Enríquez de Lemos, Alonso. Monforte de Lemos (Lugo), p. m. s. XV – Lugo, 1495. Obispo de Lugo.
Fray Alonso Enríquez, llamado de Lemos, debió de nacer en Monforte de Lemos (Lugo), como la mayoría de sus parientes, y falleció en 1495. Franciscano, fue hijo de Rodrigo Álvarez Osorio, señor de Cabrera y Ribera, y de Aldonza Enríquez; sus abuelos paternos fueron Pedro Álvarez Osorio, señor de Cabrera y Ribera (muerto en 1403), y Constanza de Valcárcel. Por parte materna, fue nieto de Juana de Mendoza y de Alfonso Enríquez, almirante de Castilla, nieto a su vez del rey Alfonso XI. Alonso Enríquez —de Lemos— fue hermano del cardenal García Enríquez Osorio, obispo de Oviedo (1441-1442) y arzobispo de Sevilla (1442-1448) y de Pedro Álvarez Osorio, I conde de Lemos y sobrino del franciscano fray Juan Enríquez, obispo de Lugo (1409-1417). Fue protonotario apostólico, vivió en Roma en tiempos del papa Sixto IV (1471-1484), y fue obispo de Lugo desde el día 8 de marzo del año 1476 hasta su muerte en 1495. Ya a finales de 1469 su hermano, el conde de Lemos, había tratado de situarle al frente de la mitra de Ourense tras sofocar la revuelta irmandiña y apoderarse de esa ciudad. Sin embargo, sus contiendas con el conde de Benavente por el control de la urbe le acabaron obligando a retirar su candidatura en favor de Diego de Fonseca, candidato regio y pontificio para la sede, en 1471.
En su nombramiento como obispo de Lugo también puede ser apreciada la influencia positiva de su hermano, pues también en las postrimerías de 1469, y tras una larga y cruenta guerra con los Osorio de Trastámara por la expansión de sus estados e influencia en la región lucense, el conde se erigió como el magnate más poderoso del obispado de Lugo, a cuya ciudad e iglesia, de las que era encomendero, sometió a su control desde entonces. En este contexto tuvo lugar la elección de fray Alonso Enríquez como obispo de Lugo, la cual debió ser promovida por su hermano con el fin de afianzar su dominio sobre el obispado. Los Reyes Católicos también respaldaron la elección de fray Alonso Enríquez, muy probablemente a causa de la lealtad del de Lemos y su linaje durante la Guerra de Sucesión (1475-1479). El respaldo que le proporcionaba su poderoso linaje y su hermano, le permitieron a fray Alonso ejercer un firme gobierno de su sede y señorío episcopal durante aquellos años, aunque poco más tarde se produjeron graves enfrentamientos entre el obispo y el conde y los monarcas a causa de la resistencia de los primeros a la expansión de la autoridad regia en el obispado lucense promovida por los segundos en los comienzos de su pontificado.
En efecto, durante el gobierno de Galicia de Fernando de Acuña, gobernador por los Reyes Católicos en aquel reino, el obispo de Lugo Alonso Enríquez fue relevado del mando de la fortaleza de Lugo, al verse involucrado en las disputas que el gobernador (1480-1485) mantuvo con el conde de Lemos. Esta acción provocó un grave conflicto entre los de Lemos, que pretendían conservar intacto su control sobre la urbe, y el gobernador. Poco después (1483), y aprovechando la ausencia en el reino del gobernador y de su alcaide Garci López, el conde puso cerco a la fortaleza de Lugo. Por este motivo el rey don Fernando el Católico inició su marcha hacia Galicia en 1483, pero detuvo su camino a la altura de Astorga tras recibir la noticia de la muerte del conde Pedro y del levantamiento del cerco de Lugo.
En el ámbito artístico, consta que este prelado inició en 1478 las obras de construcción y restauración del palacio episcopal de Lugo, siguiendo el viejo mandato del obispo Fernando Palacios, que en 1434 dejaba en su testamento a su sucesor 500 florines para la reparación del mismo. De la obra de Alonso Enríquez de Lemos se conserva en el vestíbulo, sobre la puerta de entrada a las paneras, la inscripción que nos da la fecha exacta de su construcción: “Esta casa mandó facer D. Alonso de Lemos, Obispo de Lugo, hermano legítimo de don Pedro Osorio, conde de Lemos, y de don García, Arçobispo de Sevilla. Comenzose esta obra año de 1478 y acabose año de 1480”.
Como huella en piedra del pontificado de Alonso Enríquez de Lemos, en la antigua fachada del palacio episcopal del siglo XV situado en la plaza de Santa María en Lugo se encuentran dos labras heráldicas. Están situadas en lo alto de la antigua fachada, bajo el escudo de los Reyes Católicos y a ambos lados de una ventana tapiada, encima de una repisa. El primero de ellos es un escudo blasonado de las armas de los Enríquez y el segundo, trae las armas de los Osorio. Otro escudo que repite las armas de los Osorio se encuentra en una dependencia interior de la planta baja. Sus armas, hoy desaparecidas, estaban pintadas en los altos de las salas, en el corredor y en la capilla del palacio cuando se acometieron las obras de construcción del nuevo Palacio Episcopal, iniciadas en 1738.
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Carlos Acuña Rubio, Carlos Viscasillas Vázquez y Diego González Nieto
