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Alfonso Roldán

Biografía

Roldán, Alfonso. Villarrobledo (Albacete), 23.III.1665 – Huamanga (Perú), 20.II.1740. Religioso de San Basilio (OSBas.), teólogo, escritor obispo de Huamanga (Perú).

Fue hijo de Diego López Roldán y de Francisca de Oliva, ambos de ilustre linaje. Tomó el hábito de la Orden monacal de San Basilio el 30 de octubre de 1681, a los dieciséis años; virtuoso y estricto seguidor de la regla basiliense, se dedicó al estudio hasta alcanzar el grado de doctor en ambas Teologías, Ascética y Escolástica. Enseñó esta última en su Colegio de la Universidad de Alcalá de Henares, y alcanzó los títulos de maestro en Teología de número de su provincia, calificador del Supremo Consejo de la Inquisición, abad de su Colegio de Alcalá y después del de Madrid, procurador general de su Orden y vicario general de las provincias cismontanas de ésta.

En el año 1721 dio a la imprenta su obra fundamental, enfrentando las doctrinas de san Basilio y santo Tomás contra el jansenismo. Consta de 591 páginas en folio. Es sorprendente que esta gran obra no aparece en la, por otros conceptos, gran Bibliografía de autores españoles del siglo XVIII, de F. Aguilar Piñal.

En 1723, el rey Felipe V lo presentó para el obispado de Huamanga, denominación antigua de la actual Ayacucho (que algunos tratadistas escribían también como Guamanga), en Perú; aprobado por el Papa el 21 de junio de 1723, fue consagrado el 5 de coctubre de 1723.

Se embarcó para América el obispo Roldán y el padre La Cavallería adorna su larga biografía con una barroca descripción del huracán que su nave soportó en el Caribe, argumentando que “el padre de las tinieblas temió su abrasadora luz y pretendió extinguirla” (pág. 290). Llegado, en fin, a su obispado, vio “relajada la disciplina eclesiástica, entronizado el vicio, autorizada la usura y olvidada de muchos, o mal entendida, la doctrina cristiana” (La Cavallería, pág. 291) y el celo apostólico del nuevo prelado trató de enderezar lo que estaba tan torcido que, al parecer, se extralimitó en la administración de correctivos, hasta el punto de que algunos dignatarios, alcaldes y sacerdotes lo denunciaron al virrey. Y hasta Lima se fue el obispo Roldán, en el año 1727, montado en una mula, cubriendo casi cien leguas de quebradas de los Andes, para exponer sus problemas y sus modos de solución. Si fue o no comprendido y aceptados o no sus planteamientos es cuestión que los historiadores no han resuelto. Mientras el padre La Cavallería, que escribe bastante próximo en el tiempo de ocurrencia de estos hechos, aunque alejado geográficamente, defiende el celo apostólico de Roldán, el historiador peruano Mendiburu, que escribe de su propio país, pero alejado en el tiempo, después de copiar al pie de la letra, sin decirlo, de A. Alcedo, su biografía española, y reconocer que “fue persona de mucha energía, promovedor de los estudios y reformador del Seminario al cual dio renta para aumentar sus cátedras”, así como que “iba todos los años en romería al santuario de Cocharcas y desde la ribera del Pampas, subía a pie la formidable cuesta de dos leguas, rezando letanías”, aquí termina sus elogios, pues, prosigue, que “el absolutismo [del obispo] no tenía límites, y sus avances atropellando las leyes y los principios fundamentales del patronato, ofrecieron frecuentes casos de escándalo en que los virreyes tocaron la necesidad de contenerlo [...] Excomulgó y multó a los alcaldes Tello y Boza con motivo de una cuestión en que no debía conocer”, etc. (pág. 473). Más ecuánime parece A. de Alcedo, nacido en Quito (Ecuador) en 1735, quien en su muy ponderado Diccionario [...] (t. II, año 1787), en su lista de obispos de Huamanga, dice: “Nº 13. D. Fr. Alfonso Roldán, del Orden de San Basilio, natural de Villarrobledo, en la Mancha, maestro en Sagrada Teología, examinador sinodal del Arzobispado de Toledo, calificador del Santo Tribunal de la Inquisición, abad de su Colegio de Alcalá y del Monasterio de Madrid, definidor, provincial y vicario general de las provincias de Castilla y Andalucía, presentado para obispo de Guamanga el año de 1723, gobernó con singular integridad y entereza 17 años su Iglesia y aunque renunció la mitra por su abanzada edad y cansancio de sufrir persecuciones, no se le admitió y murió el año de 1740”. Dejado, pues, de este modo, inconcluso este problema de comprensión sobre hechos en los que parece que hay exageraciones en uno u otro sentido (ya en el panegirismo de La Cavallería, ya en la durísima crítica de Mendiburu), hay que informar lo que es evidente y demostrado: que este prelado español en Perú socorrió pródigamente a los más pobres, reedificó el templo catedralicio de Huamanga, construyó de nueva planta un Palacio Episcopal y un Seminario para aspirantes pobres, y aunque se dice que erigió la Universidad de Huamanga, más parece que deba entenderse que la dotó de edificio nuevo (“erigió desde sus cimientos la Universidad”, dice La Cavallería, pág. 294), puesto que tal Universidad consta que fue fundada en 1677; socorrió a comunidades pobres de religiosos y religiosas, y quedando el propio obispo empobrecido, envió fuertes sumas de plata al colegio de los basilios de Alcalá de Henares, al Monasterio de su Orden en Madrid y al convento de carmelitas de su pueblo natal, Villarrobledo, y aún estableció un censo del que se nutrió el que fuera después el Real Seminario de Nobles de Madrid.

Alfonso Roldán falleció, siendo obispo de Huamanga, hoy Ayacucho, el 20 de febrero de 1740, cumplidos los setenta y cinco años.

 

Obras de ~: Divisio lucis a tenebris, seu separatio doctrinae Divi Basiliii et Divi Thomae ab erroribus Jansenii, Quesnelli et reliquorum novatorum. Tractatus theologicus in duas partes divisus, Madrid, Lorenzo Mojados, 1721.

 

Bibl.: F. de la Cavallería y Portillo, Historia de la Muy Noble, y Leal Villa de Villa-Robledo, en la Provincia de la Mancha Alta, en el Reyno de Toledo, con algunos elogios, y Vidas de sus Varones Ilustres [...], Madrid, Oficina de la Viuda de Manuel Fernandez, 1751, págs. 288-296; A. de Alcedo, Diccionario geográfico histórico de las Indias Occidentales o América [...], Madrid, t. II, Imprenta de Manuel González, 1787, pág. 271; A. Baquero Almansa, Hijos ilustres de Albacete. Estudio biobibliográfico [...], Madrid, Imprenta de A. Pérez Dubrill, 1884, págs. 166-168; M. de Mendiburu, Diccionario Histórico Biográfico del Perú, 2.ª ed. con adiciones y notas bibliográficas publicadas por E. San Cristóval, Lima, t. IX, Librería e Imprenta Gil. S. A., 1934, págs. 472-474; A. Sandoval Mulleras, Historia de mi pueblo: la muy Noble y Leal Ciudad de Villarrobledo, Albacete, Imprenta Fuentes, 1960, págs. 201-202; A. Palau y Dulcet, Manual del Librero Hispanoamericano [...], Barcelona, vol. XVII, Librería Palau, 1965, pág. 369, n.º 276.332; G. Díaz Díaz, Hombres y documentos de la Filosofía Española, vol. VI, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Centro de Estudios Históricos, 1998, págs. 859-860.

 

Fernando Rodríguez de la Torre

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