Perruca Luis. San Martín de Montalbán (Toledo), 1633 – Oseira (Orense), 9.V.1701. Monje cisterciense (OCist.), abad del monasterio de Oseira.
Existe divergencia acerca del lugar de su nacimiento, pues mientras el autor del códice 15-B del Archivo Histórico Nacional de Madrid le hace descender de Estremeras (Madrid), el padre Tomás de Peralta, historiador de Oseira, contemporáneo suyo, le hace originario de Lugar Nuevo, hoy San Martín de Montalbán (Toledo), y sitúa su nacimiento en 1633, habiendo ingresado en su juventud en Oseira, donde llegó a ser uno de los monjes más destacados, porque luego de una carrera brillante, bien pronto comenzó a figurar en puestos de responsabilidad. El primero fue maestro de estudiantes en el Colegio de Salamanca, al que siguió el de profesor de filosofía en el de Meira, pero apenas llegado a los treinta y cinco años, edad de poder ostentar la dignidad abacial, los monjes de su propio monasterio de Oseira le elevaron por primera vez a la sede abacial. Era el año 1568, época en que se estaba ampliando y consolidando el monasterio para albergar cómodamente a una comunidad cada día más floreciente.
Prosiguió con afán las obras emprendidas y defendió con valentía los derechos de la comunidad, más de una vez atacados por personas interesadas por lo ajeno, a la par que entabló un pleito criminal para castigar a cierto sujeto que en el priorato de Marín tuvo la mala idea de arrojar “una granada de fuego al cuarto del prior con que quisieron quemar religioso y casa”.
Al finalizar su mandato en 1671, le concedieron el título de maestro y le propusieron ser confesor de religiosas, pero no aceptó, pasando a ser otra vez regente del colegio de Meira. En 1686 de nuevo se vio sublimado a la sede de Oseira, prosiguiendo su labor restauradora y benéfica a favor de los monjes. Al finalizar en 1689 le hicieron definidor de la congregación, y al terminar su cometido, otra vez volvió a regir Oseira por tercera vez hasta 1695. Entre las obras llevadas a cabo en este trienio figura la pintura de la capilla mayor de la manera como aún puede admirarse en la actualidad, aunque un tanto deteriorada.
Todavía se fijaron en él sus hermanos y le pidieron por prelado. Todavía llevó a cabo otras obras de consideración. Elegido en 1698, “duróle la vida lo que le duró la Abbadía que fue hasta el 9 de mayo de 1701. Y murió en este monasterio adonde fue enterrado con la honra deuida a Padre que tan repetidas veces lo había sido de él”.
Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional, cód. 15-B, s. f., págs. 59-60.
T. de Peralta, Fundación, antigüedad y progresos del Monasterio de Osera, Madrid, 1677; D. Yáñez Neira, “Toledanos ilustres en la orden del Císter desde el s. XV”, en Anales Toledanos, XII (1977), págs. 118-120; “El Monasterio de Oseira cumplió ochocientos cincuenta años”, en Archivos Leoneses, 85-86 (1989), págs. 224-228.
Damián Yáñez Neira, OCSO