Valladolid, Pablo de. Pablillos o Pablos. ¿Vallecas, (Madrid)?, ¿1587?– Madrid, 20.XII.1648. Bufón de la Corte de Felipe IV.
En la documentación del siglo XVII se le cita como Pablo de Valladolid. Tradicionalmente se le ha creído natural de esta ciudad, pero por la partida de su entierro en la parroquia de San Juan, Fernando Bouza lo cree de Vallecas. A partir de este dato, el citado autor puede identificarlo con el hijo de Hernando de Valladolid y de María Cabezudo, vecinos de Vallecas, el cual contaba doce años en 1599 cuando fue entregado a la tutela de Mateo Barroso, también vecino del mencionado pueblo.
Se sabe que estuvo en la Corte desde 1633 y que se le concedió aposento fuera del Alcázar. En su testamento nombra albacea al pintor Juan Carreño de Miranda, quien vivía en su misma casa. Tras su muerte, sus hijos Isabel y Pablo siguieron cobrando su ración por orden del Rey. En el Archivo de Palacio consta como “hombre de placer”, curiosa categoría de actor y truhán que no tenía otro cometido que el de divertir a la Familia Real con sus desplantes y recitados y que disfrutaba del raro privilegio de decir las verdades entreveradas con las burlas.
En 1637 se le concedió un traje de terciopelo o paño. Tal vez sea éste el vestido completamente negro, a excepción de la golilla blanca, con el que le retrata Velázquez (Madrid, Museo del Prado), como un actor en actitud de declamar cuya silueta se destaca sobre un fondo indefinido, pintura excepcional del maestro sevillano que fue conocido también con el título de El cómico y que inspiró a Manet su cuadro El pífano (París, Museo d’Orsay). Nada se sabe de su carácter, aunque por el citado retrato se puede uno acercar a unas facciones de intensa y patética humanidad, las cuales contrastan con el gesto retórico del personaje.
Bibl.: J. Moreno Villa, Locos, enanos, negros y niños palaciegos. Gente de Placer que tuvieron los Austrias en la Corte Española desde 1563 a 1700, México, Casa de España-Editorial Presencia, 1939; A. Gállego y Burín (ed.), Varia velazqueña. Homenaje a Velázquez en el III centenario de su muerte, vol. II, Madrid, Dirección General de Bellas Artes, 1960, pág. 265; J. de Moragas, “Los bufones de Velázquez”, en Medicina e Historia, VI (noviembre-diciembre de 1964), pág. 12; M. Mena Marqués, Monstruos y enanos en la Corte de los Austrias, catálogo de exposición, Madrid, Museo del Prado, 1986, pág. 88; J. J. Martín González, “Papel social del bufón en Velázquez”, en VV. AA., Reflexiones sobre Velázquez, Madrid, Real Academia de San Fernando, 1992, págs. 167- 169; F. Bouza, Locos, enanos y hombres de placer en la corte de los Austrias. Oficio de Burlas, Madrid, Temas de Hoy, 1995, págs. 17, 42, 103, 123 y 141; L. Peñalver Alhambra, De soslayo. Una mirada sobre los bufones de Velázquez, Madrid, Fernando Villaverde, 2005, pág. 138.
Luis Peñalver Alhambra
