Abadia, Juan de la. Maestro de Almudévar. Huesca, p. t. s. XV – c. 1501. Pintor.
Se trata, en realidad, de dos pintores del mismo nombre, padre e hijo, apodados el Viejo y el Joven, que llenaron con su actividad el último cuarto de siglo xv y los primeros años del siglo XVI.
Acerca de sus respectivas vidas se ignoran muchos detalles. Guadiol Ricart supone una primera etapa barcelonesa para el padre (entre 1455 y 1460), como colaborador del pintor aragonés Pedro García, con el que había trabajado en el retablo de las santas Clara y Catalina (catedral de Barcelona) y en el de los santos Quiricio y Julita (Museo Diocesano, Barcelona), realizados en el taller de la viuda del pintor Bernat Martorell, también conocido como el Maestro de San Jorge; de ahí su entronque con la escuela catalana, influenciada por el realismo flamenco, por lo que —en opinión de Bénézit— su estilo es “muy catalán” y, ocasionalmente, proclive a la confusión.
Antes de ser identificada documentalmente, su obra había sido agrupada bajo la denominación de Maestro de Almudévar (utilizada, entre otros, por Gómez Tabanera). Su estilo —único en Aragón— deriva claramente de Jaume Huguet y Bartolomé Bermejo, “[...] con un despliegue lujoso de fondos de oro, estampados y nimbos y ornamentos con relieves dorados, un tanto contradictorios con el realismo de los flamencos”, según Lafuente Ferrari (1971); tal como puede verse en el contrato firmado el sábado 31 de mayo de 1477, para la realización del retablo de San Esteban y Santa María de Fuera (Huesca). Carmen Lacarra resalta las semejanzas estilísticas observadas en los retablos que el primer Abadía hiciera para San Pedro el Viejo y Santa María Magdalena (Huesca) y Santo Domingo de Almudévar. La solución dada a la figura de san Miguel sería semejante a la del retablo de Liesa (Museo de Arte de Cataluña).
Fue José María Quadrado el primero en dar noticias de este pintor, al hablar del que pudo ser su primer trabajo documentado, que lo sitúa definitivamente en Huesca, al comprometerse, bajo contrato, a realizar el retablo mayor (perdido) de la seo de Jaca, consagrado en 1499: “[...] en 1473 consta se entregaron 250 sueldos jaqueses a Maese Juan de la Abadía [...] para la fábrica del retrato de Santa Orosia” (en 1495 se le dieron otros 610 sueldos, y al año siguiente se le entregó el cumplimiento del pago, según datos del archivo de esta catedral). El siguiente encargo sería para la capilla de San Juan Bautista de San Pedro el Viejo (1475), obra identificada por Del Arco con el desmembrado retablo de San Andrés y Santa Úrsula (Museo Diocesano de Huesca).
Numerosos retablos para templos oscenses indican la existencia de un taller en el que desde 1489, al menos, pudo trabajar con su hijo; ambos protagonizaron una disputa con su antiguo colega, colaborador y convecino Francisco o Francis Baget, de posible origen francés (o catalán).
La iglesia de la Magdalena, demolida a principios del siglo XX, cuyos restos se ubican en la actual calle de Pedro IV, tuvo un retablo de cierta importancia, obra de Juan, el Viejo. Dicho templo, en el siglo XV, se había convertido en sede de una cofradía de clérigos de la catedral, que en 1490 le pagó 355 sueldos. Desmantelado en 1910, sus piezas se dispersaron cayendo en manos de particulares, conservándose sólo la tabla cimal, dedicada a santa Catalina, en el Museo Nacional de Arte de Cataluña; se trata de pintura sobre tabla representando el Calvario, de 103 centímetros de alto por 61,8 de ancho. Los últimos años de su vida recogen su labor en los retablos de San Pedro Apóstol (Biescas); Santo Domingo (Almudévar), y de la Cofradía del Espíritu Santo, en la iglesia oscense del mismo nombre; posiblemente su postrer trabajo, que cobró su viuda, Andrea Gasvastón.
Entre las obras que se le atribuyen destacan el retablo de Santa Quiteria, procedente de Alquézar, la ya citada tabla de san Miguel Arcángel, procedente de Liesa, y los de San Miguel y San Sebastián (Museo Lázaro Galdiano, Madrid), procedentes de Aniés.
Padre e hijo pasaron gran parte de su vida en Huesca, viviendo en la demarcación de la parroquia de San Pedro el Viejo —al oeste de la ciudad vieja—, en la calle de la Correría (ahora Ramiro el Monje). En nota fechada el miércoles 15 de junio de 1513, según se desprende del Cartulario de aquel templo, se menciona una comisión sobre las casas de esta calle, lindantes con las de los herederos de Juan, el Joven (según Federico Balaguer), lo que da a entender que en estas fechas ya no vivía el pintor.
Por lo que al padre respecta, debió de morir a principios del siglo XVI; de un documento notarial, fechado el domingo 25 de octubre de 1500, se deduce que todavía vivía. En palabras de José María Sanz Artibucilla, “Juan de la Abadía merece un puesto destacado en la escuela aragonesa de influencia entre los mejores pintores cuatrocentistas españoles [...]”.
Su hijo y sucesor, Juan, el Joven, heredó junto con el taller un estilo bien característico que, de forma algo desaliñada, reproducía los modelos paternos. Se conservan documentados de su mano el retablo de San Martín, procedentes de Nueno (Museo Arqueológico, Madrid), y los incompletos de Aso y Lastonosa.
El miércoles 4 de agosto de 2001, tuvo lugar en el templo parroquial de Lastanosa, la “inauguración” del retablo salido —hace algo más de quinientos años— del taller de los Abadía, en su momento —a juzgar por sus dimensiones— de mayor y más intensa producción pictórica.
Obras de ~: retablos de San Esteban y Santa María de Fuera, Huesca, c. 1477; retablo de la iglesia de la Magdalena, Huesca, c. 1490; retablo de la seo de Jaca, Huesca, 1499; retablo de la capilla de San Juan Bautista, iglesia de San Pedro el Viejo, Huesca, 1475; retablo de Santa Quiteria, Alquézar, s. f.; retablo de San Miguel Arcángel, Liesa, s. f.; retablos de San Miguel y San Sebastián, Aniés, s. f. (en Museo Lázaro Galdiano, Madrid); retablo de San Martín, Nueno, s. f. (Museo Arqueológico, Madrid); retablos de Aso y Latosota (incompleto).
Bibl.: J. A. Ceán Bermúdez, Diccionario Histórico de los más ilustres profesores de las Bellas Artes en España, Madrid, Real Academia de D. Fernando-Imprenta Viuda de Ibarra, 1800; C. Muñoz y Manzano, Adiciones al diccionario histórico [...], Madrid, Tipografía de los Huérfanos, 1889-1894; E. Bénézit, Dictionaire critique et documentaire des peintres, seculpteurs, dessinateur et graveurs, Paris, E. Gründ, 1924 (ed. de J. Busse, 1999); E. Lafuente Ferrari, Historia de la Pintura Española, Madrid, Imprenta Unión Poligráfica, 1934 [Estella, Salvat Editores, 1971 (col. Biblioteca Básica Salvat, Libro RTV, vol. 100)]; J. M. Sanz Artibucilla, “Los artistas del Coro de la Catedral de Tarazona”, en Seminario de Arte Aragonés, 1 (1945); J. M. Gómez Tabanera, Prontuario de Historia del Arte Español, Madrid, Tesoro, 1959; M.ª C. Lacarra Ducay, “Dos nuevas pinturas de Juan de la Abadía el Viejo, en el Museo Diocesano de Huesca”, en Boletín del Museo e Instituto Camón Aznar, 11-12 (1983), págs. 28-54; VV. AA., Gran Enciclopedia de Aragón, Zaragoza, Periódico Aragonés, 2000; El Heraldo de Huesca, 16 de agosto de 2001.
Fernando Gómez del Val