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Manuel Pérez Marañón y Gómez-Acebo

Biografía

Pérez Marañón Gómez-Acebo, Manuel. Santander (Cantabria), 5.III.1853 baut. – Madrid, 19.IX.1920. Abogado y académico.

Hijo del juez Gregorio Pérez Marañón y Bayo (Santander, 1824 – Madrid, 1872) y de Casimira Gómez- Acebo y Ginesio (Madrid, 1823 – 1862). Manuel fue el tercero de los cinco hijos de este matrimonio. Estudió en las Escuelas Pías de San Antón y obtuvo el título de bachiller en el Instituto de San Isidro de Madrid el 28 de junio de 1869. Ese mismo año empezó sus estudios de Derecho en la Universidad Central, donde también se doctoró en Derecho Civil y Canónico el 10 de abril de 1878 con una tesis doctoral titulada Importancia de los Concilios Generales y solemnidades necesarias para que sus decretos obliguen a todos los cristianos. En 1882 contrajo matrimonio con Carmen Posadillo Vernacci, nacida en Cádiz en 1859 e hija del magistrado del Tribunal Supremo y más tarde presidente de la Audiencia de La Habana, Manuel Posadillo Bonelli. Fruto del matrimonio nacieron siete hijos, entre los que se encontraba el célebre médico Gregorio Marañón. A consecuencia de las complicaciones derivadas del último parto, Carmen Posadillo falleció el 3 de noviembre de 1890. Ese mismo año, una Real Orden aprobaba la solicitud que don Manuel había hecho para cambiar su primer apellido por “Marañón” a solas.

Sus escritos jurídicos le dieron fama en el mundo del Derecho. Junto a León Medina —amigo desde sus años escolares y con quien compartió también su paso por la Universidad—, realizó una serie de compendios de legislación civil, penal, administrativa, de hacienda y de notariado. Estos volúmenes, conocidos como los “Medina-Marañón”, contenían jurisprudencia emitida por el Tribunal Supremo que los autores comentaban. Con este íntimo amigo, también tradujo y publicó en 1894 Los derechos de la mujer y el matrimonio de Luis Bridel, y la obra del musicólogo alemán Víctor Wilde, Beethoven, sus días de gloria y sufrimiento (1880). Su pluma también dejó notables crónicas de algunos de los hechos históricos de los que fue contemporáneo, como la entrada en Madrid del rey Alfonso XII tras el Sexenio Democrático.

Articulista asiduo de revistas jurídicas, como La Mañana —donde se ocupó de la sección judicial—, o literarias, como las cántabras La Tertulia, La Revista Cántabro-Asturiana y La Abeja Montañesa, sus amigos celebraban sus escritos por su calidad y rigor.

Aunque pronto se estableció en Madrid como abogado, siempre mantuvo una estrecha vinculación con la ciudad de Santander donde, durante los veranos, solía encontrarse con algunos de sus mejores amigos, entre los que se encontraban José María de Pereda, Marcelino Menéndez Pelayo, Gumersindo Laverde Ruiz, Amós de Escalante o el escritor canario Benito Pérez Galdós, con quien pasó memorables veladas en su casa “San Quintín”. De las tertulias que mantenían este grupo de amigos de ideologías diversas —por entonces Galdós atravesaba los momentos más agudos de su progresismo anticlerical, mientras que Pereda y Menéndez Pelayo eran ambos hombres de la derecha, el primero absolutista y carlista riguroso, y el segundo, tradicionalista, católico a ultranza y españolista— dijo su hijo Gregorio haber aprendido la lección de la tolerancia siendo niño. La íntima amistad que tuvo con Pereda tiene su reflejo en la frecuente correspondencia que mantuvieron durante toda su vida y en que el literato le confió la gestión de la edición de sus libros. Manuel Marañón solía frecuentar la tertulia que se celebraba en la Cervecería Inglesa de Madrid y a la que asistían, entre otros, José Ortega Munilla, padre del filósofo Ortega y Gasset, y el literato Leopoldo Alas Clarín. Por ocurrencia de éste, los contertulios llamaron a Manuel Marañón el “cónsul de Polanco”, en referencia al lugar del que era oriundo Pereda y por ser el mejor representante de los intereses editoriales de su amigo.

Ya instalado en Madrid, fue un conocido y próspero abogado durante la Restauración. Ingresó como académico de Jurisprudencia y Legislación el 21 de noviembre de 1873, donde tres años más tarde leyó una celebrada memoria sobre el Examen del Decreto de 9 de febrero de 1875, reformando la Ley del Matrimonio Civil. En esta Academia, fue elegido secretario de la sección de Derecho Canónico (1874), secretario de la Académica (1877), presidente de la Sección del Derecho Político (1878), vocal de la Junta de Gobierno (1879), y bibliotecario (1882), entre otros cargos relevantes.

También frecuentó el Ateneo de Madrid, caja de resonancia de todo cuanto ocurría en el cercano Congreso de los Diputados, y del que fue su socio número 3895 en su época dorada. De su oratoria y participación en ambas tribunas escribió, el que más tarde sería su consuegro y al que había conocido en la Universidad, Miguel Moya: “No tiene la Academia un orador más fogoso, ni la escalera del Ateneo quien más la mortifique [...]. Marañón usa y abusa de su inteligencia rápida en el concebir, y de su palabra flexible al describir las más bellas imágenes. [...] Habla en cuantos asuntos se debaten en la Academia, y con lucidez casi siempre, no le faltan nunca párrafos elocuentes, y va familiarizándose con la improvisación” (La Linterna, Madrid, 21 de enero de 1878).

Manuel Marañón fue juez municipal de Madrid, magistrado de la Audiencia, consejero del Banco de España y diputado por el Partido Conservador liderado por Antonio Cánovas del Castillo cuando fue elegido por el distrito de Palacio. Fruto de su vinculación con el mundo político estrechó amistad con figuras como el liberal conde de Romanones, quien le alquiló el inmueble de la calle Lista, n.º 3, donde se trasladó a vivir tras la muerte de su mujer, o el conservador Antonio Maura, con quien defendió la recuperación de los derechos de propiedad intelectual para su amigo Benito Pérez Galdós.

Las dificultades y sinsabores no estuvieron ausentes en su vida y así, pocos años después del temprano fallecimiento de su esposa en 1890, un negocio fallido en Ultramar provocó una pasajera ruina familiar que, seguramente, estuvo en el origen de una dolencia nerviosa que le mantendría convaleciente durante algún tiempo y que causó honda impresión en sus hijos.

Ya en los últimos años de su vida, asistió con alegría y satisfacción a los primeros triunfos académicos y científicos de su hijo Gregorio. Quizá esperó que, como él, se hubiera dedicado al mundo jurídico pero pronto se percató del sobresaliente talento de su hijo para la Medicina (en 1909 obtuvo el Premio Martínez Molina que otorgaba la Academia de Medicina y que conllevaba el nombramiento de académico correspondiente y que Gregorio Marañón logró cuando aún no había terminado siquiera su licenciatura). En 1911 su hijo contrajo matrimonio con Dolores Moya y Gastón de Iriarte, hija de su viejo amigo Miguel Moya. Con preocupación siguió el interés y la pasión que su hijo médico puso en la lucha contra las enfermedades infecciosas, cuyo punto culminante fue el viaje que realizó a Francia en 1918, comisionado por el Gobierno español, para tratar de buscar la mejor solución a la pandemia gripal que asolaba Europa y que causó millones de víctimas. Poco después, el 19 de septiembre de 1920, Manuel Marañón falleció en Madrid. Ese mismo año también fallecieron Miguel Moya y Benito Pérez Galdós. Se marchaban así algunos de los últimos testigos de la conocida como “Generación de Sabios”.

 

Obras de ~: “Examen del decreto de 9 de febrero de 1875 reformando la ley del matrimonio civil”, en Revista de Legislación, Madrid (1877); V. Wilde, Beethoven, sus días de gloria y sufrimiento, trad. de ~, Madrid, Casa Editorial Medina, 1880; Leyes Civiles de España conforme a los textos oficiales, Madrid, Tello, 1890; Leyes penales de España conforme a los textos oficiales, Madrid, Tello, 1891; con L. Medina, Contribución industrial y de comercio: El reglamento y tarifas aprobadas por Real Decreto de 11 de abril de 1893, Madrid, Tello, 1893; Leyes de Hacienda de España conforme a los textos oficiales, Madrid, Tello, 1894; L. Bridel, Los derechos de la mujer y el matrimonio: estudios críticos de legislación comparada, trad. de ~, Madrid, Revista de Medicina y Cirugía Prácticas, 1894; Leyes Notariales de España conforme a los textos oficiales, Madrid, Rueda, 1905; Leyes Administrativas de España conforme a los textos oficiales, Madrid, Tello, 1907.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Fundación Ortega y Gasset, Gregorio Marañón; Archivo Gregorio Marañón y Bertrán de Lis; Archivo Histórico Nacional, Universidades, leg. 4380, exp. 16; Archivo Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, “Expediente Manuel Marañón”.

M. Gómez-Santos, Gregorio Marañón, Barcelona, Plaza y Janés, 2001; J. Gómez de Olea y Bustinza, La Genealogía del Doctor Marañón. Su ascendencia y descendencia, en el L Aniversario de su fallecimiento, 2009; A. López Vega, Gregorio Marañón. Radiografía de un liberal, Madrid, Taurus, 2011.

 

Gregorio Marañón Bertrán de Lis y Antonio López Vega

 

 

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