Samper, Félix. ?, p. m. s. XIX – s. m. s. XIX. Platero de oro y diamantista activo entre 1844 y 1867.
Pocos datos se conocen sobre su vida, pero, por el membrete de sus facturas, se sabe que primero abrió tienda en la calle del Prado, número 7 y después en la calle del Carmen, números 37 y 39. Poco después se estableció en París, en la Rue Trevise, dedicándose a la importación y exportación de joyas y objetos de plata, trasladándose en 1867 al Boulevard de les Italiens, número 18 y a la Rue de la Paix, número 16. El 15 de junio de 1847 juró el cargo de diamantista de cámara honorario y se consolidó como proveedor de los reyes de España.
No han llegado hasta nosotros ninguna de sus obras, en parte debido a la ausencia de marcaje, pero si importante documentación. Por ejemplo, el 1 de septiembre de 1845 presentó una cuenta en la tesorería real por tres alfileres, una sortija, medio aderezo y una cadena de oro, valorados en 13.800 reales. Ese mismo año, apareció en el Diario de Barcelona la noticia de la ejecución por este artista, de una pulsera ofrecida a Isabel II por el capitán general y la guarnición de Zaragoza, cuyo diseño reproducía un aro adornado por dos orlas de brillantes y una cinta de esmalte azul en el centro, con una dedicatoria en letras góticas, siguiendo el estilo romántico de la época. De la pulsera pendía, por medio de una doble cadena, una corona y un escudo. Coincidiendo con la ejecución de la pulsera, también se estaba realizando en el taller de Samper, un puño para un rico bastón, que la misma guarnición de Zaragoza deseaba regalar al general Narváez.
El 14 de septiembre de 1847 presentó una cuenta, también en la tesorería real, por cuatro manillas de brillantes con un camafeo y el 17 de noviembre de ese mismo año talló, los 4.317 brillantes que guarnecían dos aderezos, uno de ellos grande, formado por una espoleta para la banda, un collar, dos brazaletes, dos pendientes de botón, una guirnalda, un gran alfiler de pecho y un cinturón.
En 1861 ejecutó una espada de honor, regalada por varios valencianos al general Echagüe, por sus hechos victoriosos en la guerra de África y en 1862 realizó una placa de banda y una cruz, todo de brillantes, de la Orden de Carlos III para el Rey de Baviera, así como varias joyas que los reyes regalaron en sus viajes por Andalucía y Murcia. Entre ellas cinco cadenas con brillantes y diamantes rosas, dos botonaduras completas de brillantes y perlas, once juegos de botones de manga con brillantes, rubíes y turquesas, dos alfileres de señora con brillantes, esmeraldas y perlas y un alfiler de caballero con coral y rosas. En 1864 ejecutó un pectoral con anillo engastado con brillantes y amatistas valorado en 23.000 reales, que la reina envió al ilustrísimo señor don fray Félix María de Arrieta y Llano, obispo de Cádiz con ocasión de su consagración. Debió fallecer en torno a 1867 porque a partir de este momento desaparecen, de los archivos madrileños, las referencias documentales.
Obras de ~: pulsera ofrecida a Isabel I, 1845; puño para un bastón para el general Narváez, 1845; espada de honor, regalada por varios valencianos al general Echagüe, 1861; placa de banda y una cruz de la Orden de Carlos III para el Rey de Baviera, 1862; pectoral con anillo para Félix María de Arrieta y Llano, obispo de Cádiz, 1864.
Bibl.: S. Alcolea, “Aportaciones al estudio de la orfebrería en Madrid durante el siglo XIX” en Revista Iberjoya (Madrid), nº 3 (1982), págs. 22-29; F. A. Martín, “Joyeros y diamantistas reales en las colecciones del Patrimonio Nacional”, en Reales Sitios (Madrid), n.º 71 (1982), págs. 37-44; A. Aranda Huete, “Panorama de la joyería española durante el reinado de Isabel II”, en Boletín del Museo e Instituto Camón Aznar (Zaragoza), LXVIII (1997), págs. 5-24; “Félix Samper” en VV. AA., Dictionnaire International du Bijou, Paris, Les Editions du Regard, 1998, pág. 479.
Amelia Aranda Huete
