Alatzar, Jafudà. Valencia, p. t. s. xiv – IV.1377. Financiero, cortesano.
Destacado miembro de la comunidad judía de la ciudad de Valencia, nacido posiblemente en la primera o segunda década del siglo xiv, en el seno de una familia rica. Cuando falleció en abril de 1377 era bígamo, pues aparecen dos viudas suyas, Adefa y Acli. Tuvo un hijo de nombre Isach Alatzar, que murió hacia 1358 ya adulto y dejó un hijo también llamado Jafudà Alatzar, que murió después de 1370.
Tuvo tres hijas, que vivían cuando falleció en 1377: la mayor, Goig, casada con Salamies Nascí; Jamila y Astruga, hijas de Adefa, y parece que eran menores de edad. En 1362 era diputado por el general del reino para recaudar y distribuir un impuesto extraordinario, y en 1370 nuevo recaudador del general. Desde 1363 fue doméstico ad honorem de la reina Leonor, y desde 1364 miembro de la casa real de Pedro IV, rey de Aragón.
Verdadero autócrata de la aljama valenciana, fue delegado de los judíos del reino en el establecimiento de los ordenamientos de 1354. Dos síndicos de la aljama de Valencia lanzaron una violenta denuncia contra Alatzar, calificándole de autócrata sin escrúpulos que, amparado en su prepotencia, dispuso a su antojo de los negocios privados y públicos de las aljamas judías del reino, siempre en beneficio propio. Entre los delitos de que se le acusaba figuraban el desfalco de la pecha de la aljama, manejo ilegal de dinero de la aljama, arreglo de matrimonios a su voluntad, arrogarse por su cuenta la representación de las aljamas del reino en 1354, etc.
La reina Leonor no accedió a la petición de que separase a Alatzar de la aljama de Valencia y lo absolvió de las acusaciones, aunque le concedió la “gracia especial” de que no pudiera ser obligado a ocupar oficios de la aljama en tres años. Jafudà Alatzar reunió una inmensa fortuna en base a la especulación con el dinero, es decir, a la usura. No se le ha detectado ninguna actividad mercantil ni tampoco transacciones de compra-venta de castillos, alquerías, o tierras.
Todas sus operaciones tienen por objeto directo el dinero y las llevó a cabo de forma personal, apareciendo de forma pública y oficial como usurero en las listas de judíos valencianos que se dedicaban a esta actividad.
Otra actividad que desarrolló activamente fue la compra masiva de censales, y al morir poseía y percibía al menos treinta y siete censales. También practicó el arriendo de derechos señoriales, y se sabe que compró las rentas de los dominios valencianos del condado de Luna desde 1360. Acaparó los impuestos y fue clavario del Consell de la ciudad de Valencia; realizó también importantes operaciones económicas con la tesorería real, a base de numerosos préstamos al Monarca, involucrado en la guerra con Castilla. La herencia de Jafudà Alatzar planteó un largo y complejo pleito entre la Corona y sus herederas, que se disputaban sus bienes. Frente a la visión del personaje que dio Baer, como un hombre religioso, piadoso, que vivía en concordia con sus hermanos, la realidad de los hechos mostraba un personaje mafioso y manipulador de dinero (Riera, 1993).
Bibl.: Y. Baer, Historia de los judíos en la España cristiana, Madrid, Riopiedras, 1981; J. Riera, “Jafudà Alatzar, jueu de València (segle xiv)”, en Revista d’Història Medieval, 4 (1993), págs. 65-100.
José Hinojosa Montalvo