Ramírez Dávalos, Gil. Baeza (Jaén), 1510 – Riobamba (Ecuador), f. s. xvi. Corregidor del Cusco y fundador de Cuenca en América.
Sus padres formaban parte de la corte de Antonio de Mendoza, marqués de Mondéjar y conde de Tendilla, en cuyo palacio fue educado. Al ser éste designado virrey de Nueva España en 1535 le acompañó a México donde vivió guerreando dieciséis años para concluir la pacificación del país, llevando un contingente de criados, esclavos, armas y caballos y contrajo matrimonio con dama noble y rica que le dio hijos pero falleció joven. De gran apostura, marfileño, alto y delgado, en un combate en las breñas de Neuchistlan, Jalisco, recibió una pedrada que le destrozó la dentadura y afeó el rostro. En 1546 preparó la expedición del pacificador Pedro de la Gasca en lucha contra Gonzalo Pizarro.
En 1550 su protector el marqués fue designado virrey del Perú y viajó a Lima aunque muy enfermo, ingresando en esa capital el 23 de septiembre de 1551.
Ramírez Dávalos fue designado mayordomo de palacio y capitán de la Guardia Virreinaticia. Al año siguiente fue su albacea junto a Pedro de Hinojosa. Muerto el virrey, cumplió con tanta honorabilidad su cometido que la Audiencia le nombró corregidor y justicia mayor del Cusco para contener el descontento de los encomenderos, reacios a aceptar las nuevas ordenanzas que iban en contra de sus intereses. Ni bien arribó a su destino, el capitán Francisco Hernández Girón le presentó un Memorial que Ramírez Dávalos tuvo la imprudencia de romper sin siquiera leerlo. Este torpe proceder sirvió para que la noche del 12 de noviembre de 1553, en las nupcias de Alonso de Loayza y María de Castilla, ingresara Hernández Girón con dieciséis hombres armados a prenderlo, tuvo que esconderse en el cuarto de las damas y sólo salió bajo promesa de que le respetarían la vida. Su casa fue saqueada y perdió 10.000 pesos de oro herencia de su esposa.
La revolución de Hernández Girón tomó fuerza y duró un año con variadas suertes hasta que fue vencido y ejecutado en Lima con otros cómplices, la noche del 17 de diciembre de 1574. Ramírez Dávalos guardó prisión dos años sometido a un juicio de residencia, hasta que el nuevo virrey Andrés Hurtado de Mendoza, marqués de Cañete, le dio su protección y el 19 de septiembre de 1576 designó gobernador de la provincia de Quito para que funde la nueva población de Cuenca de América, conforme lo tenía solicitado el encomendero Rodrigo Núñez de Bonilla, diciendo: lo hará bien porque tuvo un buen maestro. El 12 de abril de 1577 la fundó en el valle de Paucarbamba que significa llanura florida y como había sido designado Guarda Mayor, tomó asiento en dicho Cabildo el 9 de diciembre. En enero de 1559, comenzó la extensa visita de su gobernación, recorrió Zamora, Loja, las minas de Zaruma y Portovelo, volvió a Cuenca y siguió a los Quijos, donde gastó 5000 pesos y fundó el 14 de mayo la ciudad de Baeza en el valle del Río Cozanga, pero al poco tiempo fue reemplazado por Melchor Vásquez de Ávila y querellado por Núñez de Bonilla y se le restituyó el dinero gastado. En 1550 fue ratificado en las estancias, huertas y tierras y continuaba en el Cabildo de Cuenca, con ligeras ausencias a Quito donde también tenía negocios.
En 1566 fue encargado por el virrey Fernando de Toledo para reincorporar a la Corona todas las encomiendas que habían sido de Gonzalo Pizarro. En 1579 figuraba como vecino de Riobamba y miembro de ese Cabildo, casado en segundas nupcias y con hijos de ambos enlaces. Era propietario de la hacienda Atún Cañar, el batán cercano a Cuenca, las sementeras de Molleturo y las huertas en Paute. Su procurador Antonio Nivela se encargaba de herrar el ganado. Habían sido suyas las minas de mercurio de Peleusi en Azogues. Falleció en Riobamba, en fecha desconocida.
Bibl.: R. Pérez Pimentel, Diccionario Biográfico del Ecuador, t. 18, Guayaquil, Imprenta de la Universidad, 2002.
Rodolfo Pérez Pimentel
