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Guillermina Martínez Cabrejas

Biografía

Martínez Cabrejas, Guillermina. Mariemma. Íscar (Valladolid), 12.I.1917 – Madrid, 10.VI.2008. Bailarina, maestra y coreógrafa.

Se formó en danza clásica y española en París, ciudad a la que se trasladó con sus padres a la edad de dos años. Su madre le enseñó los primeros bailes: fandangos, sevillanas y jotas. Con nueve, ingresó en la escuela de danza del teatro Chatelet y comenzó a actuar con el nombre de La pequeña Martínez. Aprendió los bailes de Escuela Bolera con los maestros Francisco Miralles y Juan Martínez, en París, y flamenco con Amalio Cuenca y Estampío. Fue, sin embargo, ver bailar a Antonia Mercé La Argentina lo que más supuso para ella, según sus palabras: “Antonia Mercé era ya nuestro gran futuro, la realidad, la revelación de un arte nuevo de bailar la Danza Española. La técnica no era suficiente; sí, era más importante la intuición creadora y qué mejor enseñanza que ver bailar a Antonia.

Para mí fue más que mil profesores en una academia de baile [...]”. A la muerte de Antonia Mercé, en 1936, bailó en diversos homenajes realizados en París y, tal y como La Argentina dejó estipulado en su testamento (quería que sus vestidos los heredara la mejor bailarina que hubiera en el momento), recibió de la familia Mercé la mayoría de sus trajes. En 1940, al estallar la Segunda Guerra Mundial, volvió a España y ofreció su primer concierto de danza en el teatro Calderón de Valladolid. Su presentación en Madrid y Barcelona fue en 1943, en el teatro Español. Recorrió después varias regiones españolas, estudiando los bailes regionales más populares, investigando sobre los más olvidados y volviendo a recrearlos, reviviendo el estilo y carácter original de cada uno de ellos. Se unió al pianista Enrique Luzuriaga, con quien puso en escena sus danzas de concierto durante los años siguientes. En 1947 inició sus giras por Europa, limitadas antes, a causa de la guerra, a España, Portugal y Marruecos. Ese mismo año creó su coreografía de El Amor Brujo, que fue estrenada en el teatro de la Opera Cómica de París. En 1950 le concedieron el Premio Nacional de Danza y dos años después fue invitada por el teatro de la Scala de Milán para interpretar los papeles protagonistas en los ballets El sombrero de tres picos y Capricho español. En 1953, en el teatro de la Ópera de Roma, bailó en El sombrero de tres picos junto a Leonide Massine. Su relación artística con el teatro milanés fue tan fructífera que volvió a coreografiar, ya en solitario, e incluso recibió la invitación del coliseo para formar allí una escuela de danza española.

Fundó su compañía propia, Mariemma-Ballet de España, en 1955, y recibió el Premio Nacional de Coreografía. Entre las actuaciones con su compañía, continuó su actividad como artista invitada y en 1958 colaboró con el Ballet del Marqués de Cuevas como bailarina y coreógrafa, con el que continuó actuando en los años siguientes. Durante 1960 fundó en Madrid su escuela de danza y años más tarde creó otra en Valladolid. Continuó sus actuaciones con su compañía, presentándose en Madrid y realizando diversas giras por Iberoamérica y Europa. En 1964 estrenó en el teatro de la Zarzuela de Madrid la coreografía Ibérica, basada en el Bolero de Ravel, y obtuvo el Premio del I Certamen de Danza Española. En la Feria Mundial de Nueva York, adonde fue invitada por el Pabellón de España junto a otras compañías españolas, recibió la Medalla de Oro. Durante los años siguientes volvió a colaborar con grandes artistas, como Herbert von Karajan, con quien trabajó en la ópera Carmen, dentro del Festival de Salzburgo de 1966. Un año después fue contratada en La Scala para crear la coreografía de las dos danzas de la ópera La vida breve, en las que bailó el papel principal. En 1969 fue nombrada catedrática de Danza Española de la Real Escuela Superior de Arte Dramático y Danza de Madrid y en 1978 tomó posesión del cargo de subdirectora de la Escuela. En ese año recreó para el recién nacido Ballet Nacional Español la coreografía Diez melodías vascas, con música de Guridi, y Fandango, con música del padre Soler. En 1980 accedió al puesto de directora de la Real Escuela, y en 1981 recibió la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes. Su pasión por Antonia Mercé La Argentina le llevó a realizar dos homenajes a esta pionera de la danza española estilizada.

En el primero, en 1982, estrenó la Danza de los ojos verdes, compuesta por Granados para Antonia Mercé.

El segundo, en 1990, al cumplirse el centenario de su nacimiento, organizado por el Instituto de las Artes Escénicas y de la Música, contó con un espectáculo que recogía las creaciones más significativas de La Argentina, recreadas y coreografiadas por Mariemma.

Después de jubilarse como catedrática honoraria de la Real Escuela, creó en 1985 un Centro Coreográfico con su nombre, donde continuó con la enseñanza. En octubre de 1992, organizó en Valladolid, como presidenta del Consejo Español de la Danza, perteneciente a la UNESCO, el congreso La danza y lo sagrado, para el que volvió a poner en escena su coreografía Iberia.

También en ese año, ofreció una clase magistral dentro del Encuentro Internacional La Escuela Bolera.

En 1994, Alicia Alonso le invitó a dar unas conferencias y clases magistrales dentro de los Cursos de Verano de la Universidad Complutense en El Escorial.

Su actividad como coreógrafa prosigue en la recuperación de algunos de sus ballets para el Real Conservatorio Profesional de Danza de Madrid. El Ministerio de Cultura español le concedió el Lazo de Isabel la Católica, en 1995, y al año siguiente el organismo homólogo francés le nombró Chevalier de L’Ordre des Arts et des Lettres. Continúa su colaboración con el Real Conservatorio Profesional de Danza en el montaje de sus ballets para las actuaciones-talleres de los alumnos. Tanto su pueblo natal, Íscar, como Valladolid, cuentan con sendas calles con su nombre.

 

Obras de ~: Mis caminos a través de la danza, Madrid, Sociedad General de Autores y Editores-Fundación Autor, 1997.

 

Bibl.: A. Puig Claramunt, El arte del baile flamenco, Barcelona, Editorial Polígrafa, 1977; J. Blas Vega y M. Ríos Ruiz, Diccionario enciclopédico ilustrado del flamenco, Madrid, Editorial Cinterco, 1988; VV. AA., Antonia Mercé ‘La Argentina’. Homenaje en su centenario (1890-1990), Madrid, INAEM, Ministerio de Cultura, 1990; C. Marinero, “Bailo en Honor de La Argentina”, en El Mundo, noviembre de 1990; VV. AA., Ballet Nacional de España. 20 años, Madrid, Ministerio de Educación y Cultura, 1999.

 

Cristina Marinero

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