Gallego, Joan. Cataluña, s. m. s. XVI – 1626. Regente de Audiencia.
Este magistrado es un ejemplo evidente de que en ocasiones un personaje de orígenes oscuros puede acceder finalmente a una institución tan relevante como la Real Audiencia. De él se afirmaba que era hijo de un fabricante de gorras que se llamaba González, “de nación gallego” y por eso le llaman “lo gallego”. El 31 de julio de 1582 fue admitido al examen de doctor en Leyes, y después de obtener el título fue contratado por el Consejo de Ciento barcelonés para regentar una cátedra de Cánones entre los años 1582 y 1586; en los dos años siguientes fue catedrático de Instituta. Es, sin duda, uno de los doctores con una trayectoria más dilatada en esta alta institución judicial, ejerciendo durante algo más de treinta años. Accedió a la misma al conseguir una plaza de juez de lo penal y poco tiempo después, en 1595, accedió al puesto de oidor de la sala del canciller. Esta elección no transcurrió plácidamente porque al estar asignado el pleito del ducado de Cardona en esta sala se requería buscar un candidato adecuado a este contexto. La terna elaborada por las tres salas reunidas de la Real Audiencia no le incluyó en su propuesta. Las reacciones a esta propuesta fueron inmediatas por parte del virrey, duque de Maqueda, quien denunció que se había introducido en la misma a un abogado de la duquesa de Cardona, mientras que la misma duquesa denunciaba a otro candidato también incluido por defender los intereses de la parte contraria implicada en el pleito.
Cuando intervino el Consejo de Aragón, éste no dudó en promocionar a los jueces de lo penal de la Real Audiencia para esta sala civil. Y propuso al doctor Joan Gallego. Esta intención inicial del Consejo tuvo que hacer frente a las observaciones del duque de Maqueda, quien consideraba que el hipotético nombramiento del doctor Joan Gallego como oidor de la sala del canciller coincidiría con el doctor Joan Castelló, a la sazón cuñado suyo, hecho del todo desaconsejable según el virrey. El Consejo mantuvo su propuesta y finalmente el Monarca procedió a su nombramiento. Su estancia fue, como ya se ha comentado, dilatada, pues falleció en 1626. Su actividad profesional fue, por todo ello, relevante para entender el funcionamiento de la Real Audiencia catalana en este período.
Fuentes: Archivo de la Corona de Aragón, Corona de Aragón, leg. 265, doc. 90, “Consulta efectuada en San Lorenzo de El Escorial el 16 de agosto de 1595”; Biblioteca Nacional de España, ms. 2398, fol. 66v.; Arxiu Històric de Protocols de Barcelona, Pedro Jaime Bas, Libro de testamentos e inventarios, 1573-1606.
Miguel Ángel Martínez Rodríguez