Martínez, Alvar. ?, f. s. xiv – m. s. xv. Arquitecto.
Arquitecto activo desde 1418 a 1440 coincidiendo con el final del gótico. Maestro mayor de la catedral de Toledo en la primera mitad del siglo xv. Dirigía las obras de la catedral a la llegada del equipo de flamencos que, bajo la dirección de Hanequín de Bruselas, dejó en ella el inconfundible sello flamígero distintivo de la “modernidad europea” de la época.
En 1418 Alvar Martínez ya era maestro, por lo que cobraba 5 maravedís diarios y diez cahices de trigo cada año. En esa época dirigía la portada principal o “imafronte” de la catedral (que da frente al edificio del palacio episcopal) y las obras estaban ya muy avanzadas. El esquema de este imafronte es el frente arquitectónico del cuerpo de naves, que en este caso acusa el gálibo de las nave central (más elevada) y el de las dos laterales que la flanquean, amén de las dos torres que se corresponden con las naves más exteriores, de las cinco que tiene la catedral toledana. No hay que descartar que las trazas de Alvar Martínez incluyeran dos torres cuadradas de igual entidad (ambos arranques son semejantes) y que más tarde se decidiera completar sólo la del norte para campanario y destinar la del sur (Cardenal Cisneros) a ubicar en ella la capilla mozárabe. El diseño de la triple portada (llamada del Perdón) es de un estilo gótico formal, en la línea del que constituye la propia arquitectura interior de la catedral. La puerta central es mayor que las dos laterales, pero su composición es la misma, cobijadas las tres bajo sendos arcos apuntados y con seis y tres archivoltas respectivamente. La separación entre las tres puertas la resolvió Alvar Martínez con dos poderosos contrafuertes, que, lo mismo que la parte superior de las arcadas y el cuerpo alto central, fueron decorados con mármoles en época muy posterior. La escultura que enriquece estas puertas es del siglo xiv y de valor desigual, destacando el apostolado de la central, de gran belleza, pero del que se desconoce la autoría.
En torno a 1424 se comenzaron las obras de la torre norte, también obra de Alvar Martínez, a la que Chueca calificó de “pieza extraordinaria”, cuya parte prismática debió de acabarse en 1442 para realizarse después de la muerte del maestro el remate superior de la misma por el equipo de pedreros flamencos.
El maestro Alvar levantó el cuerpo principal, sobre uno de base que ya existía desde el siglo xiv. Exteriormente lo diseñó con cinco pisos de alturas diferentes divididos por impostas, que no se corresponden con los cuatro espacios interiores que están cubiertos con bóvedas de piedra. El penúltimo cuerpo exterior (en el que se trabajaba en 1432), calado con parejas de altos huecos en cada uno de los lados, es el campanario.
Una combinación de arquerías ciegas de distintos tamaños constituye la decoración exterior de la torre, y de ellas hay muchos precedentes en las torres de las abadías anglo-normandas, que son de inspiración sarraceno-siciliana. El parentesco que une a ese arte medieval italiano con el mudéjar español ha llevado a muchos críticos de arte a señalar en esa decoración de la torre influencias locales toledanas.
También se atribuye a Alvar Martínez la capilla de San Pedro de la misma catedral, fundada por el arzobispo Sancho de Rojas (1416-1422) y cuyo culto se inauguraba en 1430. Tiene esta capilla un presbiterio semicircular y dos tramos cuadrados de nave, cubiertos con bóvedas de tracería gótica, pero lo más valioso de su conjunto es probablemente la puerta de entrada, de arco apuntado con molduración de archivoltas profusamente labradas con decoración vegetal.
Su diseño pertenece al mundo del “estilo inglés decorado” que tiene su expresión más lograda en el famoso “Coro de los Ángeles” de la catedral de Lincoln (Inglaterra) de finales del siglo xiii. Otros elementos arquitectónicos de la catedral fueron también realizados por Alvar Martínez, como la puerta del Mollete o la costanera oriental del altar mayor que da frente a la capilla de Santa Lucía, que es una hermosa celosía de piedra, producto excelente de la colaboración del maestro Alvar con un equipo de pedreros y escultores y que se acabó en 1429. El 18 de abril de 1430 se realizó en la catedral la toma de posesión del lugar en el que se levantaría en el centro de la girola la gran capilla de Santiago, que fundó el condestable Álvaro de Luna para su enterramiento. Como acredita el documento “Concesión del sitio para la capilla de D. Álvaro de Luna, en la Catedral de Toledo”, obrante en el Archivo Histórico Nacional, Alvar Martínez era el “maestro de las obras”, y, por tanto, debió ser el autor de las trazas, pero no había de alcanzar su realización plena, que correspondería al flamenco Hanequín de Bruselas. El maestro Alvar fue el último representante en Toledo del estilo gótico genuino en la arquitectura, que a partir de él sería sustituido en las sucesivas obras de la catedral por el flamígero triunfante por entonces en todos los países noreuropeos, y que había penetrado con fuerza en la Castilla de aquellos años del reinado de Juan II.
Obras de ~: Imafronte Principal, catedral, Toledo, 1418- 1424; Capilla de San Pedro, catedral, Toledo, 1418-1430; Puerta del Mollete, catedral, Toledo, antes de 1422; Cuerpo prismático de cinco pisos de la Torre Noroeste, catedral, Toledo, 1424-1442; Costanera oriental del Altar Mayor, catedral, Toledo, 1425-1429; Trazas y obra gruesa de la Capilla de Santiago, catedral, Toledo, 1433-?
Bibl.: C. González Palencia, “La Capilla de D. Álvaro de Luna en la Catedral de Toledo”, en Archivo Español de Arte, t. V (1929), págs. 109-112; J. M. de Azcárate, Alvar Martínez, maestro de la Catedral de Toledo, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Instituto Diego Velázquez, 1950; La Arquitectura gótica toledana en el s. xv, Madrid, CSIC, Instituto Diego Velázquez, 1958; F. Chueca Goitia, La Catedral de Toledo, León, Everest, 1981; A. Clifton-Taylor, The Cathedrals of England, London, Thames & Hudson, 1986.
Juan Gómez y González de la Buelga
