Caballero Pérez, Juan. Estepa (Sevilla), 29.VIII.1804 – 31.III.1885. Bandolero.
Era hijo de una familia humilde de tratantes de ganado, negocio al que se dedicó en su niñez y juventud, al tiempo que recibía la educación primaria que le capacitaba para leer y escribir. En julio de 1827 se casó y, según su testimonio, poco después fue encarcelado por error, lo que precipitó su conversión en caballista, si bien esto pudo haber sido una forma de justificarse.
En la cárcel de Sevilla mató a un preso; luego se fugó y vivió fugitivo hasta que, en el invierno de 1828, se determinó a unirse a unos bandoleros. Su actividad criminal quedó estrechamente asociada a la época más célebre del bandolerismo andaluz, que compartió con las partidas de José María, el Tempranillo, y Frasquito el de la Torre. Parece ser que en principio se unió al grupo de José María, para pasar más adelante a dirigir su propia cuadrilla; las distintas fuentes y opiniones se contradicen sobre si fue un mero subalterno del Tempranillo o bien un cabecilla a su misma altura, aunque es más frecuente la primera afirmación. En todo caso, participó de lleno en la ola de crímenes que azotaron la Andalucía interior en esos años y motivaron la alarma y la reacción, casi siempre ineficaz, de las autoridades. Tuvo un particular protagonismo en la negociación del indulto general que Fernando VII concedió en junio de 1832 a las principales partidas activas. Tras el perdón, aseguró haber sido nombrado comandante del Escuadrón Franco de Policía y Seguridad de Andalucía, para perseguir a otros salteadores, aunque por motivos de salud habría cedido el cargo al Tempranillo a los pocos meses. Ese dato no está confirmado, pero sí consta que Juan Caballero pasó en Estepa el resto de una larga y acomodada vida. Tuvo seis hijos y en algún momento indeterminado escribió una muy interesante autobiografía que se ha conservado a través de dos manuscritos; en ella relata sus aventuras bandolerescas hasta el indulto, con concisión y gran vigor narrativo, intentando fijar una imagen honorable y a la vez temible de sí mismo. Su presencia sirvió de alimento mítico al bandolerismo estepeño durante todo el siglo xix, e incluso uno de los últimos grandes caballistas de la comarca, Joaquín Camargo, el Vivillo, aseguraba haber frecuentado de joven la tertulia de Caballero, mientras que se dice que uno de sus nietos, apodado Caballerito, formó parte de la cuadrilla del Pernales. Murió de muerte natural.
Obras de ~: Historia verdadera y real de la vida y hechos notables de ~, vecino de Estepa, villa de Andalucía, escrita a la memoria por él mismo, ed. de J. M.ª de Mena, Madrid, Turner, 1977 [reed. en J. M.ª de Mena, Los últimos bandoleros. Una historia del bandolerismo (Contiene las memorias del bandolero ~), Córdoba, Almuzara, 2006].
Bibl.: M. Fernández y González, El señor Juan Caballero o los hijos del camino, Madrid, Est. Tipográfico de Ricardo Fe, 1888; F. Rivas Gómez, “El Lero y el Tempranillo. Dos rivales históricos”, en Revista de Estudios Históricos de la Guardia Civil, año XI, n.º 22 (1978); F. Durán López, “Las memorias de Juan Caballero, bandolero de Estepa, o la autobiografía como rehabilitación social”, en Draco. Revista de Literatura Española, n.º 7 (1995), págs. 47-67; J. A. Rodríguez Martín, José María “el Tempranillo”, Lucena (Córdoba), Castillo Anzur, 2002; A. Cruz Casado, “Del trabuco a la pluma: autobiografías de los bandoleros andaluces”, en C. Fernández Prieto et al. (eds.), Autobiografía en España: un balance, Madrid, Visor, 2004, págs. 373-380; M. Pérez Regordán, El bandolerismo andaluz, Arcos de la Frontera (Cádiz), Museo del Bandolero de Ronda, 2005.
Fernando Durán López
