Luz Fernández, Rodrigo de. Castillo de Garcimuñoz (Cuenca), 1409 – Villalgordo del Marquesado (Cuenca), 1499. Caballero, justador.
Fue “hombre muy honrado y buen justador”, según manifestación de una su pariente cercana Catalina Fernández de Luz.
Era el tercero de los hijos de Juan Fernández de Luz, juez de Castillo de Garcimuñoz, hombre de gran estatura, dedicado al ejercicio de las armas, que murió a los noventa años, en 1449, uno antes que Rodrigo Manrique, entonces conde de Paredes, tomase la citada villa. Eran los tiempos del enfrentamiento entre los bandos que apoyaban a Juan II, por un lado, y a su hijo Enrique, por el otro. Encabezados respectivamente por Álvaro de Luna y por Rodrigo Manrique.
Poco pudo sospechar éste que unos años después, en 1479, su hijo Jorge vendría a perder la vida allí, tan trágicamente.
Rodrigo de Luz pasó a vivir a Villalgordo cuando se casó con María del Castiel, con la que tuvo dos hijos, Rodrigo y Diego de Luz. El primero, en la guerra de sucesión entre los Reyes Católicos, de 1474 a 1479, y su sobrina Juana, apodada la Beltraneja, se sabe que fue llamado por el alcaide del castillo de Alarcón, Hernando del Castillo, que defendía la villa y su fortaleza.
Allí haría sus primeras armas, para luego acudir a la campaña de la conquista de Granada, convocada por los Reyes. Ocasión en la que tuvo un papel muy destacado en 1490, adquiriendo para su blasón la cabeza cortada de un jinete moro, al que dio muerte en singular desafío en la vega de Granada.
Todos participarían activamente en cuantos hechos de armas se debieron producir en tan disputado y codiciado feudo del marquesado de Villena, en aquellas épocas tan turbulentas como brillantes y esplendorosas en las que les correspondió vivir sucesivamente a cada uno de ellos. Especialmente al “buen justador” Rodrigo de Luz, en los famosos torneos y justas que registran las crónicas, promovidos por Álvaro de Luna, el infante de Aragón Enrique, Beltrán de la Cueva o el propio Enrique IV; Paso de la Fuerte Ventura, celebrado en Valladolid en 1428 por el infante Enrique en homenaje a su hermana Leonor. Passo Honroso de Suero de Quiñones, inspirado por Álvaro de Luna, dado en Valladolid en 1434. De Ruy Díaz de Mendoza, también en Valladolid en 1440. El de las fiestas de esponsales de Enrique IV, en Sevilla en 1455 y el Paso de San Jerónimo de Madrid de 1459, etc. A ellos se refiere, entre otras cosas, con tan sentida añoranza y tan dolorido recuerdo Jorge Manrique en aquellas inspiradas Coplas a la muerte de su padre Rodrigo Manrique, maestre de Santiago: “¿Qué se hizo el rey don Juan? / Los Infantes de Aragón / ¿qué se hizieron? / ¿Qué fue de tanto galán, / qué de tanta invención / que truxeron? / ¿Fueron sino devaneos, / qué fueron sino verduras / de las eras, / las justas y los torneos, / paramentos, bordaduras / e cimeras?”.
Bibl.: Anónimo, Ejecutoria del Apellido de Luz, Granada, Tribunal Real de Granada, Manuscrito, 1579; R. Zazo y Ortega, Ejecutoria de Hidalguía de los linajes De la Luz, Poveda, Meireles y Aguiar, Madrid, 1764 (ms.); M. Menéndez Pelayo, Obras Completas. Antología de Poetas Líricos Castellanos, Santander, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1944, T-VII, V-XXIII. Romances fronterizos, pág. 129; P. Carrillo de Huete, Crónica del Halconero de Juan II, ed. y est. de Juan de Mata Carriazo, Madrid, Espasa Calpe, 1946; P. Rodríguez de Lena, El Passo Honroso de Suero de Quiñones, Madrid, Fundación Universitaria Española, 1977, págs. 13-16; M. de Santiago, Jorge Manrique. Obra Completa, Barcelona, Ediciones 29, 1978; L. Andújar Ortega, Belmonte, cuna de Fray Luis de León, su Colegiata, Cuenca, Gráficas Cuenca, 1986; R. de Luz Lamarca, El Marquesado de Villena o el mito de los Manuel, Quintanar del Rey, Diputación de Cuenca, 1998; Los Obispos Luis y Antonio de Acuña, Cuenca en la guerra de las Comunidades (1520-1521), Cuenca, Gráficas Cuenca, 2002 (El Claustro de los Jerónimos), págs. 155-166; R. de Luz Lamarca, Artículos y Colaboraciones, 2.ª ed., Cuenca, Gráficas Cuenca, 2003 (Las Edificaciones de Juan Pacheco, Marqués de Villena, Contestación de don Dimas Pérez Ramírez al discurso de ingreso en la Real Academia de Artes y Letras de Cuenca), págs. 87-99.
Rodrigo de Luz Lamarca