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Pedro Ximénez de Préjano

Biografía

Ximénez de Préjano, Pedro. Préjano (La Rioja), c. 1420 – Coria (Cáceres), 1495. Canónigo, teólogo, catedrático, cronista real, obispo de Badajoz y de Coria.

Fue colegial en el Colegio de San Bartolomé de Salamanca, donde tomó sus hábitos el 10 de marzo de 1447. En la Universidad salmantina fue discípulo del obispo Alonso Tostado y alcanzó el grado de maestro de Teología, ocupando años más tarde la Cátedra de Vísperas de Teología.

Fue nombrado provisor en Segovia, siendo obispo Juan Arias de Ávila. Después ocupó los cargos de deán y primer canónigo magistral que tuvo la Iglesia de Toledo, donde presentó su bula en el Cabildo de la iglesia el 4 de julio de 1476. Fue además el cronista oficial del rey Enrique IV.

Siendo canónigo magistral de Toledo convocó un concilio en Alcalá de Henares por mandato del pontífice Sixto IV en el año 1479. Asistió a él como legado del Papa el arzobispo de Toledo Alonso Carrillo. En este sínodo se condenaron algunas proposiciones el maestro Pedro de Osma, cuya doctrina estaba confundiendo al clero.

La bula de Sixto IV cita a todos los que asistieron a las reuniones conciliares, y el principal en ella es Pedro Ximénez, que por mandato del cardenal escribió contra el doctor Pedro de Osma un libro impreso en Toledo en el año 1486, que se tituló Confutatorium errorum contra Claves Ecclesiae, que le dedicó a Alonso Carrillo, arzobispo de Toledo.

Escribió además, por encargo de los Reyes Católicos, un libro en lengua vulgar para adoctrinar judíos y conversos llamado Luzero de la vida Christiana, que fue impreso varias veces. Esta obra, que fue considerada por la reina Isabel como una de las lecturas adecuadas para mujeres de su rango y posición social, aparece referida en los registros de los regalos enviados por la soberana durante una de sus frecuentes estancias en la ciudad de Granada, entre los años de 1500 y 1501, a dos de sus hijas, alejadas de la Corte castellana por razón de sus enlaces matrimoniales. A doña María, reina de Portugal y a doña Catalina, princesa de Gales, le envió una serie de libros entre los que aparece esta obra de Ximénez de Préjano.

En 1487 los Reyes Católicos le presentaron para el obispado de Badajoz. Ese mismo año los Monarcas ganaron a los moros la ciudad de Málaga y en la toma de la misma se halló presente el recién nombrado obispo de Badajoz. Una vez rendida la ciudad, su mezquita mayor fue consagrada en iglesia por el cardenal Pedro González de Mendoza, con asistencia de los tres obispos que se hallaban allí presentes, que fueron Pedro Ximénez, Hernando de Talavera, obispo de Ávila, y García de Valdivieso, obispo de León. Hubo una procesión solemne en la que participaron también todos los capellanes y cantores del Rey y de la Reina que se dirigieron a la recién consagrada iglesia, la cual fue nombrada Santa María de la Encarnación. Hecho aquel acto los Reyes Católicos, y con ellos el cardenal de España, acompañados de los señores y caballeros del séquito real entraron en la ciudad y fueron a aquella iglesia, para escuchar allí una misa solemne.

La nobleza de la ciudad malagueña requirió que su iglesia fuese catedral, por lo que el cardenal Mendoza, con consejo de los prelados que le acompañaban, estableció la cantidad y calidad de las dignidades, canonjías, raciones y capellanías que debía haber para que el culto fuera celebrado.

En 1489 Ximénez fue promovido al obispado de Coria. Gobernando su sede escribió otros libros, como Penitencia y Floretum. Este último se trata de una recopilación de las obras que dejó escritas su maestro Tostado sobre el Evangelio de san Mateo y que vio la luz en Sevilla en 1491.

En Préjano, su patria, edificó un hospital y gran parte de la parroquia de San Miguel, donde había recibido el bautismo, donando a la iglesia un cáliz que le dio la reina Isabel y una cruz de plata.

Ximénez acompañó a la Reina Católica, cuando con el príncipe don Juan fue al cerco de la ciudad de Baza. Y estuvo presente en la toma de posesión del cardenal Pedro González de Mendoza en el arzobispado de Toledo, ya que había sido nombrado presidente del consejo del arzobispo, sucediendo en esta dignidad arzobispal a Tello Buendía.

Pedro Ximénez de Préjano murió en la Villa de Santa Cruz, cámara de su obispado en 1495. Le dieron sepultura en su iglesia, en la Capilla Mayor, al lado del Evangelio y dejó en su testamento diversas dotaciones de misas y obras pías para su diócesis.

 

Obras de ~: Penitencia; Confutatorium errorum contra Claves Ecclesiae nuper editorum, Toledo, Johannes Vasqui, 1486; Floretum, Sevilla, 1491; Luzero de la vida Christiana, Burgos, Imprenta Fadrique Biel de Basilea, 1495.

 

Bibl.: P. Salazar de Mendoza, Cronica de el gran Cardenal de España don Pedro Gonçalez de Mendoça, Arçobispo de la muy Santa Yglesia Primada de las Españas, Toledo, Emprenta de doña Maria Ortiz de Saravia, 1625, pág. 193; G. González Dávila, Teatro eclesiastico de las Iglesias metropolitanas y Catedrales de los Reynos de las dos Castillas: Vidas de sus Arzobispos, y Obispos, y cosas memorables de sus sedes, vol. II, Madrid, Imprenta de Francisco Martínez, Pedro de Horma y Villanueva, Diego Díaz de la Carrera, 1645-1700, págs. 455-457; F. Ruiz de Vergara y Álava, Vida del Illustrissimo Señor Don Diego de Anaya Maldonado Arzobispo de Sevilla. Fundador del Colegio Viejo de S. Bartolome y noticia de sus Varones Excelentes, Madrid, Diego Díaz de la Carrera, 1661, págs. 102-103; F. del Pulgar, Crónica de los Señores Reyes Católicos Don Fernando y Doña Isabel de Castilla y de Aragón, Valencia, Benito Monfort, 1780, págs. 322-323.

 

María Velázquez de Castro

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