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Antonio García-Monteabaro López

Biografía

García-Monteabaro López, Antonio. El Inmortal, El Arcabuceado. Castañeirúa, Castropol (Asturias), 20.VI.1791 – La Coruña, 28.II.1841. Militar.

Fue conocido como El Inmortal y El Arcabuceado; recibió los honores de alférez graduado, subteniente, con derecho perpetuo de uniforme, charretera de honor, Hijo Benemérito de la Patria, Cruz laureada de San Fernando y del Cuerpo de Inválidos.

De humilde familia de labradores, tomó las armas al estallar la Guerra de la Independencia, alistándose en los Húsares de Castilla, unidad que se había formado en Oviedo, con base en los Carabineros Reales. Estos carabineros se encontraban en Asturias para sofocar el levantamiento contra los franceses, que había estallado el 25 de mayo de 1808 a la voz de: “Asturias, en nombre de la España invadida y de su Rey cautivo, declara solemnemente la guerra a Francia”, lanzada por la Junta General del Principado.

Las acciones en que Antonio García tomó parte y las numerosas heridas recibidas en combate, nada menos que diecisiete, convierten a este sencillo soldado en un héroe. Tal fue su fama que, a finales de 1812, Javier Elío, general jefe del 2.º Ejército, le instó a que viajara a Cádiz, con recomendación suya, a fin de reclamar ante la Regencia una pensión.

Así, el 28 y 30 de enero de 1813, la Gaceta de la Regencia publicó los méritos y servicios de Antonio García, y los honores y ayudas que con este motivo se le concedieron. Pero algunos diputados y el clamor popular exigieron gestos más elocuentes.

De esta manera, a las doce horas del 16 de febrero, Antonio García, de dolman amarillo y casco de caballería, compareció ante las Cortes, instaladas en la iglesia de San Felipe Neri. En la barandilla escuchó varias intervenciones en su honor, y la arenga del presidente, Miguel Zumalacárregui, que lo declaró Hijo Benemérito de la Patria. Finalmente, el héroe pronunció unas palabras de reconocimiento.

Con el decreto que contenía los honores concedidos por las Cortes, Antonio García se dirigió a la regencia, con sede en el palacio de la Aduana, acompañado por un alabardero y la banda de música de las Guardias Españolas. Cumplimentado el trámite, el embajador inglés, Richard Colley, marqués de Wellesley, hermano de Wellington, lo invitó a su casa y le regaló un uniforme y un sable.

Con todos estos motivos, se hizo un retrato del soldado, reproducido más tarde por la Junta Iconográfica Nacional, junto con sus servicios militares.

Poco tiempo después, Antonio García volvió a la guerra, próxima ya a finalizar.

Durante el Trienio Liberal (1820-1823), Antonio García se unió a las filas liberales de Juan Martín El Empecinado. Al triunfar los absolutistas, El Empecinado y algunos de sus hombres, entre ellos Antonio García, fueron apresados y llevados a Roa (Burgos), donde el famoso guerrillero fue ahorcado en 1825.

Cuando en 1833, estalló la Guerra Carlista, Antonio García volvió a tomar las armas, esta vez a favor de María Cristina. En una acción, el cura Merino le arrebató su Hoja de Servicios, razón por la que no se encuentra en el Archivo General Militar de Segovia.

Con la salud muy deteriorada, Antonio García marchó a vivir a La Coruña, donde falleció en 1841.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico de La Coruña; Archivo de las Reales y Militares Órdenes (Madrid).

F. Canella y Secades [Manuscrito sobre la vida de Antonio García] (desapar.); Robespierre, El Robespierre Español (Cádiz), febrero y marzo de 1813; Gaceta, La Gaceta de la Regencia de las Españas y Diario de Sesiones de las Cortes Generales y Extraordinarias, febrero y marzo de 1813; A. Cotarelo, “Don Antonio García”, en Bocetos Militares, Madrid, Ests.

Tipográficos, 1883; Junta Iconográfica Nacional, Retratos de la Guerra de la Independencia, Madrid, Junta Iconográfica Nacional, 1908 (Instituto de Historia y Cultura Militar, sign. I-80); M. García Teijeiro, El Inmortal húsar de Castilla don Antonio García [...], Lugo, G. Castro, 1922; M. A. Serrano Monteavaro, “El Inmortal”, en La Comarca del Eo (Ribadeo), 26 de agosto de 2003.

 

Miguel Ángel Serrano Monteavaro