Alonso, Domingo. Oporto (Portugal), ? – Lima (Perú), 1670. Maestro albañil y alarife de Lima.
Las primeras décadas de la vida del maestro albañil Domingo Alonso no están documentadas. En un poder para testar, otorgado en 1669, declaraba ser natural de la feligresía de San Vicente, “en la ciudad de Oporto, en el reino de Portugal”. Probablemente llegó joven a las Indias, desconociéndose las características de su formación profesional inicial.
Como maestro albañil desarrolló una amplia y fecunda labor desde, al menos, 1646, participando en varias obras en la antigua Ciudad de los Reyes (Lima); capital que acogió todo su quehacer profesional y en la que residió hasta su muerte. En ese año, se concertó con Alonso de Bustamante para realizar algunas labores en las casas de la Inquisición, situadas en la plaza del mismo nombre.
El 28 de abril de 1648, suscribió el contrato para realizar una escalera y las secretas en el convento de Santo Domingo, aunque la obra no llegó a ejecutarla, tal vez por su compromiso laboral con el monasterio de Santa Clara, al que se dedicó hasta 1650, otorgando carta de pago a la abadesa en septiembre.
Realizó, bajo la traza del arquitecto fray Diego Maroto, la portada de la iglesia del monasterio de la Limpia Concepción, según el compromiso que adquirió con su abadesa, el 6 de junio de 1649, desarrollando una interesante volumetría. Con anterioridad, había trabajado en las obras de la capilla de la Santa Vera Cruz del convento de Santo Domingo, pues, el 12 de marzo de 1650, declaró haber recibido cierta cantidad de pesos para la obra.
En julio de 1651, acordó algunas obras para las casas de Tomás Suárez de Siles, situadas en la plaza, a la par que continuó trabajando en varias construcciones religiosas.
El 27 de noviembre, otorgó carta de pago a la abadesa del monasterio de Nuestra Señora del Prado por “la hechura de la puerta principal que se mudó”.
Se encargó, desde agosto de 1653, de la obra de albañilería del molino del Colegio de la Santísima Trinidad, bajo la supervisión del procurador del colegio, fray Diego Maroto; artífice con el que desempeñó un buen número de trabajos. Cuatro días después, participó en la postura para reparar los tajamares del río, aunque la obra quedó adjudicada al maestro Juan de Mansilla.
En 1655 estuvo ocupado en varias obras públicas de la ciudad y en el puerto del Callao, solicitando al cabildo que velara por los precios de los materiales, encarecidos tras el temblor ocurrido el mismo año. Desde octubre del año siguiente, se encargó de la obra de albañilería de la capilla mayor de la Iglesia de Guadalupe.
El 27 de febrero de 1657, firmó compromiso con Antonia de la Cruz, abadesa del monasterio de Nuestra Señora del Prado, para realizar la bóveda vaída en la capilla mayor de la Iglesia, de nuevo bajo la supervisión de Maroto, autor de la traza. En abril, fue nombrado tasador de las obras del maestro Juan de Mansilla en las casas de la Inquisición, presentando la evaluación final en 1660.
Posteriormente, el 25 de julio de 1658, concertó la realización de unos tajamares en el río para la huerta de Ana Serrano; y con la abadesa del monasterio de Santa Catalina, una cerca de adobería para la huerta, en enero del año siguiente.
Fue fiador del maestro Francisco Cano Melgarejo, el 21 de marzo de 1659, ocupado en la obra de la torre de Santo Domingo. El mismo año, concertó con Bernabé García la labor de albañilería de una casa en la plazuela de San Francisco, mientras que el maestro Juan del Castillo asumió la obra de carpintería.
El 7 de mayo de 1660, otorgó carta de pago al monasterio de la Santísima Trinidad por las obras realizadas en la iglesia. En esta década, consolidó sus relaciones profesionales con otros maestros de la ciudad, como acredita el poder firmado, el 4 de junio de 1660, a favor de Maroto y de Francisco de Ibarra, para que le ayudaran a cobrar ciertas deudas por algunas obras impagadas. El 14 de junio, fue nombrado por la Inquisición tasador de las obras de albañilería ejecutadas por el mismo Maroto. El 29 de abril de 1662, concertó con el Colegio de San Pablo de la Compañía de Jesús la obra de los Estudios de Gramática, debiendo quedar a satisfacción de Maroto.
Otorgó fianza a favor del maestro Juan de Egoaguirre, el 11 de julio de 1664, para que ejecutara los tajamares del puente, junto al molino de Aliaga. El 1 de octubre, canceló el pago por otro tajamar a Ana María de Cetrina, al habérselo llevado el río.
En apoyo del trabajo de Maroto firmó, en 1665, el plano de la iglesia del Sagrario. En la misma Plaza Mayor, el 31 de agosto de 1665, consiguió la adjudicación de la obra de las columnas de la pila de la plaza pública.
Cada año, desde 1666, fue nombrado alarife de la ciudad de Lima hasta 1669.
El 22 de julio de 1667, concertó con la abadesa del monasterio de la Trinidad la realización de algunas obras sobre el coro bajo, según la traza de Maroto.
Se constituyó como fiador en el concierto celebrado por Francisco de Ibarra y Miguel García, el 7 de abril de 1668, para la cañería de agua del convento de la Recoleta de Belén. El 25 de mayo del mismo año, concertó con Gregorio de Rojas y Acevedo la obra de un cuarto de vivienda, por un valor de 2.000 pesos; y el 6 de junio, la portada para la portería del monasterio de la Concepción, trazada por Maroto. Como constructor de viviendas, el 8 de diciembre de 1668, otorgó carta de pago a María de Bastidas por ciertas obras, según tasación de Maroto y de Diego de Mondragón; y el 13 de febrero de 1669, firmó compromiso con Juan de Oleaga y Cabrera para terminar la labor que dejó sin cumplir Mondragón, del que era fiador.
El 12 de septiembre de 1669, participó, junto al alarife Pedro Fernández de Valdés, en el concierto con el convento de San Francisco para determinar el lugar idóneo para la capilla de la Soledad, de la que, finalmente, se encargó Fernández.
El 13 de diciembre del mismo año, firmó un poder para testar y unos días después, el 3 de enero de 1670, se practicó el inventario de los bienes tras su fallecimiento, señalándose “ocho libros de trazas de albañilería impresos con sus estampas”. En su biblioteca debieron estar los tratados de “Sebastiano y Viñola y Fernán Méndez Pinto” que el ensamblador Mateo de la Torre encargaba, en su testamento de 1664, devolver a “Domingo Alonso, maestro albañil, porque son suyos”.
Obras de ~: Casas de la Inquisición, Lima, 1646; portada de la Limpia Concepción, Lima, 1649; iglesia de Santa Clara, Lima, 1650; capilla de la Vera Cruz del convento de Santo Domingo, Lima, 1650; portada principal del monasterio de Nuestra Señora del Prado, Lima, 1651; molino del Colegio de la Trinidad, Lima, 1653; bóveda del monasterio del Prado, Lima, 1657; capilla mayor de la iglesia de Guadalupe, Lima, 1656-1659; vivienda de Bernabé García, Lima, 1659; iglesia de la Trinidad, Lima, 1660; estudios de Gramática de la Compañía de Jesús, Lima, 1662; iglesia de la Trinidad, Lima, 1667; portada de la portería del monasterio de la Limpia Concepción, Lima, 1668; vivienda de María de Bastidas, Lima, 1668; vivienda de Juan de Oleaga y Cabrera, Lima, 1669.
Bibl.: E. Harth-Terré y A. Márquez Abanto, “Nota para una historia del balcón en Lima”, en Revista del Archivo Nacional del Perú, Lima, t. XXIII, entrega II, 1959, pág. 57; E. Harth-Terré y A. Márquez Abanto, “Historia de la casa urbana virreinal en Lima”, en Revista del Archivo Nacional del Perú, Lima, t. XXVI, entrega I, 1962, pág. 66; A. San Cristóbal Sebastián, Arquitectura virreynal religiosa de Lima, Lima, Studium, 1988, págs. 20, 128 y 259; Lima: Estudios de la Arquitectura Virreinal, Lima, Epígrafe, 1992, págs. 103, 190-192; “Las bóvedas de quincha en la Iglesia del Prado en Lima”, en Laboratorio de Arte, Sevilla, Universidad de Sevilla, n.º 8, 1995, pág. 180; Fray Diego Maroto, alarife de Lima, 1617-1697, Lima, Epígrafe, 1996, pág. 227; La casa virreinal limeña de 1570 a 1687, Lima, Fondo editorial del Congreso del Perú, 2003, pág. 748; Manuel de Escobar, Alarife de Lima (1640-1695), Lima, Universidad San Martín de Porres, 2003, pág. 285.
María Dolores Crespo Rodríguez