga, 2005; P. Sánchez Trujillo (ed), El Rector del Seminario de Málaga Don Enrique Vidaurreta Palma, Málaga, 2005; L. Orellana Hurtado, Dios ha soltado la cuerda, Málaga, 2006; M. González Velasco, OSA, Postulación PP. Agustinos, Madrid, 2007; Obispado de Málaga, Semblanzas del sacerdote D. Enrique Vidaurreta Palma y del seminarista y diácono Juan Duarte Martín. Beatificación 28 de octubre de 2007, Málaga, 2007; M.ª E. González Rodríguez (ed), Quiénes son y de dónde vienen. 498 mártires del siglo XX en España, Madrid, Conferencia Episcopal Española, Edice, 2007, págs. 216-217; Hablar hoy de martirio y de santidad, Madrid, Conferencia Episcopal Española, Edice, 2007, págs. 145-206.

 

María Encarnación González Rodríguez